El presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP) y del Consejo de Estado de Cuba, Esteban Lazo Hernández, se encuentra en Namibia para participar del Servicio Conmemorativo y Funeral de Estado del Excelentísimo Doctor Sam Nujoma, presidente fundador de la nación africana quien falleció el pasado 8 de febrero.
Los habitantes de toda Namibia querían despedir al prócer, por ello se organizaron ceremonias en diversas ciudades que culminarán este 1 de marzo con un Funeral de Estado que tendrá lugar en el Memorial Heroes Acre, en Windhoek, y contará con la participación de varios jefes de Estado y de Gobierno del continente africano y del mundo.
La comitiva cubana encabezada por Lazo Hernández ha estado integrada además por el General de Cuerpo de Ejército y Héroe de la República de Cuba, Joaquín Quintas Solá, viceministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias; el miembro del Secretariado y Jefe del Departamento Agroalimentario del Comité Central del Partido Comunista, José Ramón Monteagudo Ruiz; el Héroe de la República y presidente del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP), Fernando González Llort, así como directivos de la ANPP y la Cancillería.

Nujoma fue un amigo entrañable de la mayor de las Antillas y de su líder histórico Fidel Castro Ruz.
Al conocerse la noticia de su deceso las autoridades cubanas decretaron Duelo Oficial y Duelo Nacional.

El hijo más valiente
El Dr. Nangolo Mbumba, actual presidente de Namibia, describió a Sam Shafiishuna Nujoma como el hijo más valiente: “Nuestro Padre Fundador vivió una vida larga y trascendental durante la cual sirvió excepcionalmente al pueblo de su amado país. (…) dirigió heroicamente al pueblo namibio durante las horas más oscuras de nuestra lucha por la liberación hasta la consecución de la libertad y la independencia el 21 de marzo de 1990”, aseguró.
En la nota donde comunicó al mundo la muerte del reconocido patriota tras varias semanas hospitalizado, Mbumba apuntó que “como Presidente Fundador (…) proporcionó el máximo liderazgo a nuestra nación y no escatimó esfuerzos para motivar a todos y cada uno de los namibios a construir un país que se destacara y se enorgulleciera entre las naciones del mundo”.
Al decir del mandatario, “no sólo abrió el camino hacia la libertad, sino que también nos inspiró a ponernos de pie y convertirnos en dueños de esta vasta tierra de nuestros antepasados”.
El legado de Nujoma trasciende el hecho de haber sido el primer presidente de la nación. Durante su mandato (1990-2005) se aprobó la Constitución de Namibia; se inició una reforma agraria que redistribuyó parte de la tierra que hasta entonces estaba en manos de la minoría blanca; se organizaron sistemas educativos y de salud para todo el país; y promovió un movimiento de liberación inclusivo, en el que participaron todas las etnias y regiones de Namibia, lo que ayudó a crear un gobierno multirracial y multiétnico.
Un baobad ha caído
Sam Nujoma formó parte de esa generación de líderes africanos, casi extinta hoy, que condujo la lucha contra el colonialismo en África y que impulsó la independencia de sus respectivas naciones.
Nació el 12 de mayo de 1929 en Etunda, Ongandjera, en la región de Omusati. Fue el mayor de 10 hermanos de una familia campesina de la tribu Ovambo.
Con apenas 20 años se trasladó a la ciudad capital, Windhoek, donde llegó a convertirse en líder de los trabajadores del ferrocarril. En esa etapa asistió a clases nocturnas, estudios que le permitieron ampliar su comprensión del mundo y de los problemas de su país, entonces nombrado Sudáfrica Sudoccidental.
A pesar de la fuerte represión, Nujoma fue radicalizando su pensamiento y en 1960 participó de la fundación de la Organización del Pueblo de África del Sudoeste (SWAPO). Bajo su liderazgo la organización libró duras batallas contra el régimen sudafricano, las cuales contaron con el apoyo militar de combatientes cubanos, angoleños y luchadores antiapartheid del Congreso Nacional Africano (ANC). El enfrentamiento culminó con la derrota del régimen racista y la fundación del Estado de Namibia en 1990.

La deuda de gratitud del pueblo namibio para con los cubanos fue siempre recordada por Nujoma. En una entrevista concedida en el 2015 a la agencia Prensa Latina reiteró estar “casi seguro de que sin la participación activa de las tropas cubanas no hubiésemos podido derrotar al ejército racista de Sudáfrica».
Sam Nujoma visitó Cuba en varias ocasiones. En 1991 fue condecorado con la máxima distinción que otorga el Estado, la Orden José Martí, impuesta por el Comandante en Jefe Fidel Castro. Entre ambos líderes, así como con el General de Ejército Raúl Castro, existió siempre un afecto profundo, de mutua admiración.
La nota divulgada por la Presidencia de Cuba a raíz de la muerte de Nujoma recordó que el prócer “Demostró toda su vida un cariño especial por Cuba y apoyo a la Revolución Cubana, desde la etapa en que lideró al heroico pueblo namibio en la lucha por la independencia y más adelante, cuando asumió la máxima dirección de su naciente Estado independiente y también como líder africano, símbolo de firmeza y defensa por las causas justas”.
“Nujoma es el baobab africano que, con grandiosidad y dotado de la inmortalidad, se multiplicará en los jóvenes que encarnan el futuro y que forjarán la Namibia que él soñó y a la que dedicó su fructífera vida”, dijo el vicecanciller cubano Carlos Fernández de Cossío al hablar en el homenaje al prócer africano efectuado recientemente en la sala Trusteeship Council Chamber, en la sede de la ONU, en Nueva York,
“Seguiremos llevando a Namibia y a África en el corazón, para quienes siempre tenderemos puentes de solidaridad y hermandad, como nos enseñaron Fidel y Nujoma”, concluyó el diplomático cubano.