A sus 40 años de edad, el ingeniero eléctrico Yordan Rueda Paz atesora un destacado currículo innovador en actividades industriales vinculadas con la producción de alimentos, tanto es así que enarbola el Premio por Mayor Impacto Económico y Social 2024, otorgado por la Asociación Nacional de Innovadores y Racionalizadores.
Del alto reconocimiento se hizo acreedor por la recuperación de una embutidora hidráulica que permitió la industrialización de parte de las capturas realizadas por los trabajadores de la Empresa Pesquera Las Tunas (Pescatun), en la cual se inició como jefe de Mantenimiento y especialista principal, y desde hace dos años es el director técnico.
“Esta innovación hizo posible la introducción de nuevos productos en la cartera de negocios de la entidad como el chorizo de carne de pollo, mecánicamente deshuesada (MDM) y también de pescado, jamonada y hamburguesas, que aunque no satisfacen la demanda son un aporte al objetivo de alcanzar la soberanía alimentaria”, reconoce Yordan.
La utilidad de los hierros viejos
Recuerda que “desde el año 1997 la empresa cuenta con una caldera de vapor y sus redes para el proceso, y no obstante tener esas condiciones nunca se había propuesto elaborar esos productos que han tenido mucha aceptación popular”.
Cuenta que disponer de la tecnología diseñada por una innovación en Pescatun destinada a la cocción de las masas era un adelanto para la obtención de otros surtidos; y, conoció la existencia de una embutidora en desuso por problemas técnicos desde el 2005, máquina que decidieron devolver a la vida útil.
“Para lograr la rehabilitación —rememora—, tuvimos que fabricar las barras de sujeción y el cierre de las tapas con excedente de cabilla hexagonal recuperada, se le hizo roscas y tuercas de cierre con sus manivelas; y confeccionamos la boquilla a partir de una recortería de tubo de níquel de 38 milímetros.
“Luego reparamos la válvula distribuidora desechada que implicó el cambio en su interior de un grupo de muelles y del retén, el mantenimiento al motor y al depósito de aceite. La acoplamos a la alimentación eléctrica y desde noviembre del 2020 está funcionando”, afirma con el entusiasmo de un vencedor, porque aunque contó con el apoyo de otros compañeros de la propia empresa y de la Láctea, Yordan lideró un proyecto con efectos excepcionales.
¿Resultados económicos?
Los resultados validan el reconocimiento, y Yordan los ilustra: “Los niveles de producción alcanzaron cifras significativas. En el 2021 (139,7 toneladas); 2022 (176,8); 2023 (89,2) y en los primeros ocho meses del año actual acumulaban 105,5. Vamos camino a un récord”, comenta satisfecho.
Le fascinan los desafíos y su currículo está distinguido por estas y otras innovaciones, tanto en la División Alastor Las Tunas, donde hizo su servicio social después de graduarse en la Universidad de Moa y “donde me apropié de conocimientos en áreas de industrias y de refrigeración, y en la red de vapor, que me han servido para desarrollar mi trabajo aquí en la pesca”, enfatiza.