De todas las amenazas y las medidas que anuncian contra nosotros dos rubios con poder en el Gobierno de Estados Unidos nada nos sorprende. Unas más, otras menos, las administraciones de los vecinos más incómodos que tenemos hacia el Norte, nunca han entendido que a los cubanos nos sobra valentía, honor, dignidad, coraje y más C para defender este pedazo de tierra y nuestro proyecto revolucionario.
Ahora hablan de listas nuevamente, de sanciones, de leyes y de asfixia como si no fuera suficiente el bloqueo económico, comercial y financiero que ha pretendido doblegar por hambre y enfermedades a niños, jóvenes, adultos y ancianos por más de 60 años. Y claro que pronto sentiremos sobre nuestra vida diaria esas locuras aberrantes de su política.
Sin embargo, ante cada apretón de cuello saltará la inteligencia para innovar, buscar una alternativa y sobrevivir. Cuando la persecución a las remesas, a los turistas y a quienes quieran invertir toque los extremos del delirio, aquí estaremos nosotros con la cultura y la alegría de siempre, las ofertas más atractivas al empresario foráneo y la solidaridad de amigos en todo el mundo.
Todavía hay quien se pregunta cómo andamos tan tranquilos si faltan materias primas en las fábricas, si los hospitales se resienten con el déficit de medicamentos, si la alimentación está difícil en cada hogar sin remesas (que es la mayoría) y si la inflación sigue jugando una estocada al trabajo honrado, por solo poner ejemplos cotidianos que solucionaremos unidos los trabajadores, campesinos, intelectuales, economistas, cubanos todos.
En esta nación hace 67 años no entra el miedo ante cada palabra de los gobernantes estadounidenses de turno. Y hasta el día en que pagaron una invasión les cambiamos por compotas a sus mercenarios. Ahora los tiempos son otros, pero la decisión es la misma. Vamos a seguir pa´lante. Con corazón, compromiso y la palabra que más les asusta escuchar a ellos porque la llevamos en la sangre rebelde y entre las piernas del valor: coraje, coj….