Juegos, música, diversión sana, gratitud, un donativo y la propuesta de financiarles un proyecto, llevó este martes a dos colegios artemiseños la Oficina Regional de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) en La Habana.
La iniciativa se enmarca en la llamada Ruta Socioemocional, que procura contagiar de alegría a instituciones afectadas por los huracanes Oscar y Rafael, declaró a la ACN Lissette Sánchez Almeida, especialista de Relaciones Internacionales del Ministerio de Educación (Mined).
De modo que en la mañana visitaron la Escuela Especial Paquito González, del municipio Guanajay, y en la tarde la Escuela Secundaria Básica Urbana (ESBU) Rigoberto Corcho López, en la cabecera provincial.
Sin más protocolos ni ceremonias que el intercambio vivaz con los muchachos sentados en círculo a su alrededor, conversaron sobre “las personas más importantes en este momento en el país, los grandes héroes y heroínas de la Patria: los maestros”, según Henry Renna, coordinador de Educación de la Oficina Regional de la Unesco.
El funcionario se refirió al viaje a Guantánamo y Granma, donde vieron maestros que, antes de reparar su casa, fueron a reconstruir la escuela, y otros que ofrecieron el hogar para construir un aula en su propio espacio.
Aseguró que la educación y el arte son herramientas para pasarla bien y al mismo tiempo aprender, pues, al combinar el aprendizaje con el juego, el deporte y la cultura, se disfruta a pesar de los problemas; ese es uno de los motivos de este recorrido.
Francisco Coro Rodríguez, oficial del Programa de Educación de la Oficina Regional, reveló que el donativo consiste en tres módulos: uno deportivo recreativo, con juegos de mesa, canicas y pelotas, otro con material de oficina para los profesores y uno más con material para los estudiantes.
También explicó sobre el proyecto que financiaría la Unesco (con apoyo del Mined) e integraría las ideas de estudiantes y profesores para beneficiar a la comunidad escolar, incluidos el claustro, los alumnos, sus familias y el entorno.
La cita terminó en medio de un clima de efervescencia, con la música distintiva del violinista, productor musical, compositor y vocalista Christopher Simpson, quien les regaló una canción dedicada a los maestros y varios temas que pusieron a corear y saltar a adolescentes y profesores.