¡Baibrama! ¡Atabey!, retumban nombres de dioses en la voz del cacique, mientras en forma de círculo, un grupo de hombres y mujeres, de rasgos aindiados y ataviados con prendas tejidas, bailan un areíto al ritmo del mayohuacán.
El caney que los acoge se recorta en el cielo, donde el azul exhibe tonos más claros que el océano Atlántico, cuyas aguas, a escasos kilómetros, completan el paisaje abundante en vegetación y exquisitamente paradisíaco.
Quien sube hasta la Aldea Taína, enclavada en la nororiental provincia de Holguín, específicamente en el municipio de Banes, Capital Arqueológica de Cuba, descubre que todo está dispuesto para recrear la forma de vida en la Isla a finales del siglo XV y principios del XVI.
Caneyes que imitan la arquitectura de los aborígenes, estatuas, vasijas de cerámica, imágenes de dioses y la opción de disfrutar de un espectáculo aborigen, que revive una historia de más de 500 años, hacen de ese sitio un punto de relevancia cultural para apreciar la época precolombina.
La instalación data del 13 de agosto de 1998, fecha escogida para homenajear al Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, impulsor de la obra, ideada por el arqueólogo holguinero José Manuel Guarch.
De acuerdo con Mayelín Zaldívar, guía de la Aldea, esta se creó bajo un estudio muy estricto del doctor Guarch, quien creyó necesario simbolizar el estilo de vida de los nativos, porque a escasos metros del lugar, en el cementerio aborigen Museo de Sitio Chorro de Maíta, se representaba la muerte.
Enfatiza Zaldívar que cada pieza colocada en el área tiene un significado, al igual que el exhibición aborigen, que es una parte recreativa para que los turistas nacionales y extranjeros que la visitan diariamente se unan con la historia y aprecien mejor como fue una aldea taína
Allí se puede también degustar platos combinados con alimentos de los nativos y la cocina española en un restaurante con forma de caney, que incluye en su mobiliario vajillas de cerámica y mesas de estructura irregular.
Las más profundas raíces culturales cubanas se hacen tangibles en la Aldea Taína, que es, además, uno de los puntos más atractivos del polo turístico holguinero.
Una gran nostalgia envuelve mi ser al contemplar estos lugares donde vivían nuestros antepasados cubanos. Pobres seres humanos que sentían y padecían en su hermosa Patria, la tierra cubana, hasta que un azar histórico del destino hiciera que sus vidas apacibles y cultura fuesen truncadas haciendo desaparecer sus existencias. Honor, respeto y confraternidad hacia nuestros hermanos de la tierra cubana. Sus recuerdos serán siempre imperecederos.