En abril del 2022 los trabajadores de un gigantesco almacén de Amazon en Staten Island, el JFK8, de Nueva York, constituyeron el Amazon Labour Union (ALU), un sindicato independiente avalado por la Junta Nacional de Relaciones Laborales (National Labor Relations Board, NLRB), de EE.UU.
La multinacional, de notable presencia en el mundo laboral, es la segunda empresa con mayor número de empleados en la potencia norteña, solo antecedida por los supermercados Walmart. Durante la pandemia de la covid-19 sus beneficios convirtieron al fundador y actual director ejecutivo, Jeff Bezos, en una de las personas de mayor caudal patrimonial del universo.
Mientras eso sucedía, los empleados de Amazon enfermaban y fallecían debido a condiciones de trabajo inseguras. En ese contexto descubrieron que organizarse en forma de sindicatos puede ser el comienzo del cambio que necesitan. Por eso varios expertos opinan que la pandemia forzó el renacer del sindicalismo, especialmente en EE. UU.
Documentos revelados en el 2023 aseguran que Amazon gastó 14,2 millones de dólares en expertos para frenar la iniciativa sindical del JFK8. La cifra se considera “excesiva”, incluso por quienes defienden esa práctica habitual de las grandes empresas. El argumento de Bezos es que prefiere empleados que “planteen sus comentarios, preguntas y preocupaciones directamente a su equipo directivo” antes que tener que enfrentar una negociación colectiva mediada por un sindicato.
Pero la rutina productiva en Amazon tiene peculiaridades que favorecen la explotación y la fluctuación laboral. Los empleados de los almacenes, por ejemplo, perciben un salario inferior a los de oficinas, y esos mundos no se mezclan. En teoría, los de almacén podrían aplicar a puestos de mejor remuneración, pero nunca lo consiguen, por eso la plantilla allí se renueva cada 8 meses: “La jornada es sencillamente insoportable”, refieren líderes de ALU.
Dos años después de la histórica creación del sindicato pionero, otros almacenes de Amazon buscan repetir la experiencia; sobresalen algunos en Los Ángeles, Alabama, y varias ciudades de Reino Unido, Canadá, Italia y España. No obstante, el JFK8 sigue marcando la pauta y actualmente organiza un referendo para reformar la vida sindical.
La novedosa iniciativa, liderada por el Caucus de Reforma Democrática de la ALU, debe concretarse a mediados de año y tiene a Brima Sylla entre los candidatos para ocupar uno de los cargos del Comité Ejecutivo. El líder sindical asistió recientemente al Encuentro Internacional de Solidaridad con Cuba y contra el Imperialismo realizado en La Habana.
El dirigente fue uno del millar de delegados al evento donde estuvieron representadas unas 220 organizaciones de 58 países. Condenó enfáticamente el bloqueo económico, comercial y financiero de su país contra Cuba; así como la política de sanciones que obstaculiza el desarrollo y el bienestar de los ciudadanos de la nación caribeña.
Sylla también levantó la voz para hablar en nombre de los trabajadores de Amazon, hiperexplotados y sometidos a jornadas agotadoras e intensas, sin apenas períodos de descanso. Algunos choferes y empleados de la cadena logística empresarial han denunciado abusivas rutas de entrega trazadas por inteligencia artificial. La herramienta no incluye pausas de descanso para necesidades fisiológicas, solo optimiza los recorridos en busca de acortar el tiempo.
Las furgonetas están equipadas, además, con sistema de geolocalización y cámaras en la cabina, lo cual tiene un efecto intimidatorio que resulta humillante para los conductores. Poner remedio a esos males, así como aumentar los salarios y las prestaciones sociales aparece entre las prioridades del sindicato por el que lucha Sylla.
La CTC es un referente de sindicato democrático, dijo a Trabajadores, principio que no existe en la mayoría de los sindicatos de estadounidenses. Hemos venido para seguir aprendiendo de ustedes, tal cual hemos hecho con el Código del Trabajo de Cuba desde hace varios años, aseguró.
“En esta, mi primera visita, he encontrado una nación muy diferente a la que presentan los medios de comunicación y algunos políticos de mi país. Acá, por ejemplo, no he visto esa cantidad de personas que tenemos durmiendo en las calles de Los Ángeles, con más de 64 mil seres abandonados cada noche, o en Nueva York, donde la cifra es mucho mayor”.
Los cubanos son un pueblo digno, concluyó. Acá se confirma que el poder de negociación de los sindicatos sigue siendo la clave para reducir la desigualdad social, modernizar las relaciones laborales y democratizar las empresas y sus estructuras sindicales.