Compacto Caribe: Cuando un colectivo no se encartona

Compacto Caribe: Cuando un colectivo no se encartona

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En Compacto Caribe, una empresa dedicada a la producción de cartón corrugado, dos definiciones marcan el accionar del colectivo de traba­jadores: el financiamiento para la materia prima lo consiguen “a como sea”, o como asegura Ramón García, su gerente general: “Luchando con los clientes, que son más de 300”; la otra máxima la ponen en práctica si les llega el apagón eléctrico —algo frecuente— momento en que deciden buscar alternativas. “Siempre hay alguna tarea por hacer; si desmovi­lizas al colectivo lo perdiste todo, no podemos quedarnos de brazos cru­zados”, refiere.

Foto: Alejandro Acosta Hechavarría

En honor a la verdad no son dos, sino otras muchas concepciones las que estos trabajadores de la industria ligera ponen en práctica a cada instan­te, pues tienen el convencimiento de que en todo momento hay que intentar salvar la empresa. “Si nos guiamos por los problemas no podríamos trabajar, pues sobran las justificaciones para no producir”, agregó el experimentado gerente, quien con solo 28 años ya era capaz de dirigir uno de los poligráficos enclavados en la provincia de Santiago de Cuba.

 

Paguen o no paguen

“Nosotros fabricamos cajas de car­tón corrugado para muy disímiles clientes. Si incumplimos las que deben envasar productos para las hemodiálisis, ¿qué pasaría enton­ces en los hospitales? —pregunta Ramón—. ¿Y si son de las fabricadas en Santiago de Cuba para empa­quetar sueros?”, inquiere, sabedor de la respuesta.

“Son definiciones, y todos, in­cluida la parte extranjera, tenemos muy claros esos asuntos. Sabemos que hay envases con los que siem­pre hay que cumplir, aunque perte­nezcan a entidades que nos deban dinero”.

Compacto Caribe está confor­mada por tres fábricas: la de la calle Perla —casa matriz—, bien cerca del Centro de Entrenamien­to de Alto Rendimiento Cerro Pe­lado en La Habana; la de Santiago de Cuba, también destinada a los envases de cartón; y la de Pal­ma Soriano, dedicada a envases de cartulina para medicamentos, principalmente.

La entidad, sede el pasado sába­do de los actos nacionales por el Día del Trabajador de la Industria Li­gera, resultó la más integral de ese sector durante el 2024, pero a decir del gerente general, lleva 10 años con igual eficiencia, sin incumplir nin­gún plan ni objetivo.

“El año 2024 no fue diferente a los de la última década. Labo­ramos con igual ritmo y lo único que no hemos logrado es volver a crecer y alcanzar los niveles pro­ductivos del 2019, nuestro mejor año”, dijo.

El propósito, aunque loable, pa­rece poco probable de materializar, pues el quehacer de Compacto Cari­be depende de la demanda de la eco­nomía nacional, muy afectada hoy y con niveles de envases muy inferio­res a los del citado 2019.

El gran decrecimiento del consu­mo de envases se manifiesta en el ca­marón, la langosta, BioCubaFarma, y la industria alimentaria, a la que se dirige el 50 % de todo lo que pro­duce esta empresa.

Por ejemplo, La Estancia consu­mía 10 millones de cajas para sus ju­gos y no llegan a 1 millón, mientras BioCubaFarma demandaba 4 mi­llones de envases corrugados y hoy tampoco alcanza el millón.

A pesar de ello, en el 2024 pu­dieron cumplir sus planes de venta, de producción y las exportaciones certificaron los sistemas contables y los integrados de calidad, y el in­greso promedio mensual para sus 230 trabajadores ascendió a 20 mil pesos, a lo que se sumó un positivo nivel de atención en el aseo y la ali­mentación.

Compacto Caribe, empresa mix­ta con una entidad española, cumplió en el pasado mes de enero 25 años de fundada y produjo entonces 530 mi­llones de pesos, 120 millones menos que en el 2019.

De hecho, si en el 2019 el país importaba casi 28 millones de ca­jas para distintos sectores, en el 2024 las cifras solo reportaban 2 millones, indicativo de que les quedan muy pocos nichos por sa­tisfacer.

Sobre los aspectos aún por su­perar, el colectivo tiene definidos sus puntos débiles: “Estamos in­satisfechos con la calidad de los envases, algo condicionado por la calidad del papel que utilizamos y por mal trabajo nuestro. Ade­más, nos golpea mucho la fluctua­ción laboral, fundamentalmente en Palma Soriano y Santia­go de Cuba”. ¿Principales fortalezas?, indagué: “La disciplina y el esfuerzo de los trabajadores”.

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