La tropa del Sindicato de los Trabajadores de las Comunicaciones, la Informática y la Electrónica, del Municipio Especial Isla de la Juventud se trasladó hacia la Finca Ecológica 25 de noviembre para recoger papa, como parte del apoyo de este sector al autoabastecimiento local.

Liderados por el productor Rafael Peña Tamayo, una representación de los diferentes colectivos que «abraza» este sindicato, en específico 20 trabajadores, fueron hasta esta área, reconocida como Vanguardia Nacional por sus resultados en la producción de papa ecológica, boniato, plátano, pepino, remolacha y otros alimentos, evidentes de cuánto se le puede sacar a la tierra si se le pone un extra y corazón.
Al decir de la secretaria general del Sindicato de los trabajadores de las Comunicaciones, la Informática y la Electrónica, Yanet Almarales Wilson, esa veintena, entre ellos solo dos mujeres, recogieron cerca de 60 sacos del producto, equivalentes a 0.5 hectáreas, de las 1.2 cultivadas por Rafael Peña Tamayo.

Según opinó la dirigente sindical, Peña Tamayo les enseñó cómo en la 25 de Noviembre, se han eliminado los químicos sintéticos y monocultivos intensivos, pues la agroecología promueve la utilización de métodos naturales que imitan los procesos ecológicos, fomentando la salud del suelo, el agua y los ecosistemas.

Y sí que es cierto, en la actualidad uno de los principios de la agroecología es alcanzar diversidad de cultivos en un mismo espacio, lo que mejora la resistencia a plagas y enfermedades, y optimiza el uso de los recursos naturales.
Allí en la 25 de Noviembre se respira el uso de insumos locales como compost, abonos verdes y semillas nativas, reduciendo la dependencia de productos externos. Hay ciclo cerrado de nutrientes, pues los residuos orgánicos se reintegran al suelo como abono, creando un ciclo de nutrientes que minimizan los desperdicios y enriquece la tierra.

En cada papa recogida por los representantes de las Comunicaciones iba una reverencia a la biodiversidad, el equilibrio natural, la sostenibilidad ambiental de esta finca donde se evita el uso de agroquímicos y conservan los recursos naturales.
Este trabajo productivo fue un brindis por la resiliencia de esta área agroecológica, resistente a los efectos del cambio climático y las fluctuaciones del mercado, donde este lunes se habló de seguridad alimentaria, en busca de fomentar la producción local y diversificar los alimentos, contribuyendo a la soberanía alimentaria del territorio.

Constituyó, también, una clase de que la agroecología no solo es una práctica agrícola, sino una filosofía que busca armonizar la producción de alimentos con el respeto al medio ambiente y las culturas locales.

Sin miedo a los fantasmas los del sindicato de las Comunicaciones dieron su aporte allí donde de fomenta un modelo clave para un futuro más sostenible