Si algo tiene claro la Asamblea Nacional del Poder Popular es que los debates de cada período de sesiones deben parecerse más a la realidad de la nación. Incluso aunque los votos en algunas decisiones colectivas puedan ser más diversos, pues su credibilidad no está en la unanimidad de manos alzadas, sino en la democracia ejercida para representar y defender los intereses del pueblo.
Es destacable que las Comisiones Permanentes de Trabajo sigan siendo el espacio más rico en cuanto a debates encendidos, de ahí que se analicen en ellas, desde este lunes, asuntos tan polémicos como la bancarización y el estado actual en que se encuentra; la política para la elaboración de un nuevo Código de Trabajo; la transformación del sistema de ciencia, tecnología e innovación en la gestión de Gobierno y el proceso de rendición de cuenta del delegado a sus electores, por solo mencionar algunos temas.
Por supuesto, el plato fuerte seguirá quedando para los días en plenaria cuando tocará evaluar el programa gubernamental para corregir errores y reimpulsar la economía a un año de su puesta en vigor, el cual ha tenido luces y sombras, tal y como aún lo percibe el ciudadano común en su entorno familiar y profesional.
También habrá máxima fiscalización al Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos, y la provincia de Artemisa rendirá cuenta con el peso en los hombros todavía del huracán Rafael; mientras el plan y presupuesto de la economía para el 2025 merecerá más que una presentación de números o directrices si no se comprende cuántos recursos pueden salir del ahorro, la eficiencia y la creatividad, en un contexto internacional quizás más agresivo al año que termina.
El Parlamento cubano tiene ante sí el reto de legislar, chequear y contribuir a la prosperidad que tanto aspira y merece la nación. La comunicación transparente y en tiempo real de lo que allí se discute se agradece por ser expresión de que las voces de los cubanos están siendo escuchadas en el máximo órgano de poder del Estado.
Los horizontes que puedan abrirse en este Cuarto Período Ordinario de Sesiones de la X Legislatura no serán por arte de magia, sino a partir del trabajo y las ideas de un pueblo, que como dijera José Martí, tiene en sus diputados “el deber de ser útil a los demás”.