Apenas hace unos días se descorrieron las cortinas el curso 2024-2025, donde los estudiantes aprenderán nuevas asignaturas, leerán disímiles libros y buscarán conocimientos nuevos, como tarea esencial y eterna del hombre, según filósofos de siglos pasados.
Para algunos niños y jóvenes, el estudio significa algo interesante y lo aprovechan a la máxima potencialidad, sin embargo, para otros, se torna aburrido, pesado y hasta un «teque» que no les aporta en su vida social y les ocupa la mayor parte de su tiempo, aun cuando en nuestro país, a diferencia de otros países, la educación es gratuita y priorizada.
El ser humano desde que nace recibe de sus padres protección, afecto y educación, esta última es primordial en el desarrollo del infante para lograr las metas propuestas y la satisfacción del saber acumulado.
Omara, al igual que otras alumnas de octavo grado, no comprenden el por qué de la profundidad exigida por sus profesores a la hora de realizar los trabajos extra clases; aunque hacen sus tareas escolares y estudian para alcanzar buenas notas, solo se reducen al aprendizaje automático de lo recibido en clases.
¿Cuál es la finalidad del estudio? desarrollar destreza, capacidad de análisis e inteligencia, en aras de forjarnos como mejores personas, con potencial intelectual y conocimientos indispensables acerca de la sociedad en que vivimos, en función de ejercer nuestra profesión u oficio con un nivel de preparación más abarcador.
Varias personas sostienen que los que no estudian o lo hacen por cumplir o aprobar el examen, son individuos mediocres, y por ello la frustración de sus expectativas se acrecienta, pero la realidad es que el ser humano debe preocuparse mucho más por aumentar sus conocimientos como una vía de ampliar su acervo cultural.
Si queremos ser exitosos y tener más oportunidades en la vida, resulta esencial dedicar al menos dos horas diarias a ejercitar lo recibido, y no me refiero a aprenderse de memoria los textos íntegros y las notas de clases, sino a aprehender y buscar siempre la verdad.
Existen diversas formas de estudiar, pues después de concluidas las distintas enseñanzas podemos disfrutar de cursos ofertados por la Federación de Mujeres Cubanas, la Escuela de Idiomas, la lectura de libros, trabajos periodísticos de la prensa nacional y sitios web internacionales, para aquellos con acceso a Internet.
La edad no importa cuando de estudiar se trata, pues el saber no ocupa lugar, lo contrario, te abre el campo del conocimiento y cuando se es joven las habilidades son mayores, por tanto, no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy, estudia y tendrás más posibilidades de ser lo que sueñas. ¡Ponte y piensa!, como dice una de los personajes de la novela cubana Renacer que por estos días ocupa las noches de los televidentes, es vital estudiar si queremos triunfar en nuestras metas.