Sin citas textuales como es habitual a bordo de esta Guagua, ni tampoco con el nick o nombre de usuario, haremos algunas observaciones sobre post con exigencias de que los apagones se cumplan como si fueran un plan de producción.
Aunque algunos lectores en redes sociales piden cumplir los apagones como si fueran planes, no son interrupciones planificadas, sino de una programación para rotarlas sin que recaiga injustamente siempre sobre los mismos circuitos.
Son estimados y pronósticos
Las cifras de disponibilidad y demanda son estimadas a partir de un grupo de factores que toman en cuenta los especialistas para operar el sistema, pero son datos sujetos a cambios en complejas circunstancias de envejecimiento tecnológico y carencia de recursos.
Además de la obsolescencia de las plantas generadoras, no disponer de recursos ni de la certeza de cuándo ni en qué país adquirirlos, hay variables como las meteorológicas que hacen subir o bajar la demanda, como las temperaturas y la sensación térmica.
Mientras más prolongados sean los molestos apagones, mayores afectaciones ocasiona, pues al restablecerse el servicio, ocurre un pico de demanda por la arrancada al mismo tiempo de todos los equipos electrodomésticos que automáticamente buscan restablecer sus niveles normales.
Son programaciones, no planes
Luego de que el Despacho Nacional de Carga realiza los pronósticos en horas de la madrugada, en los territorios lo reajustan a partir de una programación que, como en la provincia de Villa Clara, se confeccionó tomando en cuenta la mayor de las afectaciones que fue de 140 MW.
Puede ocurrir que un programa, al ser creado con antelación, se le presente en algún momento días favorables y otros muy desventajosos, lo cual, al azar, puede corresponderle repetidamente a la misma área en que está segmentado un territorio.
Esos pudieran ser los casos en que alguien se queja de que siempre le tocan los apagones, lo cual pudiera suceder entre muchos factores porque después del corte previsto hubo alguna salida de termoeléctrica por rotura y que le prolonga la interrupción a horarios en que no le correspondía.
Otros son favorecidos porque les correspondió el corte programado cuando se reincorporaron equipos de generación o bajó la demanda y al llegarle el turno del próximo apagón, no sucede o es de menos duración porque las variables cambiaron.
Hay apagones y apagones
La consecuencia de un apagón por déficit de capacidad de generación es no tener electricidad para que funcionen las lámparas, los medios de refrigeración y climatización, así como otros equipos electrodemésticos.
Si un vehículo choca contra un poste, también habrá un apagón con los mismos resultados anteriores en que tampoco podrá encender la luz, enfriar agua ni alimentos o hacer funcionar ventiladores o los llamados aire acondicionados.
Para el cliente, el consumidor, el usuario, la consecuencia es el mismo molesto apagón, pero harina de otro costal es cuando al primero (por déficit) se le suma el otro (por averías locales), uno detrás del otro y en vez de las horas programadas, se le duplican, triplican, o…
No es lo mismo Juana que su hermana
Sin embargo, para los abnegados trabajadores del sector eléctrico no es lo mismo resolver una rotura de una termoeléctrica que la paralización por falta de combustible de motores de Moa y Mariel, o equipos de la generación distribuida, pues la solución es distribuirlo tan pronto arribe diésel o fuel oil al país.
Tampoco para esos obreros es igual arreglar una termoeléctrica que la avería local en redes de transmisión, distribución o transformadores que en la mayoría de las ocasiones pueden componerse con recursos existentes aunque haya que gestionarlos en medio de dificultades de todo género.
Hemos sabido de trabajadores eléctricos a los que le espetan sin miramientos que no importa la causa, que tan apagón es uno como el otro, sin darse cuenta de que ese obrero vive en la misma zona y está también sin servicio como todos los de la zona.
En resumen: Hay que respetar la opinión de todos, pues lo mismo es un apagón que otro apagón, pero al menos se debe reconocer que hacer un programa de rotación de esos apagones entraña tanto esfuerzo confeccionarla como aplicarla sobre todo porque la luz, como la sábana corta, al tapar la cabeza, descubre los pies.
Y aunque alguien lo niegue, no es lo mismo elaborar un programa para rotar los apagones, que hacer un plan de dar tantas horas de apagones para cumplirlo, pero si fuera un plan, lo mejor es tratar de incumplirlo.
Un programa se hace sobre la base de estimados y pronósticos, y al ejecutarla, hay que tener en cuenta la situación del momento para empezar y terminar, así como para apagar cantidad de circuitos.
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Acerca del autor
Licenciado en Periodismo y licenciado en Ciencias Sociales, autor de El Foro en Cubahora, jubilado y reincorporado en la Redacción Digital de Trabajadores, donde escribe las secciones LA GUAGUA y EN 500 CARACTERES, fue corresponsal del periódico Vanguardia en tres de las seis regiones de Las Villas, Jefe de Redacción fundador del periódico Escambray, Corresponsal Jefe de la Agencia de Información Nacional (actual ACN) en Sancti Spiritus, colaborador de Radio Progreso, Prensa Latina y Radio Sancti Spíritus; así como Jefe de Información, Subdirector y Director del periódico Vanguardia, donde administró sus foros de discusión.
Le pido encarecidamente publique este reconocimiento público a los consagrados trabajadores del Centro Oftalmológico del Hospital General Docente «Ernesto Guevara de la Serna» por su ejemplo a seguir que cura, que los distingue, ante tantos otros comportamientos publicados, que enferman.
Estoy seguro que no solo soy yo el agradecido. Todos los papcientes de ese servicio dicen lo mismo.
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El que suscribe, Ruben Suarez Silva, vecino de la calle Martí, esquina a Villalón, barrio Primero, Las Tunas, quiero hacer un público reconocimiento a los trabajadores del Centro Oftalmológico del Hospital Ernesto Guevara de la Serna, de Las Tunas.
Ese colectivo laboral, entre sí, parecen una familia, por el amor y respeto que se profesan unos a otros: una familia ideal.
Pero lo mas virtuoso es que a esa familia, les suman a sus pacientes y los llevan a formar parte de ella. Tratan a sus pacientes como a un familiar querido.
El trato afectuoso, acompañado de la calidad profesional, son encomiables.
La dirección de ese hogar de salud, ha de estar orgullosa de contar con un equipo laboral tan brillante, tan dedicado, tan vocacional, porque son todos los empleados, portadores y prestadores de una atención de alto nivel.
Este agradecido paciente, junto a su familia, viven orgullosos y complacidos por contar con la atención de ese grupo de dignos y esmerados trabajadores, que a pesar de las carencias y dificultades conocidas, les ponen manos y corazón a suspacientes y a su patria.
Gracias a todos
Rubén Suárez Silva
Estimado Chang:
Ahora mismo, la profesión más impopular en Cuba, aparte de ser trabajador de la Empresa Eléctrica, es la del trabajador del despacho, y de ellos, los que participan en un modo u otro de la complejísima decisión de cortar la energía a un circuito, en base a los pronósticos de la capacidad de generación disponible para afrontar la demanda del tramo horario, de la demanda a cumplimentar hacia otros territorios según la situación del sistema, y de las situaciones de los circuitos subsidiarios de ese despacho. Los hay quienes eligen y pueden permanecer anónimos, otros son populares, pues dan la cara a los medios, y tienen la desagradable tarea de explicar y hacer entender lo que nadie quiere, asume, y mucho menos entiende. Lo real, es que la inmensa mayoría no viven en circuitos protegidos, y muchas veces han incidido en la afectación de servicio a su barrio, a su casa, a su familia. De han dado caso de agresiones verbales (basta preguntarles a las recepcionistas telefónicas) e incluso físicas.