Por Yimel Díaz Malmierca y Juan Dufflar Amel
La reunificación del Reino de Arabia Saudita, bajo el liderazgo de su fundador, el rey Abdulaziz bin Al Saud, transformó la estructura de una sociedad tribal y empobrecida en un Estado moderno con un vertiginoso y estable desarrollo económico. El proceso tuvo lugar durante décadas, pero se festeja, según el calendario lunar musulmán (hégira), el día primero del mes Libra del año 1351, lo cual equivale al 23 de septiembre de 1932 en el almanaque juliano.
Con motivo de la conmemoración del aniversario 86 de la histórica efeméride, Faisal bin Muslat Amandeel, embajador de Arabia Saudita en Cuba, dialogó con Trabajadores acerca de los avances obtenidos por ese Estado del Golfo.
Según el diplomático, es poco lo que se conoce acerca del Reino, por lo general se le asocia solo con el petróleo, recurso sobre el cual, ciertamente, ha estructurado gran parte de su desarrollo actual.
Rememoró que, con anterioridad, el país estaba dividido en tribus que peleaban entre sí por el control de los territorios, la pobreza era extrema, predominaba un alto grado de analfabetismo y carecían de centros de educación y salud, de viviendas adecuadas, de planes de urbanización, de carreteras y otros medios modernos de comunicación, así como de la contribución que hoy aporta la mujer saudita.
Toda esta realidad —explicó Faisal— cambió radicalmente a partir de 1960, cuando los recursos provenientes de la explotación de los yacimientos petroleros permitieron elevar el nivel de vida de nuestra población. Actualmente tenemos más de 32 millones de habitantes, el 60 % son jóvenes, y con ellos esperamos acometer grandes proyectos económicos de infraestructura, tecnológicos y científicos.
El diplomático saudita expuso el empeño del Reino en diversificar sus fuentes de ingreso con el propósito de no depender exclusivamente de la explotación del crudo. Al respecto citó a la empresa Salek, una de las mayores del mundo en la producción petroquímica y el proyecto Neom.
Este último fue presentado en octubre pasado por su Alteza Real, el Príncipe Heredero Mohammed bin Salman bin Abdulaziz Al Saud, vicepresidente del Consejo de Ministros de Arabia Saudita, y ha sido considerado como la apertura de la nación a una nueva era de transformaciones económicas, comerciales y sociales.
Neom se inscribe en el programa de industrialización Visión del Reino 2030, estará asentado en una zona especial de 26 mil 500 km2 ubicada al noroeste del país, donde confluyen regiones sauditas, egipcias y jordanas, señaló. Será una urbe del futuro en el corazón del desierto, una ciudad inteligente, abierta a la inversión extranjera, que proporcionará empleo a miles de jóvenes sauditas.
Acerca de la cooperación internacional, Muslat Almandeel, destacó la labor que realiza el Centro Rey Salman para la Ayuda Humanitaria y el Socorro, el cual ha auxiliado a miles de personas en Yemen, Siria, Iraq, Somalia y otras naciones. La institución fue inaugurada en mayo del 2015 bajo el alto patrocinio y la guía del Custodio de las Dos Mezquitas Sagradas, el Rey Salman bin Abdulaziz. Actualmente ejecuta más de un centenar de proyectos vinculados a la seguridad alimentaria, la salud (con especial énfasis en la de mujeres y niños), la nutrición, el agua y saneamiento, la educación, además de la rehabilitación de niños que han estado en la guerra.
En cuanto a las relaciones con Cuba, el diplomático aseguró que son excepcionales, sólidas y ascendentes, tanto en los intercambios de visitas de alto nivel entre ambos países, como en la ejecución de créditos del Fondo Saudita para el Desarrollo, concedidos a obras de infraestructura y rehabilitación de las redes hidráulicas de algunas de las principales ciudades de la isla.
Tenemos, afirmó, en muy alta estima la labor profesional de los médicos cubanos. Más de 400 prestan sus servicios en distintos centros de salud sauditas y esperamos aumentar esa presencia en el futuro. Es voluntad común de nuestros dos países fortalecer también las relaciones en las esferas de la economía, la educación y la cultura, concluyó.