Este 2 de agosto se cumple el primer año de la publicación en la Gaceta Oficial de la República de Cuba de la Resolución 111/2023 del Banco Central de Cuba (BCC), que contiene las normas bancarias sobre límites para los cobros y pagos en efectivo en moneda nacional, su depósito, extracción y tenencia.
Su objetivo, incrementar la bancarización de las operaciones, a través de los canales electrónicos de pago, adoptar las acciones que aseguren su implementación y viabilicen los procesos de cobros y pagos, dinamizando las finanzas de todos los actores económicos y su relación con la población.
En los diferentes países la bancarización tiene como propósito ofrecer a toda la sociedad el acceso y uso a los servicios bancarios y financieros de pagos, de ahorro y de crédito, como parte de un proceso de inclusión financiera. Lo cierto es que lleva años, recursos y trabajo alcanzar ese objetivo. El Global Findex, base de datos elaborada por el Banco Mundial, que recoge estadísticas sobre acceso y uso de servicios financieros y realización de pagos digitales, refleja en su edición de 2021 que unos 1400 millones de adultos aún no están bancarizados. Se reconocen dificultades en la cobertura y asequibilidad a las instituciones financieras y en la confiabilidad de la infraestructura de telecomunicaciones. Pero el factor más crítico es que la mayoría de estas personas tienen un bajo nivel de educación, de ingresos y residen en zonas rurales y de difícil acceso. Ese panorama hoy no ha cambiado mucho.
Teniendo en cuenta las condiciones de nuestro país, en el último año se ha potenciado la bancarización de las operaciones, que pretende que los pagos de servicios, productos y demás operaciones comerciales y financieras se hagan mediante el uso de instrumentos de pago y canales electrónicos preferiblemente, en lugar de utilizar dinero en efectivo.
Pero este proceso no es nuevo en Cuba, en la segunda mitad de la década de los 90 se iniciaron los primeros pasos para introducir los pagos electrónicos. Fue el turismo pionero en las transacciones por esta vía, cuando se creó Fincimex, como sociedad privada cubana, en 1995, y se comenzaron a utilizar las tarjetas internacionales en los servicios del turismo internacional.
En 1997 se creó el sistema de tarjetas red y de cajeros automáticos, y en esa fecha se comenzó a desplegar el primer sistema banco-cliente, llamado Virtual Bandec, que permitió a los clientes realizar sus operaciones desde sus propias oficinas. La gran mayoría de estos sistemas fueron desarrollados por especialistas cubanos.
Cuba tiene la fortaleza de poseer dos pasarelas de pago digitales nacionales, diseñadas y desarrolladas por especialistas cubanos, lo que nos da la posibilidad de modificar y mejorar los códigos cuando ha sido necesario. Ambas utilizan infraestructura tecnológica de avanzada, lenguajes de desarrollo modernos y cuentan con las medidas de ciberseguridad requeridas. Estas son cuestiones que nos dan soberanía tecnológica.
En febrero de 2015 comenzó sus operaciones Transfermóvil, que luego de cinco años y medio alcanzó el primer millón de usuarios, el 3 de septiembre de 2020 y hoy tiene más de 5 millones de personas que la utilizan. Por su parte Enzona tiene más de un millón de usuarios en la actualidad.
Así, desde la comodidad del hogar se pueden pagar servicios como el teléfono, la electricidad, el gas y otros, sin tener que hacer colas y transportarse a las oficinas comerciales. Estas posibilidades y muchas más nos brinda la bancarización de las operaciones, proceso impulsado por el Gobierno revolucionario, en el interés de ofrecer mayores facilidades y calidad de vida a los cubanos, y mejoras a la economía nacional. Estas prácticas en nuestro caso tienen una relación directa con las transformaciones asociadas a la actualización del Modelo económico y social cubano de desarrollo socialista y la transformación digital en curso.
Cambiar la matriz del flujo monetario, de efectivo –que prevalece hoy– a canales digitales, y también disminuir la afluencia de personas a las sucursales bancarias y centros que ofrecen servicios ha sido un proceso complejo, fundamentalmente porque impactan en este objetivo otras problemáticas relacionadas con la economía del país y la concentración en un número reducido de personas de montos considerables de efectivo que circulan fuera del sistema bancario.
A pesar de ello, el último año se caracterizó por un incremento en los volúmenes financieros gestionados por canales digitales y de los actores económicos que utilizan esta vía en su gestión de venta de bienes y servicios, también el pago electrónico de los servicios de electricidad, gas, telecomunicaciones e impuestos a través de las pasarelas de pago nacionales. El monto de las operaciones sin efectivo (las que se realizan mediante las tarjetas de pago red) continuó en ascenso, y alcanzó un 72 % al cierre de mayo de 2024.
Contar con una infraestructura instalada de más de 7,6 millones de líneas móviles activas, de ellas 6,8 millones que acceden a internet; más de 282 000 hogares conectados a la red; con un 84 % de los consejos populares con al menos una solución para la navegación pública y más de 53 000 servicios de conectividad institucional, facilita su avance. Durante el primer semestre de 2024 crecieron las operaciones mediante el monedero móvil Mi Transfer y las personas que lo usan, así como las operaciones mediante Transfermóvil y Enzona.
En el turismo, el 95 % de las operaciones hoteleras y extrahoteleras se realizan por canales digitales; igualmente en otros sectores existe un alza en la utilización de este canal para la generación de ingresos en divisas.
Los Joven Club de Computación y Electrónica y la Unión de Informáticos de Cuba han acompañado el proceso de bancarización, contribuyendo hasta el 30 de julio con más de 36 mil entidades de la economía en la creación de sus negocios digitales, se han atendido en la formación de competencias digitales y la capacitación a 521 168 personas, de ellas unas 40 mil son adultos mayores y 2261 personas en situación de discapacidad. Se visitaron 158 hogares de ancianos y 301 casas de abuelos y cátedras del adulto mayor en todo el país, donde en asociación con las direcciones de salud territoriales se realizaron diagnósticos de capacidad funcional de estos para evaluar la posibilidad real de aprendizaje y el mejor acompañamiento y comunicación.
Adicionalmente se han regularizado las ferias de comercio electrónico en el país – cerca de 800 ejecutadas en el último año – con una activa participación de entidades estatales y no estatales, concentradas en la creación de competencias, habilitación de cuentas y negocios digitales en las pasarelas de pago.
En la reciente sesión de la Comisión Económica de la Asamblea Nacional del Poder Popular, varios diputados se refirieron a la necesidad de divulgar más las vías que tiene la población en las comunidades y territorios para tramitar y resolver de inmediato las dificultades; compartir mayor información con el pueblo y buscar mayor transparencia; hacer más viable el proceso para denunciar y exigir la actuación y respuesta a los ciudadanos, para mantener la credibilidad en la oportunidad que tiene la población de ejercer su derecho; atender las particularidades de las áreas rurales, creando condiciones en las mismas para la aceptación del pago digital; lograr mayor interoperabilidad de los códigos QR de las plataformas y avanzar en la capacitación de los directivos y población en general.
Otras problemáticas abordadas por los representantes del pueblo fueron la demanda de efectivo y los insuficientes depósitos de los actores económicos, en particular de las formas de gestión no estatal en la cuenta reconocida con propósitos fiscales, la modernización y ampliación de la infraestructura tecnológica y de comunicaciones, acorde con la demanda de transacciones electrónicas y de soporte bancario, comercial e informativo; extender los canales de pago digitales en mercados agropecuarios estatales y privados, y puntos de venta de mipymes y de TCP y en los servicios del transporte.
La bancarización de las operaciones ha trazado la ruta de otros procesos, como el ordenamiento del sistema impositivo, la inclusión financiera, la eliminación de causas y condiciones para la ocurrencia del delito y la corrupción, el comercio electrónico y la transformación digital.
A un año de su aplicación existe una realidad, las transacciones electrónicas se posicionan como una opción cada vez más utilizada por los cubanos, a pesar del escenario complejo que vive el país. (Tomado de Cubasí)