Holguín.— Para la Empresa Provincial Productora y Distribuidora de Alimentos (Numa), de esta provincia, los tiempos nunca son demasiado difíciles.

Cuando la escasez de harina de trigo comenzó a hacerse reiterativa en el país, la entidad holguinera de 185 centros productivos y 2 mil 650 trabajadores, creó versiones convencionales de ese producto a partir de yuca, maíz, boniato y guapén, conocida como fruta del pan.
Luego, al presentarse los apagones y reafirmarse la necesidad de un mayor ahorro energético, Numa empezó a emplear métodos de cocción alternativos y recuperó hornos de leña a fin de garantizar sus producciones de pan para la canasta familiar normada, galletas, repostería y pastas.
Ahora, ante la extensión del uso de fuentes renovables de energía, más allá de los parques fotovoltaicos, la empresa holguinera se erige como abanderada en la tarea y es la única del sector alimentario de subordinación local que en el país avanza en la explotación de energías limpias.
Kerenia Balada Peña, directora de Numa, afirmó que ese resultado es fruto de la voluntad por encaminar una obra decisiva en el contexto económico actual.
La entidad cuenta con 5,4 kilowatt de capacidad instalada por concepto de energía solar fotovoltaica pequeña, en términos nacionales aunque notable en la escala local, según Ana María Romero Estrada, especialista principal del Departamento de Energía y Transporte, quien explicó la factibilidad del proyecto en materia de ahorro y calidad productiva.
Es loable la colocación de cinco paneles y cuatro calentadores solares en la Sociedad Mercantil Estatal Alimentos Tres Coronas, de la ciudad de Holguín; igual número de calentadores en el Proyecto de Desarrollo Local Avi-Helados y Conservas, perteneciente al municipio de Rafael Freyre; así como un sistema fotovoltaico de 1 kW en la panadería Báguanos, del territorio homónimo; y otro igual en el Polígono Productivo La Gran Ceiba, de la comunidad de Sao Arriba.
Romero Estrada dijo que Alimentos Tres Coronas, amplia industria de helados, dulces y otros productos de harina, antes consumía mensualmente hasta seis cilindros de gas licuado de 45 kilogramos para garantizar la pasteurización y la inocuidad con agua de calidad y a altas temperaturas, pero en la actualidad los calentadores solares hacen esa tarea y solo se requieren dos cilindros de gas, ahorro que se revierte en el salario de sus más de 40 trabajadores.
Asimismo, los cinco paneles significan dejar de erogar al año casi 4 millones de pesos en electricidad, todo lo cual se convierte en eficiencia para un centro que, a la par de su desarrollo, mantiene la entrega del pan de la canasta normada a casi 11 mil consumidores.
La voluntad administrativa de esta empresa, con representación en los 14 municipios, es ampliar el uso de las energías limpias hasta el 2030, a tono con el marco legal vigente dispuesto en el Decreto Ley no. 345.
La experta resaltó que las inversiones para el cambio de matriz energética están fundamentadas en estudios especializados realizados por el proyectista CubaSolar.
De esa manera está en plan la instalación de paneles en las panaderías de Marcané, en Cueto; Las Coloradas, en Moa; la fábrica de pastas Riquísimas, de la capital provincial, así como en el Centro Productivo Cañada Honda, del municipio de Calixto García.
La directora de Numa fue enfática cuando planteó que su entidad “no decae, sigue tras la creatividad, la resiliencia, actitud que incluye la búsqueda de los mejores horizontes en materia energética”.