Cuba posee potencial para aumentar el valor de la producción nacional de combustible del 40 % hasta el 88 % del total empleado, así como limitar su importación a la quinta parte de su comportamiento actual y disminuir su consumo en un 48 %, gracias a la transición energética, detalló el director de Política y Estrategia energética del Ministerio de Energía y Minas, Ramsés Montes Calzadilla.
El megaproyecto de 2 000 megawatts (MW) generados con la energía solar, junto a otro de acumulación en baterías, agregó, aportarán al mediodía, como promedio, 1 400 MW, y en las horas diurnas permitirán el cese de los apagones a partir de 2026. Además, reduciría, en 832 000 toneladas anuales, el consumo de combustible.
Esos cambios dependen, sobre todo, de la introducción de las fuentes renovables (FRE), además de los vehículos eléctricos y, en inferior proporción, de otras tecnologías como la solar térmica, las bombas de calor, las calderas de biomasa y las cocinas de inducción, amplió.
La transformación del contexto nacional en materia de energía persigue la suficiencia, la seguridad y la soberanía de su suministro, indispensables para el desarrollo sostenible, con el menor costo posible y un impacto medioambiental positivo, aseguró Montes Calzadilla.
La Estrategia Nacional para la Transición está sustentada en cuatro ejes: la matriz energética, el sector industrial y de servicios, el agroindustrial y la producción de alimentos, así como el residencial y la gestión local, precisó. Entre sus pilares aparecen la eficiencia y la acumulación de la energía, las FRE, la electrificación del transporte y la producción de calor. (Granma)