LA GUAGUA: El jubilado y su «pan ¿nuestro?»

LA GUAGUA: El jubilado y su «pan ¿nuestro?»

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Esta Guagua no trae en este viaje citas textuales o comentarios digitales de amables lectores que destinan parte de su tiempo a leer la sección y escribir sus opiniones.

A bordo vienen ideas recogidas durante algunos días en que personas jubiladas entre las que está el redactor, han hecho vaticinios, las vemos cumplirse, pero ninguno se considera con suficientes elementos para asegurar cuál será la solución.

La decisión de hacer este trayecto fue tomada en la cola del pan en la unidad de una empresa especializada en elaborar ese producto para la venta liberada a precios superiores a los normados.

Al salir con dos panes al precio de los que son de corteza dura (70 pesos) pero son como los llamados suaves o «desmayados» (más baratos), Angelita León, la esposa de un colega explica que se retira de la cola porque su cónyuge compró en otra panadería.

Resulta que su esposo, Benito Cuadrado, lo adquirió a unos 500 metros del lugar, en una panadería no estatal, a 80 pesos, con características comparables a las de naciones donde el comercio iría a la quiebra si no logran hacerlos competitivo por su precio y calidad.

Con esa pista, acompañado de otro jubilado acudimos a la susodicha panadería, y solamente tuvimos que esperar que cinco clientes fueran atendidos para comprar, pero ya le habían cambiado del recio: a 90 pesos, los cuales todavía desembolsamos gustosos.

La información corrió entre el grupo de personas envejecidas que hemos formado informalmente un club por tener los intereses afines que se adquieren después de concluir la etapa de trabajador y cuando el sustento depende de una pensión.

 

Entre los comentarios, hubo uno con la idea siguiente:

Si costaba 10 pesos más que el malísimo que hacen estatalmente, y ya le subieron otros 10, y no había mucha cola, se pondrá más caro.

Al ir por segunda ocasión, seguía costando 90 pesos, pero en la todavía pequeña cola había dos personas con bicicletas que tenían una caja de cierre hermético colocada en la parrilla.

Los jubilados valoramos:

Si esa panadería los vendía a 80 pesos y lo subieron a 90 en momentos en que «por la calle» había vendedores ambulantes cobrando 150 pesos, a esto le queda poco.

Efectivamente, al acudir por tercera vez, había más personas en bicicletas dotadas de cajas, pero también con motos eléctricas con espacio para llevar cargas.

Este redactor se aventuró a compartir con sus colegas:

Si no tenían pérdidas al vender a 90 pesos (20 por encima del precio del pan liberado estatal) y los ilustres vendedores ambulantes cobran 150, lo más posible es que pronto los compren a 100 pesos al por mayor.

No había terminado la idea, y Gregorio dijo:

Vengo de allá ahora y no hay pan.

Acudí por tercera vez, y fue la última, pues no iré más. Luego de comprar 20 croquetas de pollo a 300 pesos, me quedaban 100 y quise invertirlo en un pan horneado en esa unidad no estatal.

Aunque estaban a la vista, pregunté: ¿Hay pan?

Respuesta:

Quedan tres, pero estos son a 110 pesos. Los de 90 se acabaron.

Al enmudecer, se agudiza el uso de los ojos y se apela a la memoria: Era un llamado «luchador» que ni siquiera se tomó el trabajo de trasladarlo en su vehículo, pues estaba vendiendo el pan en la misma mesa que usan (¿o usaban?) para ese fin los empleados de la panadería privada, particular, no estatal.

Las pensiones o chequeras de este grupito de jubilados parten de unos mil pesos y los más altos apenas sobrepasan los 2 mil 200 y somos pocos los que hemos tenido oportunidad de reincorporarnos a un puesto de trabajo.

En este caso, nos están rebajando el poder adquisitivo del dinero de la pensión, pues en vez de 90 pesos, ahora hay que pagarlo entre 110 y 150 pesos, pues cuesta 30 o 60 pesos más en dependencia de cualquier explicación que cualquiera quiera dar.

A la sugerencia de denunciar o publicar sus fotos, alguien advirtió que no era un caso aislado y que no alcanzarían las autoridades para procesar las denuncias y en cuanto a publicar, dije:

Llenaremos todos los espacios de fotos, pero ¿alguien puede asegurar cuál será el resultado?

 

 

En resumen: La nota queda inconclusa porque faltando unas líneas para concluir este material, llega le encomienda de convocar a los lectores a comentar sobre la situación económica de los jubilados, lo cual pueden hacer debajo de esta nota en el espacio destinado para ese fin.
Esperamos sus comentarios digitales sobre la situación económica de los jubilados.

Acerca del autor

Licenciado en Periodismo y licenciado en Ciencias Sociales, autor de El Foro en Cubahora, jubilado y reincorporado en la Redacción Digital de Trabajadores, donde escribe las secciones LA GUAGUA y EN 500 CARACTERES, fue corresponsal del periódico Vanguardia en tres de las seis regiones de Las Villas, Jefe de Redacción fundador del periódico Escambray, Corresponsal Jefe de la Agencia de Información Nacional (actual ACN) en Sancti Spiritus, colaborador de Radio Progreso, Prensa Latina y Radio Sancti Spíritus; así como Jefe de Información, Subdirector y Director del periódico Vanguardia, donde administró sus foros de discusión.

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5 comentarios en LA GUAGUA: El jubilado y su «pan ¿nuestro?»

  1. Realmente es decepcionante que después de 30 o más años de trabajo los jubilados anteriores a la mal llamada tarea ordenamiento…no tengan la vejez digna que se merecen por su esfuerzo y trabajo ya que la cuestión no es que estemos de menesterosos pidiéndole una ayuda al MTSS sino que tengamos la pensión que nos permita vivir sin depender de la ayuda familiar o el MTSS porque nos la merecemos

    • La canasta de bienes y servicios se basa en los precios minoristas bajo encuesta periódica para poder recibir una pensión justa nuestro gobierno no hace nada al respecto de lo que dice el artículo #1 de la constitución que aprobamos todos.
      En cuanto a la reventa de bienes fundamentales como el pan mientras en cuba no exista una organización del comercio minorista donde todo el que venda este organizado para pagar su tributo al estado con una trazabilidad de cada producto, su ficha de costo y margen comercial aprobado por el estado seguirá la corrupción y el relajo generalizado en todo el país.

  2. Para que seguir quejandonos de los precios abusivos y especulativos, tanto privados como estatales, si nadie toma medidas?. Todo son consignas. Y las famosas MIPYME, se están apropiando de la economía y sus dueños, que ni trabajan se hacen los nuevos millonarios. Donde vamos parar?. Al capitalismo?. Dios nos libre, amen dirían los religiosos. No son solo los jubilados, es todo el pueblo trabajador.

  3. Si fuera solamente con los jubilados… Lo que da vergüenza, o debería darla, es que al final de la jornada no se hace absolutamente nada por cambiar el estado de cosas. Nos pasamos (se pasan) la vida en la quejadera porque los privados abusan de los clientes, pero el hecho cierto es que con quejas y multas no van a lograr nada mientras las instituciones estatales sigan siendo la porquería que son hoy en cuanto a la calidad de los servicios que se supone deben prestar. Mientras se sigan justificando con las justificaciones en las que ya nadie cree y que llevan más de 50 años repitiendo esto no va a cambiar. No es mentira por ningún lado que se mire que los privados están acabando con los «consumidores». Pero tampoco es mentira que a los estatales sencillamente NO LES INTERESAN los consumidores. Lo demás es cuento de camino, y ya estamos aburridos e insultados de la misma «muela» machacando en las mismas justificaciones.

  4. Es deprimente que en Cuba, por la incontrolable crecida a diario de los precios que nadie controla y con las míseras jubilaciones y pensiones que no les alcanza a los jubilados civiles ( los militares encontraron quién se las elevara ) con $ 2000 a $ 3000 pesos, que hoy no alcanzan para vivir ni 15 días del mes y haciendo una sola comida al día, muchas veces con un pan y algo, no se haya controlado, topado, regulado ó prohibido los actuales precios de un pan que a veces cabe dentro de la palma de la mano.
    Es abusivo pedir y cobrar una jabita de pan en $ 150 y hasta $ 300 pesos por 8 panecitos del tamaño de los que se ponían antrs con pasta en los cumpleaños y sin embargo ese pan con cualquier cosa dentro, hasta con aire es una comida de cualquier anciano jubilado ó pensionado en la Cuba de hoy, donde los vulnerables somos todos los que no hemos sido beneficiados con un incremento de la seguridad Social cubana y ni la CTC Nacional se pronuncia, hoy en Cuba desde el Presidente hasta el último militante del PCC lo sabe y nadie lo resuelve.
    Tal parece que está considerado económicamente que por la Ley de la Vida, nos muramos poco a poco para no tener que afectar el presupuesto y las finanzas del Estado, de todas maneras yano aportamos nada…..

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