Como todo, también los sensibles servicios de salud están impactados por carencias debido al bloqueo económico, comercial y financiero del gobierno de los Estados Unidos, pero en este caso, también lo arremeten mediáticamente con especial ensañamiento.
En los últimos días, han circulado por las redes sociales mentiras y verdades a medias que aprovechan las innegables dificultades para intentar hacer invisible los colosales éxitos de la medicina cubana, tanto dentro como fuera de las fronteras nacionales.
Mediante una abundante verborrea de la impotencia han tratado de empañar al Hospital Pediátrico Docente “Juan Manuel Márquez”, de La Habana y al Instituto de Hematología e Inmunología Dr. José Manuel Ballester Santovenia, centros demostrativos de que Cuba es una potencia médica.

Atendiendo criterios recogidos en colectivos de la salud, no vale la pena mencionarlos, y tampoco bajar la mirada por donde reptan hacia un país que de mala fe los acoge, en tanto tienen millones de personas sin seguro médico, a pesar de ser las enormes riquezas que tiene.
Seguir trabajando bien, es lo que aseguran hacer sin perder tiempo en discusiones, ni tampoco querer aclarar nada a quienes saben la verdad, pero se aprovechan sin escrúpulos de enfermedades del prójimo o hasta de familiares para conseguir sus fines.
No hay nada más que decir. Baste conocer que desde hace varios días medios digitales que no son cubanos, ni tampoco socialistas, publican el hecho de que una niña residente en Texas y ciudadana estadounidense que recibía tratamiento para un cáncer cerebral, fue deportada a México junto con sus padres indocumentados.
Los padres de la niña de 10 años están ahora desesperados por regresar a Estados Unidos para continuar su tratamiento, después de que las fuerzas de inmigración expulsaran a la niña y a cuatro de sus hermanos nacidos en Estados Unidos de Texas el 4 de febrero, según NBC News.
El mes pasado, la familia viajaba de su casa en Río Grande a Houston para acudir a una revisión médica de urgencia cuando un control de inmigración la detuvo. Habían visitado a los especialistas otras cinco veces sin problemas, dijo a la NBC el abogado Danny Woodward, que representa a la familia con el Proyecto de Derechos Civiles de Texas.
Anteriormente, los padres habían presentado cartas de médicos y abogados para pasar la revisión. Sin embargo, el mes pasado, las cartas no bastaron para que pasaran y fueron detenidos cuando los padres no pudieron mostrar que eran inmigrantes legales. La madre declaró a la NBC que intentó explicar a los agentes la situación de su hija, pero “no tuvieron interés de oírlo”.
Woodward dijo a la cadena que los padres no tienen antecedentes penales, aparte de no tener “un estatus migratorio válido”. El Servicio de Aduanas y Protección de Fronteras de Estados Unidos deportó a la familia, según su abogado.
Aunque la niña ya se sometió a cirugía para extirparle el tumor cerebral canceroso, sigue sufriendo inflamación en el cerebro, lo que le dificulta el habla y la movilidad, según su madre. Por ello, los médicos seguían comprobando su estado con regularidad antes de que deportaran a la familia. También tomaba medicamento para detener las convulsiones.
Cuatro de los cinco hijos de la familia nacieron en EE. UU. Los padres migraron a EE. UU. desde México en 2013 y se instalaron en Texas con la esperanza de un futuro mejor. La pareja tiene un hijo de 17 años que permanece en Texas.
La madre contó a la NBC que, tras su detención, fueron llevados a un centro de detención, donde la madre y las hijas fueron separadas del padre y los hijos.
Tras varias horas, metieron a la familia en una camioneta y la dejaron en el lado mexicano de un puente de Texas, tras lo cual pasaron una semana en un refugio de la zona. Ya lograron mudarse a una casa, pero la madre asevera que les preocupa la seguridad, lo que le quita el sueño. Los niños no han podido ir a la escuela.
La presidenta del Proyecto de Derechos Civiles de Texas, Rochelle Garza, dijo a la NBC que el caso es una “tragedia”, pero que no es “algo aislado”. Acusó que era “parte de un patrón en la práctica” de la administración de Trump.
(Tomado de Independent)

Acerca del autor
Licenciado en Periodismo y licenciado en Ciencias Sociales, autor de El Foro en Cubahora, jubilado y reincorporado en la Redacción Digital de Trabajadores, donde escribe las secciones LA GUAGUA y EN 500 CARACTERES, fue corresponsal del periódico Vanguardia en tres de las seis regiones de Las Villas, Jefe de Redacción fundador del periódico Escambray, Corresponsal Jefe de la Agencia de Información Nacional (actual ACN) en Sancti Spiritus, colaborador de Radio Progreso, Prensa Latina y Radio Sancti Spíritus; así como Jefe de Información, Subdirector y Director del periódico Vanguardia, donde administró sus foros de discusión.