Namibia vivía días difíciles, en pleno duelo nacional aquel mes de febrero de 2024, tras el fallecimiento del tercer Presidente de la
República, Dr. Hage G. Geingob. Todo el país despedía a uno de sus más ilustres hijos. Windhoek reunía por esos días a numerosas
personalidades de la nación africana y a líderes internacionales que acompañaban al pueblo namibio en esos momentos de homenaje
póstumo al fallecido mandatario.

Allí estaba también Cuba, nación hermana distante geográficamente a más de 11 000 kilómetros; pero cercana en la historia de la solidaridad, representada en esa ocasión en el Funeral de Estado por el miembro del Buró Político del Comité Central del Partido Esteban Lazo Hernández, presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular y del Consejo de Estado.
Por eso, aquella tarde del 25 de febrero de 2024, con profundo respeto, en medio del dolor de aquellos días; Esteban Lazo llegó
hasta la casa de Sam Nujoma, en la capital namibia, a trasladar personalmente las más sentidas condolencias en nombre del
Partido, el Estado, el Gobierno y el pueblo cubanos por el lamentable suceso. El líder africano, Padre Fundador de la Nación
Namibia y Primer Presidente de la República, recibió aquella tarde a un buen amigo. Sostuvieron una larga conversación, símbolo de la imperecedera hermandad fraguada, desde hacía varias décadas, entre ambos pueblos en la lucha compartida por la libertad de
Namibia y de otras naciones del continente.
A pesar de la tristeza de aquellos momentos, Nujoma estaba feliz de recibir a un «compañero», como llamaba en perfecto idioma
español a Esteban Lazo; a un hijo de la tierra de sus entrañables amigos Fidel y Raúl. Esa tarde, agradeció una vez más por la contribución de Cuba a la independencia de su país y la solidaridad permanente con su pueblo; y ratificó su admiración por el líder
histórico de la Revolución, Fidel Castro. También, dedicó palabras de elogio y agradecimiento a los combatientes internacionalistas
cubanos «que compartieron trincheras con nosotros y su sangre fue derramada por nuestra libertad en las tierras del sur de África contra el represivo régimen de apartheid».

El papel heroico de Cuba en la derrota del apartheid es uno de los actos más memorables e históricos de internacionalismo
presenciados en la historia reciente, afirmó aquel día visiblemente emocionado.
Luego, invitó a Esteban Lazo a recorrer su despacho y con sumo placer fue mostrando detenidamente las distinciones,
reconocimientos y fotos de momentos entrañables de su vida, atesorados en un amplio salón. Para regocijo de todos, varias de
esas instantáneas incluían a personalidades cubanas. «Mi foto con el Comandante en Jefe Fidel Castro en La Habana», señaló hacia
una fotografía colocada en un lugar especial de aquella habitación; y los presentes nos percatamos que sobresalían también fotos del
Comandante Ernesto Che Guevara; del General de Ejército Raúl Castro Ruz y de los Cinco Héroes…
Nujoma caminaba feliz, con una sonrisa en su rostro, al compartir anécdotas de esos momentos atrapados en aquellas fotografías. De repente, para nuestra sorpresa, comenzó a cantar canciones típicas de su pueblo.

Al final del recorrido, acudió hasta la puerta a despedir a Esteban Lazo con un abrazo. A la vista de todos, alzó su voz para decir un
memorable: ¡Hasta la victoria siempre! ¡Venceremos!, con los puños en lo alto. Fue este el último encuentro de Sam Nujoma con un
dirigente cubano, y quizás uno de los últimos sostenidos en vida con líderes internacionales; como una premonición de aquella frase
de José Martí que expresa: «La muerte no es verdad cuando se ha cumplido bien la obra de la vida».