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Cargando...Juana Eglis Fernández Louit habla en primera persona del plural pero, a la luz de su cargo desde hace siete años y, sobre todo, de su compromiso de casi tres décadas en el movimiento sindical guantanamero, no es exactamente un plural de modestia.
Por eso, cuando la Secretaria del Comité Provincial de la Central de Trabajadores de Cuba, CTC, dice “los obreros estuvimos en la recuperación tras el paso de Oscar” entiendo que ella, la “Juanita” del sindicato, fue de las primeras en llegar a las zonas afectadas que, durante el tiempo necesario, la vio sacar lodo, salvar lo posible, devolver la esperanza con sus propias manos.
Si habla de los eléctricos, la veo a ras de suelo con los trabajadores de cascos amarillos, bajo la llovizna que, tozuda, igual no pudo detener a nadie en esos días en los que la luz tuvo que venir de muchas partes, porque hasta el sol se resistía a salir.
Estar donde es necesario —lo sabe, lo entiende, lo aplica— es un sino de cualquier sindicalista que se digne de serlo, sin esperar nada a cambio, aunque de vez en cuando la vida te sonría, y te contagie.
“Imagínese, cuando informaron a Guantánamo por segunda ocasión consecutiva como Destacada y, como si estar entre los mejores no fuera suficiente, sede del Acto Nacional por aniversario 86 de la fundación de la CTC”.
La emoción, con los días, se ha multiplicado, y a la hora de esta entrevista, en las ciernes del 2025, los saludos por el año nuevo se mezclaban con un “felicidades por la sede” que incluso interrumpió, con abrazo incluido, par de veces nuestro diálogo.
¿Qué méritos sostienen el resultado?, pregunto.
“Es consecuencia del trabajo en un periodo de muchos retos. El año pasado, cuatro de nuestros 15 sindicatos tuvieron sus conferencias nacionales y se fortalecieron, los trabajadores agropecuarios merecieron la categoría de Destacado, y se anunció a Guantánamo como sede del acto de los ferroviarios, este 2025”, puntualiza.
Señala, también, el completamiento de las plazas de cuadros de la CTC, incluyendo los sindicatos y la ANIR; la discusión del proyecto de estatutos y la marcha del proceso asambleario por el XXII Congreso, que tendrá la conferencia provincial el 13 y 14 próximos.
Es, más que nada, el trabajo de “hormiga”, la asamblea de afiliados que no se pasa por alto, el planteamiento que se resuelve o se encausa. Sabe que es un reto. Hay caminos recorridos y otros, especialmente en el sector no estatal, en construcción.
No han logrado poco. Enero “amanece” con la afiliación de casi la mitad de los trabajadores no estatales -una cifra que supera la media del país. “Es resultado de que el sindicato haya sido la vía para canalizar sus inquietudes. De hecho, hay muchos cambios resultantes de las reuniones que, cada tres meses, convocamos.
“Logramos, por ejemplo, la incorporación de madres de ese sector a los círculos infantiles, el respeto de rutas del transporte público y la designación de un miembro de los consejos de dirección de los organismos de relación para que trabaje con esos afiliados”, precisa.
La CTC fue, de nuevo, la “santa” que se manifiesta más cuando truena, esta vez literalmente, con el paso de Oscar por cuatro municipios. “Hacia las zonas afectadas, fueron los movilizados eléctricos, telecomunicadores…, pero también brigadas de voluntarios que limpiaron, techaron, apoyaron; se recogieron donativos y dimos curso a la ayuda de todo el país”, rememora.
Ha sido, cuando hizo falta, rigor. “Hicimos guardia, saneamiento, nos involucramos en el enfrentamiento al delito y las ilegalidades, acompañamos a los obreros en sus denuncias. Además, recogimos café, sembramos caña, cumplimos el Aporte a la Patria”.
Le hago notar la coincidencia de fechas. Este es también año del Congreso, y pregunto por desafíos, en tiempos tan difíciles.
“La filiación de será siempre el reto mayor de la CTC -hoy, se sindicaliza al 98 por ciento de los estatales. Urge, además, reforzar la disciplina laboral, el compromiso, los valores que deben distinguir a los sindicalistas”, sostiene.
“Debemos ocuparnos de las condiciones de trabajo, que se respete la jornada de ocho horas; de los planteamientos, especialmente, el cobro del salario, una insatisfacción muy grande en sectores como el agropecuario, la construcción, la educación, comunales”, detalla.
¿Cree que es factible seguir creyendo en la capacidad de las personas para cambiar su entorno, en tiempos tan difíciles?, inquiero.
“Un trabajador motivado, organizado y con ganas se sobrepone y hace la diferencia. Lograr eso es nuestra misión. Ese espíritu que vimos en Maisí, que no esperó para recuperarse tras Oscar, lo que hacen los educadores con alternativa y tradición, ante las carencias.
“Es la práctica que reina en la Empresa agroforestal de El Salvador, con una directora que es vivo ejemplo de ese empuje. Allí, justamente, celebraremos el acto nacional por la fundación de la CTC, por supuesto, después de una jornada de recogida de café. Primero el trabajo, luego el reconocimiento, como debe ser”, asegura.
