Destacados contralores, auditores, trabajadores y jubilados de la Contraloría General de la República (CGR) recibieron este miércoles, en La Habana, altos reconocimientos en ocasión del XV aniversario de la creación de ese órgano del Estado.
La ceremonia la encabezaron los miembros del Buró Político Esteban Lazo Hernández, presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular; y Salvador Valdés Mesa, Vicepresidente del país, así como Mirian Marban González, contralora general, y otros dirigentes del Partido, del gobierno, instituciones y organizaciones políticas y de masas.
Reynol Pérez Fonticoba, vicecontralor general, recibió de manos de Lazo Hernández la Orden Orden Lázaro Peña de III Grado, en tanto Valdés Mesa y Julio César García, funcionario del Comité Central, impusieron la medalla Jesús Menéndez a 12 cuadros y trabajadores.
Otros reconocimientos dados fueron las distinciones Enrique Hart, del sindicato de la Administración Pública, y 23 de Agosto, de la Federación de Mujeres Cubanas; la moneda conmemorativa 60 aniversario, de la Unión de Jóvenes Comunistas y el sello 85 Aniversario, de la Central de Trabajadores de Cuba, que lo recibió Gladys Bejerano.
Los homenajeados acumulan una cabal trayectoria laboral y revolucionaria y constituyen para nuestro colectivo y la sociedad en general ejemplo a seguir, dijo Mirian Marban González al resumir la ceremonia, efectuada en el Salón de Protocolo El Laguito.
La Contralora General agradeció a los organismos, instituciones y organizaciones el reconocimiento a la conducta y los resultados de 153 trabajadores y cinco colectivos laborales de la Contraloría a lo largo de todo el país, estimulados en ocasión del XV aniversario del órgano.
Señaló que el honor de haber recibido estas distinciones y condecoraciones significa un estímulo y el compromiso de todos de ser mejores trabajadores y revolucionarios cada día, y eternamente leales a Fidel, al Partido, a la Revolución y al pueblo del que somos parte, acotó.
El 1 de agosto de 2009 se crea la Contraloría General de la República, como resultado de la evolución y fortalecimiento de la Entidad Fiscalizadora Superior, órgano del Estado que tiene como misión fundamental velar por la correcta y transparente administración de los fondos públicos y el control superior sobre la gestión administrativa.
HOTEL HORIZONTES Testimonio-
(En honor a Gabriel Capote Cordoví póstumamente, uno de los más grandes auditores que conoció la Cuba Revolucionaria)
I
Habían pasado más de 12 años de la última visita de Cordobés al Hotel Horizontes. Ahora, después de una semana de descanso, regresaba a su hogar junto a su esposa. Cuando viajaban en su Moskovich por la desolada carretera rumbo a la capital provincial, acudieron a su mente recuerdos y anécdotas de aquellos tres meses de riguroso trabajo, días y noches, al frente de una auditoría fiscal económica para la cual él había sido designado como jefe de grupo y que de cierta manera cambió para siempre los destinos de algunos de los dirigentes y trabajadores de aquel centro de turismo de salud.
Su esposa dormitaba con la cabeza recostada hacia atrás a su lado, ajena a sus pensamientos, cuando fue despertada bruscamente al desprenderse la rueda delantera derecha del vehículo, que el conductor vio pasar por delante velozmente, obligándolo a usar toda su pericia y aprovechando la moderada velocidad finalmente logró controlarlo para mantenerlo encima de la vía a duras penas, dejando una marca visible en el asfalto.
Con la experiencia de Cordobés, solo le bastó una simple ojeada para comprobar que aparentemente le habían desenroscado los tornillos o clanes de esa rueda para provocar, a todas luces, un accidente que pudo ser fatal para ambos.
Con la ayuda de un vaquero que pastoreaba unas reses a poca distancia encima de su caballo y fuera testigo de lo ocurrido, logró poner el gato hidráulico y colocar la rueda tomando un clan de cada una de las tres ruedas restantes, con lo que pudo continuar la marcha y llegar a su hogar ya adentrada la noche, no sin antes agradecerle al campesino su valiosa ayuda y de paso le solicitó su nombre y dirección dejándolos anotados en su agenda.
II
Esa noche, después de bañarse y cenar, apenas pudo concentrarse en los programas televisivos favoritos. Hizo algunas llamadas extraoficiales a sus amigos y compañeros mas allegados, aunque de manera discreta, tratando de encontrar le alguna explicación lógica al increíble suceso. A nadie le cabía la menor duda que el accidente, por suerte convertido solo en incidente, había sido una especie de venganza de alguno de los afectados por su investigación llevada a cabo en aquel centro años atrás, que, o bien permanecían laborando allí o quizás al conocer de su presencia llegaron para hacerlo, algo que cualquier tribunal hubiese podido calificar de intento de homicidio frustrado.
Aun le quedaban varios días de vacaciones, los cuales dedicó a localizar el expediente del caso “Horizontes” en la Oficina Provincial de Auditoría y Control, repasando cada detalle, cada nombre, cada medida y cada sanción aplicada en más de un proceso judicial llevado a efectos a mediados de la década de los 90.
III
15 años atrás…
Un control rutinario realizado por técnicos de la Empresa Provincial Hotelera había detectado un incremento exagerado en los costos de las mercancías vendidas en una de las áreas del “Horizontes”, precisamente la destinada a usuarios de menor poder adquisitivo, donde por un precio fijo muy económico, se le ofertaba al huésped desayuno, almuerzo, comida y hospedaje. Era un área de servicios dirigida por Fernández, con un personal específico y diferenciado del resto de la instalación. Las salidas del almacén con destino a esa área contenían generalmente subproductos para la elaboración gastronómica que, aunque satisfacían las necesidades de alimentación de los huéspedes, no elevaban el costo gastronómico por encima de los 40 a 45 centavos por peso de ingreso obtenido y los vales de salida de productos que Fernández solicitaba diariamente, tendrían que jugar contra el número de comensales reportado por carpeta cada día.
A partir de un momento determinado en que concurren algunas circunstancias, que después fueron evaluadas y debidamente esclarecidas, los costos de esta unidad, que en lo adelante denominaremos “B” a manera de identificarla, comienzan a elevarse sobre los 50, 60 hasta llegar a los 80 centavos por peso de ingreso, lo cual comenzó a preocupar y extrañar, fundamentalmente al Jefe Económico, aunque no en el mismo grado que a la administración ni al responsable de la Unidad “B”.
Las razones podrían ser dos: O bien se estaban ofertando raciones de alimentos mayores de lo estipulado por usuario, o estaba ocurriendo una desviación o apropiación indebida de los productos que salían del almacén con destino a dicha Unidad, por encima de las normas de consumo que para la misma se habían establecido..
La dirección de la Empresa Provincial, al conocer del informe preliminar de sus propios técnicos no demoró en solicitar una Auditoría Fiscal, por personal especializado y de experiencia, que profundizara en lo que estaba provocando el insólito incremento de los costos en la referida unidad y de paso chequear las restantes, así como valorar las posibles violaciones de los controles internos que pudiesen dar lugar a delitos económicos.
IV
Mario, un experimentado economista, que arribaba por esa fecha a su sexto año
de labor en el hotel, había sido liberado provisionalmente de sus responsabilidades al frente del departamento económico por la administración del centro, hasta tanto se conociera el resultado de las investigaciones, al igual que otros dirigentes intermedios, teniendo en cuenta la obligación de velar por el cumplimiento de las regulaciones y por la debida protección de los bienes del centro, siendo llamado por Cordobés al día siguiente de su arribo al hotel, con el cual sostuvo una larga conversación.
Desde un principio Mario fue comunicativo, preciso y colaboró al máximo tanto con su testimonio como con los documentos con los cuales podía probar que en cada Consejo de Dirección de los meses anteriores, el punto del incremento de los costos en la Unidad “B” recibió siempre un seguimiento por ser el foco rojo mas preocupante, también aparecían sus advertencias verbales, con vista a poner en conocimiento de la administración, quedando reflejadas en las actas de cada Consejo de Dirección, acerca de esta anormalidad, todo lo cual ya era conocimiento de todo el colectivo en sentido general.
V
En los archivos pasivos de documentos solo se contaba con los correspondientes al último año. Algo a lo cual prestó de inmediato su atención el auditor Cordobés, ya que también se habían violado los términos de conservación establecido para los documentos, muchos de los cuales no pudieron ser mostrados. Mario hizo entrega a Cordobés de un acta firmada por todos los trabajadores del departamento económico, donde se hacía constar, desde un año antes, que por orden del director del centro se les ordenaba desocupar el local de archivo para que el jefe de los custodios pudiese pernoctar todas las noches en el hotel, sin que se le facilitara otro local adecuado para los archivos. Las cajas de documentos habían permanecido a la intemperie varios meses y trasladadas posteriormente al vertedero. Desde luego que Cordobés ocupó el acta, entrevistó a cada firmante, los cuales lo ratificaron y de paso fue una responsabilidad que no recayó sobre el económico.
Día tras día, Mario pudo ir aclarando todo lo referente a sus responsabilidades, y al mismo tiempo, cada cuestión que no correspondía a su departamento recaía directamente o bien sobre la administración del centro o de la provincia; pero sin dudas, esto influyó para que ambos niveles decidiesen presentar una acusación sobre los tres principales funcionarios de economía, Mario, Adalberto y Alexander tratando de desviar la atención sobre sus propias culpas. Una vez más se hacía patente el viejo refrán de que “la soga siempre se parte por su lado mas débil”
VI
No pasó mucho tiempo en que los tres subalternos fuesen citados a declarar ante el investigador del Departamento de Instrucción Provincial. Cada cual por separado contestó a las preguntas que les formularon y no existió ninguna contradicción, todo encajaba perfectamente. Ya para entonces solo ocasionalmente Cordobés le solicitó a Mario alguna que otra explicación o aclaración, profundizando en aspectos como los ingresos en divisas, prácticamente convencido de la veracidad de sus declaraciones y además constaban ya en su poder el acta por la destrucción de los archivos y varias actas del Consejo de Dirección, que el económico había retenido en su defensa antes de que estas fueran a desaparecer, ya que eran las pruebas sobre la atención que le dio al problema de los costos de la Unidad “B” y que nadie había sido capaz de ofrecerle una respuesta durante varios meses…
VII
Tras las entrevistas a los económicos, el Instructor Provincial decidió detener a Fernández, el jefe de la Unidad “B”, convencido de que este debía conocer totalmente el problema y estaba ocultando algo, quizás por algún compromiso con otras personas. Mas de 15 días incomunicado fueron creando las condiciones psicológicas en Fernández, el cual comenzó a aportar ciertos indicios ante la insistencia del investigador hasta que por fin se decidió a explicar el verdadero motivo del aumento de los costos de su Unidad.
VIII
Explicaba Fernández que el centro disponía de algunos equipos sofisticados que solo eran reparables por técnicos muy especializados, algunos procedentes de la Habana. Ejemplo de ello eran las lanchas de recreo para los turistas, la heladera automática y algunos otros, imprescindibles para el centro y sobre todo para la captación de divisas a los turistas extranjeros. Continuó explicando que Maikel, el director, había hecho algunos contactos que consideró beneficiosos para el centro, pero a estos especialistas habría que compensarles los largos viajes al interior de la provincia y sus conocimientos, con unas jabas de alimentos para su consumo familiar. Ante esta situación, Maikel había llamado a Fernández a una entrevista privada a la habitación 232 y le planteó que solicitara por la Unidad “B” algunos productos extras para tales “atenciones” cuando él se lo requiriera. Fernández se preocupó y le preguntó por qué no se le daba cuentas al económico y tal vez este pudiera encontrar alguna solución, pero la respuesta de Maikel fue tajante, “el económico no debe saber nada de esto y que se despreocupara que todo estaba tarjeteado” lo cual en nuestro argot quería decir que había cierta autorización hasta del nivel provincial.
IX
Desde luego que el Instructor Provincial del MININT estaba trabajando en estrecho contacto con el Auditor Cordobés y lo que correspondía a partir de ese momento era propiciar un careo entre Fernández y Maikel. A los pocos días este último fue conducido a las oficinas de Instrucción y ambos se vieron las caras frente a frente. Ante la presencia del Instructor, Fernández repitió punto por punto cómo había sido la coordinación para extraer por la Unidad “B” algunos productos a petición del director, para resolverles determinados alimentos extras a los técnicos y obtener su disposición de venir al centro cada vez que fuese necesario.
A una pregunta del Instructor, Fernández informó casi la fecha exacta en que fue llamado, sin otros testigos, a la habitación 232 y lo que le planteó el dirigente allí presente. También aclaró que no debía darle conocimiento de nada de esto al económico, que no se preocupara que no habría ningún problema.
De pronto, en un arranque de ira, el director negó todo lo expuesto por Fernández en su propia cara y desde luego, tras casi un mes detenido e incomunicado, Fernández no resistió la tentación de irle arriba a Maikel, golpearlo y decirle lo que se merecía antes de que el Instructor pudiese evitarlo.
X
En la primera vista, efectuada en el Tribunal Municipal, con la colaboración de un prestigioso abogado, se demostró la inocencia de los tres miembros del departamento económico. Mario recuerda todavía con tristeza que ese mismo día su hija daba a luz en un hospital habanero, sin que tuviera la posibilidad de estar presente a pesar del riesgo de un parto en una joven diabética, del cual salió felizmente.
XI
Algunos meses después, concurrieron ante el Tribunal Provincial como acusados, Maikel y Fernández, que finalmente fueron sancionados a seis meses de privación de libertad condicional.
Todo quedó demostrado acorde a la verdad de lo realmente acontecido. La justicia se hizo valer y si las sanciones no fueron mayores, se debió a que no se comprobó beneficio personal y solo desviaciones de productos por el falso concepto de que era la forma más correcta para resolver los problemas del centro. Para el futuro de todos los involucrados quedó una experiencia imborrable de lo que pueden ocasionar decisiones tomadas al margen de las disposiciones que rigen la economía y las finanzas del país, con su rastro de medidas judiciales, administrativas y políticas.
XII
Ya el nieto de Mario, al que no pudo ver nacer, cumplió 15 años, cursa el preuniversitario felizmente. De vez en cuando se encuentra con Cordobés; llegaron a hacer una sincera amistad, al igual que con su esposa. Por cierto que años más tarde llegó a obtener el Premio Nacional de Auditoría. Mario fue el primero en felicitarlo al conocerlo por la prensa y este le respondió con emocionado agradecimiento y palabras que siempre guardará en su memoria. Si finalmente actuó o no ante la justicia, contra el posible intento de homicidio, nunca lo dijo. Quizás lo mejor fue dejarlo todo al tiempo. Su prestigio siempre estará por encima de todas las banalidades y bajezas.