Este 14 de Marzo, Día de la Prensa Cubana, felicitamos a todos nuestros colegas, en especial a uno, que ha entendido a plenitud lo tremendo de esta profesión, y sigue sembrándole comienzos, humildad y ejercicio certero
Por Yuset Puig Pupo / Periódico 26
Las Tunas.- Por estas fechas, Jorge Pérez Cruz, el veterano corresponsal del periódico Trabajadores, anda con aires de timidez. Y como una sarta de destiempo se me plantea de frente aquella vez en la que una colega (para ser clara: yo) intentó reemplazarlo, provisionalmente, en su misión de ser voz del movimiento sindical tunero y se llevó tremendo susto.

El jefe de Información de dicho rotativo mandó un correo extenso para asegurar la calidad de la colaboración desde el Balcón del Oriente Cubano y en los primeros cinco párrafos (¿o eran siete?) hacía una apología de quien era para él uno de los mejores corresponsales que tenía ese medio: “…buena persona, tremendo amigo, un entrevistador a todas luces, de prosa profunda, pero sensible…”. Después de aquella lectura entendí qué grandes eran sus zapatos.
Por aquel entonces, pleno 2019, Jorge ponía en Venezuela su talento innato para los temas sindicales, para mirar de frente a los entrevistados y plasmar en papel una radiografía del ser humano agazapado en sus realidades y tonos grises, que trasciende en el día a día, lo mismo protagonizando una operación a corazón abierto que barriendo los pisos en un ingenio azucarero.
“Que nadie piense que nuestros colaboradores la llevan fácil en el extranjero”, fue la enseñanza con la que regresó a Las Tunas y trajo bajo el brazo una amalgama de historias de hazañas diarias, de gente sencilla y a la vez inmensa, de anécdotas curtidas lo mismo a la orilla del Amazonas que en medio de una carreta olvidada a merced de la noche.
En la tierra de Bolívar tuvo la responsabilidad de ser jefe del equipo de prensa. Y aquí llegó la voz de que aquella osadía lo “condenó” a dormir poco y escribir muchísimo, “porque los ejemplos tienen que ser sólidos como el asfalto”. Allí recorrió 17 estados por carretera, barco o barcaza y conoció los matices de un país que asegura querer.
Los más viejos de 26 recuerdan también los años dorados en los que Jorge Perfecto (segundo nombre que descubrimos hace poco) estuvo en Haití, como corresponsal de periódico tunero, y desempolvan las crónicas que le nacieron, desde la sensibilidad y la añoranza.
No se me olvidará nunca que del diálogo inigualable con el querido Julio César Pérez Viera supimos los inicios de la relación íntima de Jorge con el Periodismo, hallazgo del que él primero se sentía responsable, pues fue quien lo sacó de “Jesús Menéndez” y lo encaminó en la corrección de textos, allá por el año 1979.
No demoró mucho el aprendiz en empezar a escribir y después fue auxiliar de Redacción, jefe de los corresponsales y llegó a hacerse cargo de la sección Cultural; a la par era dirigente del Sindicato de la Cultura. Tanto hacía por aquellos tiempos que lo seleccionaron para la presidencia del contingente cultural Juan Marinello, una organización de artistas y creadores, con un fuerte impacto en las comunidades.
Después abarcó el Comité Provincial de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) y “casi a la vez comencé a tirarle balas al sector desde el propio rotativo”, bromea.
No es raro que, tras tanta vivencia, Jorge sea del tipo de periodista todoterreno. Y más bonito aún, un compañero fuera de rosca, jaranero, jovial siempre, aunque los tiempos pinten oscuros; y que sus artículos defiendan al obrero, porque tiene una empatía real con la gente.
Cuando se refiere a su entrevistado ideal cuenta que es el que menos habla, pero por sus colegas se entera de que es el que llega con el alba y le planta cara a la falta de recursos, horarios corridos, desafíos… Confiesa que carga insatisfacciones y desde su pluma intenta reflejar “las malas interpretaciones de muchas políticas que se trazan para beneficiar al sector sindical, pero por desconocimientos, trabas, burocratismo… no aterrizan con buenos resultados”.
…
Por estos días, Jorge Pérez Cruz rehuye del diálogo. Prefiere no mencionar sus “pequeñas” batallas que le valieron varias veces la Condición de Vanguardia Nacional, el Sello Laureado Nacional de Cultura, la Medalla Hazaña Laboral y múltiples reconocimientos e insignias dentro y fuera del territorio.
El veterano más deportivo del sector ha sido honrado con el Premio Provincial de Periodismo por la Obra de la Vida Rosano Zamora Paadín, lauro que hoy recibirá en Acto Central, en esta ciudad.
Agrega su nombre a una lista donde brilla lo más encumbrado de esa profesión hiriente que no sabe si lucha contra molinos de vientos, gigantes o ambas cosas.
Jorge, ¡te estamos en deuda!