El ejercicio es clave para la salud física y de la mente.
Nelson Mandela
– ¿Saben qué día es hoy? El de empezar a conseguir tus metas, solo vívelo con pasión y tendrás motivaciones para dar lo mejor de ustedes, subraya Berta Rosa Zamora Sosa de 57 años.
Minutos antes de marcar las cinco de la tarde, un ir y venir de mujeres traspasan la reja de su hogar convertido en gimnasio, donde a ritmo de:
En qué problema nos metimos/Cuando tú y yo nos conocimos/ A mí la vida me cambió/No sé cómo fue, ni cómo sucedió/ Ey ohh, ey ahh/ Ey ohh, ey ahh, cantado por Diana Fuentes y Gente de Zona, comienza la baila terapia uno…dos…tres…
En la mañana, la Berti, como la llaman las asistentes, realiza sus labores como facturadora del almuerzo escolar en la Cocina Central, perteneciente a la Empresa Municipal de Comercio y Gastronomía de la Isla de la Juventud.
-Vamos a dar lo mejor, lo sembrado hoy será fruto mañana, solo es cuestión de práctica y empeño, destaca mientras arranca con el primer bloque de ejercicios aerobios, con los cuales se encuentra a ella misma al permitirle cooperar a estilizar a otras, además de socializar, jugar, bailar, algo que les fascina como buena cubana.
-Recuerden: no hay mejor médicos que el sol, el descanso, el ejercicio, la dieta, la autoestima y los amigos, les dice a los más de diez rostros femeninos ya acomodados en la sala de su casa ubicada calle 35 entre 18 y 20 en Nueva Gerona, en el Municipio Especial Isla de la Juventud.
Entrenar: foco y determinación
Katy, ama de casa asistente, se queja de las repeticiones; Yilian, enfermera de la sala de neonatología del Hospital Héroes del Baire, aviva al resto a no rendirse; Nancy, cuenta propia dulcera, estira un poco su rodilla, hoy le duele más al igual que los brazos, imagínese… tuvo dos encargos para cumpleaños.
Olguita, ingeniera civil, salta con más fuerza, le espera en la noche terminar el presupuesto de obras sociales, voltea su cabeza, la cervical le golpea desde hace unos días, imagínese frente a la computadora perfilando los dineros de construcciones; Yuly, la doctora, prefiere no hacer los ejercicios de piernas, vio en esta jornada a muchas embarazadas en la consulta de genética y a esta hora se siente el cansancio.
Jéssica, asistente de Admisión, manifiesta sus malestares, apenas lleva unos días y dice ser fuerte el ejercicio; Yusy, ceramista, llegó sin apenas quitarse el polvo, no quiere faltar, ya los había dejado al cuidar a su mamá ya fallecida; Juako, profesor de la Universidad Jesús Montané Oropesa, no pierde el hilo de la música, debe estar “enérgico” para el otro día en calidad de docente.
Adisleydis, epidemióloga del policlínico Juan Manuel Páez Inchausti no quiere esforzar mucho el pie debido a una caída; Yanelis, ama de casa, tampoco hará todo, cuida a su mamá y la noche anterior apenas durmió; Madeline, también dedicada a los quehaceres de la casa, se incorporó esta tarde.
-Me he propuesto hacerle ver que el deporte y la salud van de la mano. Vienen muchas mujeres, a quienes les hablo no de maquillaje sino de la importancia de su aspecto, de no dejar de soñar y tampoco abandonar lo empezado, en este caso los ejercicios físicos, aclara la facturadora devenida entrenadora.
-Disfruto liberar las energías negativas del día con un buen entrenamiento, así vuelven a casa más ligera, pueden estar cansadas, pero eso será recompensado con mayor autoestima, un cuerpo sudado, pelo despeinado y una sonrisa de satisfacción en el rostro es mi propósito diario, destaca.
Se escucha:
Micaela se fue y sólo vive llorando/dice que la conga es lo que está extrañando. /Que si me falta la conga me zumbo y me mando, /pero Micaela vive recordando. /Un farsante me dijo que yo era roquero, /pero eso es mentira porque soy conguero. /Que no me quiten la conga que es rica y barata(…)
Verla retozar de aquí para allá me recuerda cómo antes de 1959 no había prácticamente una ley que protegiera los derechos de la mujer; eran muy contadas las que podían llegar a determinado cargo, y la mayor parte estaba desempleada, solo podían trabajar como domésticas o trabajadores agrícolas; y de las más 800 mil personas analfabetas, la mayoría eran mujeres.
-Me gusta mi labor como facturadora, pero también tonificar el cuerpo ya sea de mujeres y hombres, aumentar su fuerza física o simplemente ayudarlos a liberar el estrés acumulado, prosigue la entrenadora personal y dueña de su propio gimnasio.
El sudor como mejor accesorio
Iniciase como entrenadora de un gimnasio requiere pasión, experiencia, identificar las brechas del mercado, construir una marca, una comunidad sólida y aceptar desafíos. Tener determinación y trabajar duro para convertir su amor por el ejercicio físico en un negocio próspero.
-La diferencia de nuestro gimnasio, es que no es exclusivo para mujeres. Aquí el enfoque es estético: adelgaza, tonifica, divierte, disciplina, no hay límites para los sueños de muchos, el éxito radica en trabajar duro y nunca rendirse y, sobre todo.
-No permitimos prejuicios acerca del rendimiento físico, supuestamente inferior en las mujeres, inculcamos que, si no pueden volar, corran, sino caminar o gatear, pero seguir adelante con esfuerzo y dedicación diarios, expresa la cincuentona, madre de dos varones.
Esta mujer no aparenta estar picando los sesenta. Realiza sus quehaceres domésticos, disfruta de series y novelas. Ríe con las malcriadeces de sus nietos y su perro.
Nunca se le ve tirar la toalla, dice la usará solo para secar su sudor y seguir adelante. Cuando sus piernas y su cabeza no puedan más, su corazón hará el resto para seguir entrenando como la bestia para lucir como la bella porque su gimnasio no es donde algunos pueden ir una hora y borrar lo realizado en la semana, allí se forjan guerreras de estirpe.
-Vamos, periodista, grita Yilian, deja la muela y haz los ejercicios,