El texto, que circula en medios digitales, subrayó la “profunda preocupación por la difícil situación del pueblo cubano” y los efectos de la fallida política exterior de Washington hacia el país caribeño.
“Es crucial que su administración elimine a Cuba de la lista de Estados Patrocinadores del Terrorismo y acelere el procesamiento de la asistencia de las organizaciones humanitarias”, subrayó la misiva.
Los firmantes consideraron que tal decisión ayudaría no solo a salvar vidas, sino que también promovería los objetivos declarados de la política exterior estadounidense de defender los derechos humanos (de los que se autovanagloria).
Reincorporar a Cuba a la Lista de Estados Patrocinadores del Terrorismo en enero de 2021, días antes del final de la presidencia de Donald Trump, “fue un grave error y ha tenido un efecto enormemente perjudicial sobre el pueblo cubano”, añadieron.
Argumentaron que esto llevó a “bancos, instituciones financieras y proveedores internacionales a retirar el apoyo al comercio regular y la colaboración con grupos religiosos que brindan ayuda humanitaria en Cuba”.
Como resultado, “la capacidad de nuestras denominaciones y organizaciones religiosas para ofrecer asistencia crucial y ayuda financiera a los socios cubanos se ha visto gravemente limitada”, enfatizó la carta al insistir en los obstáculos que crea la designación en esa lista unilateral y arbitraria de la Casa Blanca.
“Nuestra política actual hacia Cuba es un factor importante que impulsa esta tendencia migratoria”, advirtió la misiva.
En su exhortación a Biden los firmantes fueron claros: elimine a Cuba de esa lista, tome medidas para poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero y avance en la normalización de las relaciones con Cuba.
Cuba entró por primera vez en la lista de patrocinadores del terrorismo del Departamento de Estado durante la administración del presidente Ronald Reagan en 1982.
En 2015, el entonces mandatario Barack Obama dijo que esa designación no tenía mérito y retiró al país de la nómina, lo que revirtió Trump el 12 de enero de 2021, como una de sus últimas disposiciones antes de salir de la Casa Blanca.