Poco faltó para que el presidente de EE.UU., Donald Trump y el jefe del régimen de Ucrania, Volodimir Zelenski, se fueran a las manos en el despacho Oval, algo nunca visto al menos ante las cámaras de televisión, en un encuentro entre dos mandatarios.
En la cita que sostuvieron en Washington el pasado viernes, Trump reprendió fuertemente a su interlocutor por continuar apostando por la guerra con Rusia. En encuentro terminó con la expulsión de Zelenski de la Casa Blanca después de varios rounds de una intensa pelea.
El inconstitucional gobernante de Kiev salió mal parado del combate cuerpo a cuerpo con su anfitrión, quien lo reprendió por no estar preparado para eventuales negociaciones de paz con las autoridades de Moscú.
El repitente inquilino de la Casa Blanca le agregó a su visitante, en voz alta y con las manos alzadas, que con su conducta bélica podría ser el causante de la tercera guerra mundial.
Zelenski ripostó, también de manera violenta, al “emperador” de Washington para intentar conseguir que EE.UU. continúe su financiamiento multimillonario y respaldo en armamentos al conflicto entre Ucrania y Rusia.
Lejos de lograr su propósito, la respuesta de Trump subió más de tono, cuando le afirmó a su ahora “contrincante” que Kiev ya no tiene soldados para seguir inmerso en la confrontación castrense con Moscú.
La riña televisada entre ambos mandatarios tuvo un final desastroso para el gobernante ucraniano, quien, según analistas políticos, podría ser expulsado del poder en los próximos días por sus propios compatriotas.
Los mismos expertos coinciden en que Zelenski ya perdió la guerra con Rusia, y también la silla presidencial que ocupa inconstitucionalmente, al retrasar la celebración de elecciones en su país.
Concuerdan que sin el apoyo de EE.UU. el “payaso” de Kiev está muerto políticamente aunque cuente hasta hoy, para sorpresa de no pocos, con el apoyo de la erosionada y débil Unión Europea (UE).
Los analistas alegan que las naciones del viejo continente, inmersas en una profunda crisis socioeconómica, precisamente y entre otras cosas por aplicar sanciones a Rusia, terminarán por obedecer a Washington como históricamente han hecho.
Mientras tanto, Rusia, China y el mundo, en general, observan desde las gradas los pleitos entre Ucrania, EE.UU. y la UE, en espera de un desenlace favorable a la paz.