Las reparaciones de los ingenios que intervendrán en la zafra 2024-2025, la campaña de siembra de frío y el proceso orgánico previo a la III Conferencia Nacional (11 y 12 de octubre) son, ahora mismo, tres prioridades de los más 87 mil afiliados al Sindicato Nacional de Trabajadores Azucareros (SNTA) en Cuba.
Para acercarnos a estos y otros temas conversamos con Yrrael Rouseaux Mansfarroll, secretario general del comité nacional de la organización, quien los aborda desde una perspectiva crítica, y con inmensa fe en el futuro.
“El lema central del evento: Unidad, tradición, crecimiento y diversificación identifica las esencias del sector y su responsabilidad con los destinos de estas producciones que son, además, símbolo de nuestra identidad”, afirma el experimentado dirigente sindical y agrega que esos principios han sido ejes temáticos de las asambleas realizadas desde las secciones sindicales hasta las provincias.
“Tenemos deudas con la economía nacional. Los malos resultados de las últimas contiendas no han dependido, ni dependen, ni dependerán de manera absoluta del quehacer de los trabajadores, porque son el reflejo, en primer lugar, del impacto del recrudecido bloqueo del Gobierno de Estados Unidos contra Cuba y los daños que ocasiona esta política imperial, calificada como el principal obstáculo para el desarrollo económico y social del país”.
Sin embargo, Rouseaux Mansfarroll considera que, “a pesar de esa realidad, todavía quedan en los colectivos laborales potencialidades no explotadas, problemas que dependen de la actuación individual y colectiva de los hombres, de la certera conducción de los procesos, en los que tenemos mucha responsabilidad los dirigentes administrativos y sindicales.
“Por eso no es casualidad que los análisis más profundos, dice, los hayamos realizado en torno a esos asuntos que nos ‘roban’ motivaciones, caña, azúcar, derivados, alimentos…”; y habla del fortalecimiento de las estructuras sindicales y del liderazgo de sus cuadros en la base, el primer escenario de las batallas que libran por la salvación del sector agroazucarero cubano.
En ese sentido, pondera el desempeño de los 6 mil 986 innovadores y racionalizadores, quienes, en 280 comités, han realizado más de 120 innovaciones, “hay buenos ejemplos y resultados. Ellos salvan el funcionamiento de las maquinarias industrial y agrícola”, enfatiza, y fustiga que 144 empresas incumplan con la Ley 38, que norma el reconocimiento y la remuneración por los aportes realizados.
“También, los colectivos laborales muestran inconformidades lógicas en ese asunto y en otros referidos a la Organización del Trabajo y los Salarios, al transporte obrero, la bancarización impuesta en lugares donde no existen las condiciones tecnológicas, las violaciones del Convenio Colectivo de Trabajo, las desatenciones en materia de seguridad y salud no siempre atribuidas a la compleja situación económica y financiera de la actualidad, y el poco uso del Sistema Nacional de Títulos y Condecoraciones”.
El secretario general del SNTA confirma que están prestando especial atención a la siembra de caña, a la socialización de las 93 medidas en torno al sector agroazucarero, y a la creación de los colectivos laborales concebidos para estimular la producción y mejorar los ingresos de los trabajadores, en correspondencia con los resultados.
Rouseaux Mansfarroll cree fervientemente que la resurrección puede alcanzarse, que constituye un anhelo posible, y sostiene: “Su coronación depende, y mucho, del esfuerzo de todos, y estamos encauzando nuestro quehacer para lograrlo, lo que supone la necesidad de hacer un uso más racional de los escasos recursos con que contamos, conscientes de que el Estado hace esfuerzos extraordinarios, para conseguirlos, y nos toca cuidarlos del maltrato, el desvío, la malversación y de otros males que los acechan”.
Está convencido de que la materialización del propósito requiere de direcciones administrativas comprometidas, capaces, así como de cuadros sindicales con liderazgo reconocido, para enfrentar juntos los grandes desafíos de estos tiempos y revertir los reiterados incumplimientos productivos que tanto daño hacen a la economía nacional.