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Al primer indicio de lluvia, cuando todavía el chaparrón era una amenaza potencial, al matrimonio tunero que forman Mileidy Feria Cruz y Oscar Velázquez Estévez le parecía que el mundo se le venía encima.
“Y, ¿cómo no sentirse así?”, dice Oscar y Mileidy asiente con un gesto, y él continúa hablando como si pretendiera borrar definitivamente esos recuerdos: “Vivíamos en una casita con el techo de diferentes materiales: viejas planchas de fibrocemento, pedazos de zinc hechos de tubos de regadío picados al medio…, le poníamos lo que aparecía. El piso era de tierra y, de las paredes, ni hablar: cartón industrial, pedazos de tablas y maderas muy deterioradas…”.
“Luego pasó el huracán Ike (septiembre, 2008) y se lo llevó todo. Es verdad que no estaba bueno, pero era lo nuestro, lo que teníamos y a expensas de mis ingresos personales jamás podría recuperarlo”, acuña Oscar y se pasa la mano derecha por la sien, y sonríe por primera vez desde que comenzamos a conversar y afirma: “Pero nunca perdimos las esperanzas de cambiar la situación y ya ve como quedó todo después, gracias a la Revolución y a la ayuda que nos dio el Estado.”
Llegó el amparo
La pareja recibió, sin otro interés que apoyarlos en la solución de su problema, 90 mil pesos cedidos del presupuesto estatal y es una de las familias tuneras beneficiadas con los mil 697 subsidios otorgados hasta cierre de febrero a personas naturales de baja solvencia económica para la construcción de células básicas.
“A esa cifra se agregan otros mil 806 casos aprobados, los cuales recibieron dinero destinado a otras acciones constructivas: rehabilitación, y conservación mayor y menor”, abunda María Curbelo Pérez, especialista en investigación y desarrollo en la Dirección Provincial de la Vivienda en Las Tunas.
De esa manera mejoran ostensiblemente su situación habitacional con prestación gratuita amparada, primero por la Resolución 391 del año 2011, y ahora por la Resolución 77 del 2013, que responden al lineamiento 299 de la Política Económica y Social de la Revolución y el Partido, aprobado en el VI Congreso de la organización política.
El soporte del programa
“Esta sensible y humana decisión tiene como uno de los soportes fundamentales el programa de producción local de materiales de la construcción, pues las finanzas que la sustentan se nutren de la comercialización de estos y de otros productos”, afirma Héctor Rodríguez Espinosa, subdirector provincial de la Vivienda.
Y Argelio Luis Corría Pérez, funcionario del Consejo de la Administración Provincial (CAP), sostiene que el 2016 fue un período de avance en esta actividad en los ocho municipios del territorio en lo referido al aumento de las capacidades productivas.
“Durante ese año instalamos cuatro nuevas plantas para fabricar bloques; 11 molinos de martillo para la obtención de áridos y el reciclaje de los residuos; tres hormigoneras de gran porte e igual cantidad de pulidoras de baldosas de terrazo que incrementan la producción de pisos”, explica Corría.
El funcionario dice que con la ayuda del país lograron techar y reparar más de 12 naves, con lo cual mejora la calidad del hormigón y de la atención al hombre en esos centros; y, significa que hubo crecimientos en comparación con el 2015, del cuatro por ciento en la fabricación de materiales de pared y del 60 en la producción de elementos de techo de hormigón.
Corría enfatiza que uno de los principios esenciales que anima este programa en el presente año es garantizar de forma priorizada las producciones necesaria para la terminación de las 450 células básicas planificadas, por lo que intensifican la obtención de renglones como materiales de pared y de techos de hormigón, piso, lavaderos, mesetas, fregaderos y tanques de hormigón, propósito al cual se va integrando una planta elaboradora de materiales plásticos reciclados: mangueras, conexiones hidráulicas, llaves, cajas eléctricas y válvulas.
En el comercio
Luis Enrique Rojas Duartes, especialista principal de productos no alimenticios en el Grupo Empresarial de Comercio en la provincia, pondera el programa y la manera en que se materializa en el territorio.
Argumenta que el año pasado las ventas de materiales de la construcción sobrepasó el plan en 20,9 millones de pesos, y le atribuye el éxito a las entregas hechas por el programa de producción local, “pues los del balance nacional no dan márgenes para tanto”.
Reconoce entre las ventajas de esta modalidad el acercamiento de los recursos a los beneficiados, el aprovechamiento de las potencialidades locales y la liberación de los proveedores nacionales de entregas que pueden destinar, entonces, a los programas estratégicos de desarrollo del país.
