No importa si es la Noche Blanca o la Cubana, el Coctel Amigos de Canadá, la fiesta de espuma o la especial bienvenida a repitentes, el propósito siempre es uno, encantar a cualquier cliente que compre el sueño de alojarse en el hotel Blau Varadero.
En esas dinámicas de crear experiencias memorables, los animadores parecieran robarse el show, y no es exageración. Con Zenia Hernández Mera al frente de ese equipo, las iniciativas parecen no tener fin.
En cada lugar debiera haber una así de entusiasta, dice la subdirectora general Laura Tandrón, mientras aquellos alemanes mueven los pies al conteo de Zenia.
A pesar de lo complejo que suele ser el hecho turístico en un país como este, afectado en su economía fundamentalmente por factores externos, en el hotel de Cubanacán conocen el justo valor de cautivar a los vacacionistas, de acortar distancia entre lo vendido por las agencias de viajes, lo real encontrado, y superarlo, porque un cliente satisfecho debe ser el fin de todo proceso de comercialización.
Quizás ello explique el buen comportamiento de los turistas días, los ingresos y las utilidades en lo que va de este 2024, saldos con los que recibieron el prominente período de la temporada invernal, el período de noviembre abril de mayor arribo de visitantes extranjeros.
A esa tríada de indicadores económicos se suma la calidad en la prestación de los servicios, fórmula que ubica a la instalación entre las cinco mejores posicionadas en el principal destino cubano de sol y playa, según opiniones aparecidas en varios sitios web.
“Gracias a la entrega, profesionalidad, disciplina y compromiso de los empleados nos mantenemos en ese selecto grupo. Siempre lo digo, ellos son la fortaleza fundamental”, asegura a Trabajadores , Laura Tandrón.
Con ella concuerda Juan Carlos Subiaut Suárez, gestor de energía. “Uno de los últimos logros del colectivo, precisa, es haber mantenido estabilidad de funcionamiento frente a la avería del sistema eléctrico en el mes de octubre. La mayoría de los turistas visitantes ni siquiera se enteraron de esa gran afectación”, escribió en un comentario en esta página web.
“Si queremos a nuestra gente estimulada, la atención es esencial. Todos los meses divulgamos los cumpleaños de nuestros compañeros y realizamos chequeos emulativos”, expresó Mayra, máxima representante del buró sindical.
Inaugurado el 23 de octubre de 2005, a sus 19 años el Blau Varadero se conserva tan joven como su edad. Para mantenerse en forma, a la estética de áreas como su lobby, un innegable atractivo, se une el concepto de inversiones para optimizar confort, estándares y agregar valoreas.
En esa perspectiva figuran la reparación capital del campo de tiro, el remozamiento de las canchas de tenis y del piso de las palapas del chill out, área vip destinadas a los clientes que más pagan.
Con mucha alegría Laura refiere la colocación de cien sombrillas nuevas en la zona de la playa, otras de las novedades por el bien de la estancia de los clientes que escojan al Blau Varadero en la temporada de alta turística, transformaciones que continuarán con la remodelación de los baños de varias zonas, de los cambios del tapizado de muebles del lobby, entre otras iniciativas.
Con buenos ojos ve contar con la lencería, el aseguramiento en algo tan clave como las lavanderías y los elevadores panorámicos en condiciones, vital en un hotel de esa altura, además de mostrarse muy contenta con la llegada del uniforme para la fuerza laboral.
Ganador de premios como los Travellers’ Choice, a juicio de Laura, no importa si hay alta o baja turística, sencillamente todo cuanto se hace persigue el propósito de seguir manteniendo el lugar de preferencia de este, el más azul de los hoteles, un hotel que enamora y se supera.
La canadiense Teena Skelton califica al Blau como su hogar. Lo ha visitado 21 veces. “El Blau atrae a los mejores clientes para que siempre vuelvas con nuevos amigos de todo el mundo…El personal de este hotel no tiene igual”, publicó en redes sociales.
El Blau Varadero es categoría 4 estrellas, y parece de cinco. A fin de cuentas, la última nota la dan los clientes.
Cualquier instalación podrá tener cinco, diez estrellas, con el formato de análisis y otorgamiento de dicha categorización que empleamos aquí. Pero el Cliente, su impresión, su satisfacción de cómo se le recibe, se le trata, se le aloja, se le sirve y se le despide, es la clave, no solo para que repita y se sienta estimulado a hacerlo, sino para que estimule a otros a que lo hagan. En este tiempo de auge de las redes sociales, en un miunuto un cliente insatisfecho «sube» los detalles de su insatisfacción, y puede logra hasta la descomercialización de una instalación turística. Lo contrario sucede, en menor medida, pero con alto impacto cuando este publica su satisfacción de haber estado alojado en determinado Hotel, pues hoy es práctica común para un eventual turista el consultar las redes, y en especial los sitios profesionales. El que todos consideren y documenten en comentarios digitales que el Blau Varadero es un cuatro estrellas nominal con servicio real de cinco estrellas plus, es, como se asegura, un logro del alto sentido de pertenencia y dedicación a la alta calidad del servicio y atención al cliente de sus trabajadores