Siempre abril convoca a la entrega, moviliza… y el proyecto DeZurdaTeam, no quiso dejar palabras en el espectro mediático sin cumplir, «hacer es la mejor manera de decir», sobre todo en días próximos a la celebración del Primero de Mayo.
Ivette Álvarez, coordinadora del proyecto cuenta que cerca de 100 jóvenes, “unos militantes de la UJC y otros guerrilleros de carnet rojo ardiente, todos seguidores del pensamiento revolucionario de Mella, Fidel, Raúl, Díaz-Canel, se unieron a los trabajadores del Hogar de Combatientes Granma, ubicado en 13 y 60, Playa, y junto a abuelos que allí conviven, decidieron ser actores y seguir haciendo historia”.
Al término de la jornada productiva un zurdéense dijo: «Creo que fue una linda jornada, se cumplieron los objetivos que nos habíamos propuestos, vivimos el agradecimiento de los abuelitos en sus rostros y la alegría de todos por poder ser útil; aportar, y sentir esa sensación de poder ayudar, es única.
En fin todos estábamos muy contentos. Debemos seguir haciéndolo, podemos lograrlo, lo hemos demostrado.»
Otro afirmó “esta vez fue en saludo al Día Internacional de los Trabajadores, pero debemos movilizarnos alrededor de todos los asilos de La Habana, sería genial”.
“Sin dudas fue una jornada exitosa gracias al aporte de muchos”, aseveró Ivette Álvarez, la coordinadora del proyecto, quien refirió como lograron reunieron los insumos, en tiempos como estos: “Una tarjeta, transferencia y manos a la obra.
Se buscaron las necesidades y las mejores variantes, se compró pintura, piezas para reparar ventanas, herramientas de casa, mucho corazón y empuje, manos a la obra.
“Algunos de los que no podían estar en la actividad porque radican en otras provincias, hicieron llegar su contribución. Un gesto hermoso, son detalles que nos hacen sentir orgullo de la calidad humana de las personas que integran DeZurdaTeam. No faltaron amigos desde el exterior queriendo aportar tras la convocatoria.
“Gracias por darnos la oportunidad de ser útil, lo que hemos vivido es insuperable y nos vamos con la sensación de que podemos hacer más y lo que hemos hecho es valioso pero es muy poco.
«Al finalizar el trabajo voluntario se hizo un cumpleaños colectivo, con cadenetas, gorros, nuestra bandera cubana presente y los niños caminando juntos a sus padres construyendo un mundo mejor, porque estamos seguros que es posible”, concluyó Ivette.