Suchel Cetro: Una realidad que no espera

Suchel Cetro: Una realidad que no espera

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Abilio Pérez Fiallo, trabajador jefe de brigada de la planta de jabonería en la unidad empresarial de base (UEB) Suchel Cetro, habla muy rápido, lo que, unido al bullicio de los montacargas, hacen difícil el diálogo. Debo aguzar oídos y pensamiento para entender el al­cance de sus palabras, mucho más cuando arrimó a su bolsillo el concepto de dolarización parcial de la economía. “Es algo que tiene cosas buenas y malas, pues favorece a los que laboran con la di­visa, pero no me siento beneficiado, porque recibo mi salario en pesos cubanos”.

 

La UEB Suchel Cetro no dispone de suficiente materia prima (virutas) para trabajar las 24 horas previstas según su capacidad. Foto: Agustín Borrego

 

Para Alexander Puig Varona, director de la citada UEB —perteneciente a la Empresa Suchel, del Grupo Empresarial de la Industria Ligera (Gempil)—, dolarización parcial es tener la posibilidad financiera de reaprovisionarse de materia prima, principalmente virutas, para la fabricación de jabón, su primer encargo. “Son muy positivas mis expectativas, pues con eso quitamos presión al Estado, que entonces ten­dría que erogar menos dinero para que nosotros podamos cumplir los planes productivos”.

Por su parte, Yamisleydis Montané Pérez, se­cretaria general del buró sindical en la entidad, expresó regocijo por los beneficios que les pro­porciona esa dolarización. “Ahora estamos inser­tados en el comercio electrónico con un jabón que se vende en dólares y pudiéramos asumir cada vez un mayor porcentaje de lo que se gasta”.

Ante el muy alto déficit de divisas, el país evaluó dolarizar parcialmente la economía, como una medida de corto plazo, transitoria y con una implementación gradual. La UEB Cetro, dedicada a la fabricación de jabón de to­cador y de lavar, insertó su quehacer en la estra­tegia nacional para reimpulsar la economía.

Y lo hace condicionada por una realidad: o sí o sí a la dolarización parcial, pues la última eta­pa, especialmente el año 2024, no fue buena para el colectivo de trabajadores, que incumplió sus metas en un 50 % por falta de financiamiento.

 

Acercar la brasa a su sartén

Los análisis realizados por el colectivo demos­traron la necesidad de acercar a la fábrica la materia prima fundamental: la viruta de jabón. Era una obligación tenerla a mano, en consig­nación, y así evitar las prolongadas e impro­ductivas esperas, que en ocasiones duraban de 4 a 5 meses.

“En la dolarización parcial, la ganancia está en que los trabajadores sean parte de todo el proceso”, expresó Alexander Puig Varona, director de la UEB. Foto: Agustín Borrego

“Ello posibilita que en cuanto el dinero in­gresa a la cuenta del proveedor, ya podemos utilizar parte de los varios centenares de tone­ladas de virutas que ahora permanecen en el pa­tio. Dicha materia prima llega de muy diversos y lejanos lugares”, destacó Puig Varona, quien afirmó que todavía no tienen la suficiente para trabajar 24 horas.

Aún el Estado mantiene el aseguramiento fi­nanciero para una parte nada despreciable de la producción del jabón destinado a la población.

Su principal cliente es el Ministerio del Co­mercio Interior (Mincín), que debe recibir este año, según el plan, 8 mil 376 toneladas de jabón de lavar y 6 mil 780 de tocador, dirigidas a la canasta familiar normada.

Además, la UEB programó 480 toneladas asignadas al comercio electrónico y 300 para tiendas, cantidades que empleará la Empresa Comercializadora, Importadora-Exportadora de la Industria Ligera (Encomil) a través de sus plataformas de pago.

“Nosotros ganamos el 80 %, y Encomil re­cibe un margen comercial, algo que el año pre­sedente nos generó ingresos por más de 482 mil 100 dólares, y en los dos primeros meses del 2025, sumamos casi 152 mil 500 dólares (USD)”, precisó el empresario.

No es nuevo para Suchel tener planificacio­nes en divisas, algo que ahora gana mayor fuer­za con las acciones que ejecutan a través de la comercialización en estas plataformas de pago y de la aprobación de alianzas con firmas, nego­cios con mipymes y pagos desde el exterior.

“En la actualidad estamos en negociaciones con las tiendas que venden exclusivamente en USD.

“Constituyen la consignación y el comercio electrónico nuestras principales operaciones, una vez inmersos en la dolarización. En este 2025, como tenemos más experiencia, somos op­timistas respecto a lo que esperamos fabricar. Creemos que será un mejor año, no hay otra al­ternativa”, dijo.

 

Casi 20 mil CUP por trabajador cada mes

Como parte también de este proceso de dolariza­ción parcial, la UEB Cetro estableció dos alian­zas estratégicas: con Cribas-Tamices y con Cargo line, dos firmas extranjeras en Cuba. “Ellos nos tributan envolturas, bouquet, entre otras materias primas, y nosotros hacemos el jabón, que vende­mos a través del comercio electrónico. La alianza podría aumentar las ventas”.

En la planta de jabonería de la UEB Suchel Cetro laboran casi 100 mujeres y hombres, y su producción no termina en un almacén —como debería ser— sino en cajas amontonadas a su al­rededor porque, según los directivos, la empresa Transcontenedores, del Grupo Empresarial de Servicios de Transporte Automotor (GEA), no ha podido cumplir el contrato de extracción por falta de combustible. Lamentablemente es jabón desti­nado a la canasta familiar normada.

No obstante el incumplimiento el pasado año de los planes para el Mincín por falta de financiamiento, los ingresos para los más de 200 trabajadores, superaron los más de 19 mil pe­sos cada mes, algo difícil de argumentar. “Eso fue posible —explicó el director—, porque fa­bricamos varios productos alternativos (jabón líquido, aromatizantes, detergente en pasta, desincrustantes, etc.) con residuos y recortería de otras fábricas, fundamentalmente la empre­sa mixta Suchel Lever, del Mariel.

“Para este año prevemos un salario medio de poco más de 5 mil y 9 mil CUP de ingresos totales, niveles similares a los del 2024. Pero con las producciones alternativas, con más valor, quizás se incrementen las utilidades, y también lo que llega al bolsillo de nuestros trabajadores tal como ocurrió un año antes”.

 

Ni exporta ni importa… ¿entonces?

Si algo me llamó la atención en nuestra visita a Cetro, enclavada al este de La Habana, fue­ron las limitaciones que tiene su dirección para asumir decisiones vinculadas con la divisa, aunque sí poseen cuentas en CUP.

“El diseño que tenemos, subrayó el direc­tor, no contempla que Cetro exporte e importe. La plataforma para la venta la tiene Encomil, comercializadora de la industria ligera, y a su vez, encargada del comercio de esos productos. Nosotros desde aquí hacemos la solicitud, pero la empresa Suchel decide las transferencias y lo que nos dará para las compras. La importadora es la que compra la materia prima.

“Todo lo que adquirimos es en dólares, in­cluido material de oficina, piezas de repuesto y otros insumos; de ahí que la principal tarea es buscar dinero, ingresar dólares. Nosotros hace­mos los contratos nacionales, en CUP, no los de divisas”, refirió.

Entonces me pregunté, si Cetro es el que pro­duce, por qué no decide y “lleva sus números”.

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