Este martes será recordada en el Municipio Especial la Isla de la Juventud a Dimas Pozo Valdés, quien nació el 25 de marzo de 1942 en La Habana.
¿Qué relación tiene con este territorio si su terruño natal es otro?, pues en 1963 fue enviada a la entonces Isla de Pinos para laborar como Organizadora Regional de la Unión de Jóvenes Comunistas; al año siguiente pasó a Ideológica del Regional del Partido y en 1966 la designan secretaria municipal de la Federación de Mujeres Cubanas.
Falleció el cinco de abril de 1970, por su destacada labor se determinó poner su nombre a varios centros, entre ellos un taller de confecciones y un Círculo Infantil ubicado en el reparto Juan Delio Chacón, que anteriormente fungió como escuela.

Ella luchó incansablemente por hacer una transformación de esta escuela a Círculo Infantil, porque no había ninguno en el reparto y tenían muchas inquietudes de las compañeras que vivían en este lugar y tenían hijos menores de cinco años. Durante años estuvo cerrado hasta que aceptaron la propuesta, y seis meses después de su muerte lo inauguraron.
Su sueño se hace realidad, razón por la cual trabajadores, padres, vecinos y organizaciones políticas del reparto, deciden nombrarla Dimas Pozo en agradecimiento a su constante sacrificio por lograr esto y darles la oportunidad a los padres del reparto que pudieran trabajar y que sus hijos pudieran estar seguros en una institución escolar.
El centro comenzó con pequeños de primero y segundo año de vida y quince trabajadoras en total, su primera directora fue Concepción Contreras, luego la siguió Regla, María Joa, Margarita, Esther, Mercedes, Maribel, Ana Elsy, Nilma, Caridad y un sinnúmero de destacadas mujeres que han hecho de este centro un lugar de referencia.
En sus inicios acogían a los pequeños desde 45 días de nacidos, mientras que hoy ocurre al cumplir un año hasta los seis, reciben atención pedagógica, médica, estomatológica y oftalmológica, de enfermería, alimentación, y vestuario, entre otros beneficios.
Hasta inicios de la década del 80 esas instalaciones fueron dirigidas por el Instituto de la Infancia y después las asumió el Ministerio de Educación, para lo cual fue creado el subsistema de educación preescolar que abarcó la educación de esos niños.
A partir de esa etapa los esfuerzos en la educación estuvieron dirigidos al fortalecimiento de la atención, de los programas educativos y de desarrollo para los menores, junto con el perfeccionamiento de la formación del personal.
En 1981 fueron aprobadas las auxiliares pedagógicas, llamadas de forma cariñosa “seños”, para apoyar el proceso educativo, las cuales se mantienen hasta la actualidad. Estas en conjunto con las educadoras, llevan adelante el proceso educativo donde se cumple estrictamente con un horario de vida en los diferentes salones.
Los avances son palpables; en estos momentos se cuenta con una educadora musical y de computación, una logopeda que explora el desarrollo del lenguaje de forma individualizada y le da tratamiento a cada uno de los niños según sus necesidades.

El valor de una sonrisa
En la Isla en sus círculos infantiles la sonrisa de los más pequeños endulza la cotidianidad de educadoras y auxiliares pedagógicas.
Al valorar la situación actual de los círculos infantiles en el territorio, se aprecia un avance a pesar de las limitaciones económicas, estos jardines de la infancia mantienen sus puertas abiertas.
Asimismo, el programa Educa a tu Hijo, destinado a preparar a las familias en la formación de los menores desde la gestación en el vientre de las madres, muestra mejores resultados en la atención y seguimiento a niños con problemas de salud, necesidades educativas especiales y a las embarazadas de las comunidades, a quienes estimulan a realizar ejercicios profilácticos con el asesoramiento de personal deportivo.
Todavía falta ganar en hábitos de vida donde la familia desempeña un rol fundamental para consolidar lo aprendido en los círculos, como es lengua materna, nociones de matemática, educación física, musical, artes plásticas, así como conocimiento del mundo de los objetos y análisis fónicos.
Sin duda esta es una de las obras más hermosas de la Revolución; ahí nacen los primeros hábitos y reflejos de trabajo y convivencia social de los pequeños, pues como señaló el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz al referirse a estas instituciones, es casi más importante el círculo que la Universidad, porque allí el niño aprende a actuar.