Para amar bien este libro hay que ser un entendido en nostalgias. No es ya (tan solo) el íntimo dolor por lo ido (recuperable o no, que no importa en este caso) sino, más adentro, la pena por lo hondamente soñado que no acaba de verse convertido en realidad (irrealizable o no, que sí importa y mucho para lo que nos ocupa).
Se trata de un poemario atípico. Náutic@s, dado a la luz recientemente por Ediciones Extramuros, de La Habana, no es insólito por ser obra de versos a dos manos, aunque no sea muy frecuente esa fórmula autoral en la poesía.
La controversia, intercambio versal entre dos o más poetas, modalidad de tanta enjundia en nuestra identidad cultural, es proceder sumamente extendido entre los decimistas improvisadores, más conocidos como repentistas (esos dueños de un don mágico y fascinante), pero no en la variante escrita de la estrofa nacional.
Y he aquí a dos escritores de experiencia trenzados en esos menesteres. Sin acompañamiento de laúd, tres y guitarra, sino con la soledad y la nostalgia como únicas compañeras de viaje, marcando los rumbos a esta suerte de carta de navegación en la busca de lo inconocido deseado.
No se piense, empero, en un banal intercambio de pesares. Aquí hay también duda escrutadora, introspección gananciosa, discrepancia elegante, y no falta la socarronería ingeniosa tan presente en lo cubano.
Fui testigo presencial de su génesis, allá por los inicios del 2008: Frank Upierre Casellas (Guanabacoa, La Habana, 1956), uno de los adelantados del proceso de revitalización de la décima escrita desde fines de los años 80, estaba cumpliendo un extenso contrato de trabajo como trovador en Moscú y fue retado fraternamente a verter en versos las aflicciones por su hermano en poesía Karel Leyva Ferrer (Santiago de Cuba, 1975), poeta más joven pero igualmente talentoso y devoto del lirismo en octosílabos consonantes que forma parte germinal de nuestra identidad nacional.
La atractiva secuencia fue seguida desde su inicio por el sitio web Cuba Ala Décima, y allí puede hallarse si se busca con paciencia, como debe buscarse entre las más de 5000 entradas de ese espacio digital, aprovechando la orientación que brinda su panel derecho. Allí puede apreciarse, incluso, una controversia en vivo, en octubre del 2008, que ofrecieron ambos autores a partir de aquellos intercambios, en la que fuera peña sede semanal del Grupo Ala Décima, colectividad de la cual ambos son iniciadores.
Con Náutic@s, libro singular y hermoso que no recoge todavía la totalidad de aquel debate octosilábico, aportan a la décima escrita cubana Frank Upierre y Karel Leyva, además de su indudable potencial lírico y su magisterio en lo formal, una lectura inquietante y sus modestas pero inquisidoras luces sobre el oscuro cuerpo de este mar proceloso se llamamos contemporaneidad.
Magnífica propuesta. Y regresa «la pena por lo hondamente soñado que no acaba de convertirse en realidad» a detonar los versos de la nostalgia. Saludos a los autores y a todo el colectivo de Ala Décima.