Con el mejoramiento de los hornos de combustión en la planta de vapor, los trabajadores del central Majibacoa evitan la emisión de dióxido de carbono a la atmósfera y hacen un sustancial aporte a la intención de desarrollar las producciones industriales en armonía con el medio ambiente.
En este ingenio, ubicado en el municipio homónimo de la provincia de Las Tunas, se han implementado otras acciones que el mismo objetivo, las cuales incluyen la eliminación de salideros a partir de la sustitución de tuberías en las calderas destinada a disminuir la contaminación ocasionada por la dispersión de residuos ácidos.
Según publica el sitio digital Tiempo 21, Yixi Guerrero Pupo, especialista de ciencia y técnica del ingenio, asegura que entre los objetivos están la reducción del consumo de agua en el proceso productivo y mantener en buen estado el sistema de drenaje para garantizar el uso de los residuales en otras actividades.
En esas prácticas se distingue la utilización de los residuos líquidos de la producción industrial en el fertirriego de las plantaciones cañeras, el que está respaldado por planes de mantenimiento y conservación de los canales y la laguna de oxidación.
A esos empeños contribuyen, también, la reactivación de la planta que mezcla miel- urea y bagacillo y la entrada en operaciones de la empacadora de bagazo, cuyo funcionamiento les agrega valores a las producciones de esta industria, pues el primero se comercializa como alimento animal y el segundo es enviado a la fábrica de tableros de bagazo, del municipio de Jesús Menéndez.
Este programa reduce el impacto negativo de la industria al medio ambiente y ampara de esos efectos nocivos a la subcuenca del río Naranjo, que tributa sus aguas a la cuenca del río Cauto, cuya protección es prioritaria para el Estado cubano por sus valores y características como llanura fluvial y de fluviomarinas de gran importancia para el país.