“…la salvación de Cuba podría significar la culminación de la transición multipolar…”: esta sentencia forma parte de una reflexión sobre qué representa la presencia del país caribeño en los Brics, publicado el 8 de noviembre pasado por el analista italiano Emanuel Pietrobon, en el sitio digital del Club de Discusión Valdai.
“Cuba es el lugar donde los Brics pueden mostrar al mundo su potencial y comenzar a desmantelar el orden internacional basado en sanciones”, aseguró el autor, quien reconoció las posibilidades de un intercambio comercial mutuo y de posibles inversiones de naciones del bloque en Cuba.
Calificó de “sorprendentes oportunidades” las que se podrían ejecutar en la rama de los alimentos, energía y minerales, mientras citó como ejemplo acuerdos de trueque de trigo por azúcar y níquel por petróleo.
Destacó las opciones de invertir en el sector energético cubano para la generación eléctrica, aprovechar la geografía y el clima para desarrollar la energía marina, eólica y solar como parte del objetivo de los Brics de lidiar contra las sanciones estadounidenses y desdolarización de la economía mundial al usar otras divisas.
La explotación de recursos minerales (principalmente níquel y cobalto), fue otro ejemplo citado, para el cual se requiere de tecnología imposible de importar por las leyes del bloqueo y esa puede ser una oportunidad para Rusia, que es potencia en la rama minera, aseveró el articulista.
“Cuba tiene suficientes recursos para unirse a las cadenas de suministro de minerales más importantes del mundo y Rusia tiene la tecnología para hacerlo posible”, insistió y pronosticó que esa asociación tendría un impacto duradero en las cadenas de suministro.
“No es una cuestión de ideología, sino de realpolitik (política basada en criterios pragmáticos)”, consideró el citado artículo titulado La importancia estraté- gica de Cuba, el cual revela que la posición geográfica y política de esta nación ofrece un escenario determinante en la actual lucha hegemónica entre occidente y el resto del mundo.
El estrangulamiento económico como arma
El análisis publicado por el sitio del think tank (tanque pensante), fundado a orillas del lago ruso Valdai, reconoció que Estados Unidos encontró en la guerra económica una manera de incapacitar crónicamente a la Mayor de las Antillas.
“El embargo no solo se lanzó para provocar un cambio de régimen, sino también para impedir que este Estado insular tuviera éxito económico”, aseguró Pietrobon, quien como solución para “poner fin al sufrimiento” de los cubanos, sugirió que los países aliados inviertan en su desarrollo.
A modo de desafío el autor también sentenció:
“Cuba es uno de los países más importantes del mundo; uno de los pocos que realmente puede perturbar el sueño de Estados Unidos. La geografía hace que esta isla sea geoestratégica y quien quiera desafiar a Estados Unidos debe poner un pie en ella”.
Y retó: “Si el grupo Brics realmente quiere desafiar la hegemonía global del G7, debería dar los primeros pasos hacia la construcción de una agenda exterior común”.
Positivas valoraciones del Gobierno de Cuba
El Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, en la XV Cumbre de los Brics, celebrada en Johannesburgo, Sudáfrica, en agosto del 2023, evaluó que el grupo es un mecanismo de integración que abre expectativas y esperanzas en el camino del fortalecimiento del multilateralismo, que resulta urgente e imprescindible para el destino de la humanidad.
A su vez, en la XVI cita, efectuada el pasado octubre en Kazán, Rusia, el canciller cubano, Bruno Rodríguez Parrilla, reconoció que el bloque emergió como un actor fundamental de “creciente relevancia, autoridad y liderazgo en el escenario geopolítico global y una esperanza real para los países del sur”.
La aceptación reciente de la nación antillana para integrar el grupo como país-socio, pudiera significar la antesala del aprovechamiento de la posición geoestratégica y geopolítica de la nación para sepultar el mundo unipolar.
Los Brics abren la oportunidad de una transformación histórica, al decir de Díaz-Canel, quien exhortó en Johannesburgo: “Por el bien de las futuras generaciones, ¡hagámoslo!”.