París.- Los Juegos Olímpicos París 2024 ya son una realidad. Con una ceremonia fascinante, animosa y llamativa, los organizadores rindieron homenaje también a su la tradición olímpica de la que son parte importante.
Cultura, historia y algunas de las tradiciones que los exaltan a nivel mundial formaron parte de la fiesta. Solo la persistente lluvia, que casi nadie imaginó como protagonista, deslució en algo parte de toda la magnificencia que se ideó para dejar huella.
Varios detalles llamaron la atención. El desfile de las delegaciones, a bordo de embarcaciones navegando por el río Sena frente a miles de espectadores distribuidos por las inmediaciones de la ciudad, así como el encendido del pebetero, a cargo de glorias deportivas de la talla del judoca Teddy Riner y la ex corredora Marie-José Pérec.
También cobró protagonismo el misterioso personaje que tomó la antorcha olímpica luego de Zinedine Zidane, y se trató del tenista español Rafael Nadal, que subió a una embarcación junto a la ex tenista estadounidense Serena Williams, la gimnasta rumana Nadia Comaneci y el ex atleta estadounidense Carl Lewis. Todos portaron la antorcha en el último tramo hacia el encendido.
El colofón a la ceremonia lo puso la cantante Celine Dion, quien interpretó la famosa obra de Édith Piaf, Himno al amor.
Cuba navegó en el puesto 22 que le correspondió. La fiesta olímpica arrancó y las emociones de Cuba navegaron dispuestas y como capitanes, bandera en mano, estuvieron Idalys Ortíz y Julio César La Cruz. En los próximos días llegarán las emociones en catarata. Ojalá alguna de ellas nos empapen. Mucho las necesitamos.