La biodiversidad en los ecosistemas de agua dulce del mundo se enfrenta a una gran crisis, pues el 24 % de las especies animales que allí viven se encuentran al borde de la desaparición.

Tal fenómeno constituye una grave afectación para la naturaleza de nuestro planeta si tenemos en cuenta que los ecosistemas de agua dulce, a pesar de constituir menos del 1 % de la superficie terrestre, albergan una asombrosa riqueza: el 10 % de las especies animales conocidas.
Es de significar que esta biodiversidad no solo es muy rica sino también muy frágil, y representa un recurso esencial para miles de millones de personas en todo el mundo, además de ser un factor de mitigación de los efectos del cambio climático.
Tan valiosos elementos son revelados por un estudio científico realizado durante más de 20 años con la participación de más de mil expertos en todo el mundo, que fue liderado por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y publicado este mes por la revista científica Nature.
De acuerdo con esta evaluación mundial de la fauna de agua dulce, que lleva por título “Una cuarta parte de la fauna de agua dulce en peligro de extinción” (en inglés “One quarter of freshwater fauna threatened with extinction”), al menos 4, 294 especies de los 23,.496 animales de agua dulce en la Lista Roja de la UICN se enfrentan a un alto riesgo de extinción.
Cabe apuntar aquí que la Lista Roja de la UICN es el inventario más reconocido mundialmente sobre el estado de amenaza de las especies. Esta relación es confeccionada por la Comisión de Supervivencia de Especies de la UICN, una red de más de 8 mil especialistas de todo el mundo que trabaja por la conservación de especies a nivel mundial.
De acuerdo con el referido estudio, las mayores cifras de especies amenazadas se encuentran en el lago Victoria (bordeado por Uganda, Tanzania y Kenia), el lago Titicaca (entre Bolivia y Perú), los humedales de Sri Lanka y los Ghats occidentales de la India, áreas que albergan una biodiversidad de agua dulce entre las más ricas del mundo, incluidas muchas especies que no se encuentran en ningún otro lugar de la Tierra.

Los científicos descubrieron que los sistemas de agua subterránea de todo el planeta albergan más especies amenazadas de lo esperado. También los lagos, los oasis y los manantiales son puntos críticos en materia de extinción, como lo ejemplifica el que, en el 2020, quince especies de peces del lago Lanao, en Filipinas, fueron declaradas Extintas en la Lista Roja de la UICN.
Entre los factores que generan este grave proceso de extinción se encuentran la contaminación, proveniente principalmente de la agricultura intensiva, así como la explotación forestal, elementos que afectan a más de la mitad de todos los animales de agua dulce amenazados. Los ecosistemas de agua dulce se degradan aún más por la conversión de tierras para uso agrícola, la extracción de agua y la construcción de represas y embalses, que también bloquean las rutas migratorias de los peces.
Un papel particularmente importante en las extinciones la han tenido también la sobrepesca y la introducción de especies exóticas invasoras.
En términos numéricos, la investigación precisa que el 54 % de las especies amenazadas se ven afectadas por la contaminación, el 39 % por las represas y la extracción de agua, el 37 % por el cambio en el uso del suelo y los efectos asociados a la agricultura, y el 28 % por especies invasoras y enfermedades.
También encontró que, aunque los animales de agua dulce amenazados estudiados tienden a vivir en las mismas áreas que anfibios, aves, mamíferos y reptiles también amenazados, se enfrentan a amenazas diferentes debido a sus hábitats específicos. Por tanto, deben aplicarse medidas de conservación específicamente dirigidas a las especies amenazadas objeto de la investigación.
Los autores del estudio significan que sus resultados permitirán a los responsables políticos y a los actores sobre el terreno planificar medidas de conservación de los entornos de agua dulce donde más se necesitan, recomiendan medidas específicas para prevenir nuevas extinciones y solicitan a los Gobiernos y demás actores utilizar estos datos en la gestión del agua y otras medidas según correspondan.
“Debemos tomar en serio este estudio y, en lugar de desesperarnos, invertir energía y recursos en conservar estos entornos”, afirmó sobre los resultados de la investigación Stephanie Wear, Vicepresidenta senior de Conservation International en el Moore Center for Science, institución asociada a la UICN. Y advirtió la dirigente científica:
“Nuestra salud, alimentación, agua potable y nuestros medios de vida dependen de ellos”.
(Con información de páginas web de IUCN, National Geographic y Semanario Universidad)