Miguel Díaz-Canel Bermúdez, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, intervino hoy en la 38 Conferencia Regional para América Latina y El Caribe, de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura.
A través de videoconferencia, el mandatario se dirigió a los participantes del encuentro, que se desarrolla desde este lunes en Georgetown, Guyana.
El evento se extenderá durante cuatro días y contará con la participación de funcionarios gubernamentales de los 33 Estados Miembros de la FAO, ministros de Agricultura y de otros sectores.
Por su importancia, transmitimos de manera íntegra las versiones taquigráficas de la intervención del Jefe de Estado cubano compartidas en el sitio de la Presidencia.
Señor Presidente;
Estimados delegados e invitados:
En el Informe del Secretario General de las Naciones Unidas de 2023 sobre el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, se pronostica que más de 600 millones de personas en todo el mundo vivirán en condiciones de hambruna para el 2030.
Paradójicamente, esto ocurre en un planeta que dispone de alimentos suficientes para alimentar a todos sus habitantes.
Conscientes de que ello es posible, la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible estableció entre sus objetivos: poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y mejorar la nutrición, así como promover la agricultura sostenible, con la premisa de lograr la sostenibilidad económica, social y ambiental de los Estados.
Pero la realidad se ha quedado muy por detrás de los sueños. A solo seis años del plazo fijado para alcanzar esas metas, la inseguridad alimentaria a nivel global ha alcanzado niveles extremos, que se agudizan estructuralmente por la prevalencia de un orden económico internacional profundamente injusto y desigual.
Excelencias:
Lo que he descrito muy sucintamente es el desafío al que nos enfrentamos todos, porque a todos nos golpearán los impactos de tal desequilibrio si no alojamos potencialidades y esfuerzos.
La promoción de nuevas investigaciones, el desarrollo científico-técnico, la transferencia de tecnologías y el acceso a las ya existentes en las esferas de la alimentación y la nutrición, tienen el potencial de contribuir a la erradicación del hambre y la pobreza en todas sus formas y dimensiones, y al logro de un crecimiento económico sostenido, inclusivo y equitativo del bienestar humano y del desarrollo sostenible desde y para el Sur.
Así fue reconocido por los altos dignatarios del Grupo de los 77 y China en la Cumbre celebrada en La Habana, el pasado mes de septiembre, bajo el tema Los retos actuales del desarrollo: papel de la ciencia, la tecnología y la innovación.
En el empeño por alcanzar las metas globales y garantizar el derecho a la alimentación, la agricultura familiar deviene en sector clave en la región de América Latina y el Caribe.
En nuestra región, los pequeños agricultores representan el 40% de las explotaciones agrícolas y tributan significativamente a la disponibilidad de alimentos.
Pese al significativo aporte de la agricultura familiar al consumo interno, la diversificación de la actividad agrícola y la conservación de la biodiversidad en nuestros países, el 20 % de este sector enfrenta inseguridad alimentaria.
Revertir la situación de vulnerabilidad de los pequeños agricultores latinoamericanos y caribeños depende, en gran medida, de garantizar el acceso adecuado, preferencial y en términos favorables, a los avances científico-técnicos y a la creación de capacidades.
La ciencia y la innovación digital representan una alternativa novedosa para fortalecer la agricultura familiar, toda vez que contribuyen a incrementar la productividad mediante el uso de tecnologías orientadas al crecimiento óptimo de la producción agroalimentaria y ganadera.
Aplicar la ciencia y la innovación a este sector clave contribuye, además, a la disminución del impacto ambiental y a la sostenibilidad. Ello constituye un paso hacia la resiliencia y adaptación al cambio climático.
Excelencias:
La 38ª Conferencia Regional de la FAO tiene lugar en momentos en que la humanidad ha alcanzado un potencial científico-técnico sin precedentes, con capacidad para generar riqueza y bienestar que, en condiciones de igualdad, equidad y justicia, podría asegurar niveles de vida dignos y sostenibles para todos.
El egoísmo de quienes llevan años enriqueciéndose a expensas de los pueblos del Sur, nos ha dejado más hambre y más pobreza. Es preciso revertir esa condición en que nos sumieron siglos de dependencia colonial y neocolonial.
La Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI) ha referido que la creación y difusión de las tecnologías de producción digital de avanzada sigue concentrada a nivel mundial en solo 10 economías, que son las responsables del 90% de todas las patentes mundiales.
La tendencia a patentarlo todo convierte los adelantos científicos en instrumentos para profundizar la brecha del desarrollo y doblegar la voluntad de los gobiernos a los intereses de los más ricos.
Ello explica que, en medio del más colosal desarrollo científico-técnico de todos los tiempos, el mundo haya retrocedido tres décadas en materia de reducción de la pobreza extrema y se registren niveles de hambruna no vistos desde 2005.
Excelencias:
La aplicación de medidas coercitivas unilaterales tiene repercusiones devastadoras en el disfrute de los derechos humanos, incluido el derecho a la alimentación.
El bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por el Gobierno de los Estados Unidos contra Cuba se ha recrudecido en los últimos años a niveles sin precedentes, provocando pérdidas al sector alimentario de más de 273 millones de dólares, solo entre marzo de 2022 y febrero de 2023.
Esos datos confirman el criminal propósito de esa política que busca rendir por hambre y desesperación al pueblo cubano. Los daños del bloqueo se han multiplicado con la arbitraria e injusta inclusión de Cuba en la lista de países supuestamente patrocinadores del terrorismo que elabora unilateralmente el Departamento de Estado de los Estados Unidos.
A pesar de estos inmensos obstáculos, el gobierno cubano implementa el Plan de Soberanía Alimentaria y Educación Nutricional, como plataforma nacional para una plena seguridad alimentaria, alineada con la Agenda 2030.
Dicho Plan contempla, entre otras cuestiones, la disminución de la dependencia de las importaciones de alimentos e insumos, la garantía de la calidad y la inocuidad, y la reducción de las pérdidas y los desperdicios de alimentos.
Agradecemos la valiosa contribución de la FAO, FIDA y PMA y otras agencias de las Naciones Unidas a la aplicación del Plan.
Me gustaría concluir citando la profética advertencia del líder de la Revolución Cubana, Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz, cuando hace 28 años alertó en la Cumbre sobre la Alimentación:
“Las campanas que doblan hoy por los que mueren de hambre cada día, doblarán mañana por la humanidad entera si no quiso, no supo o no pudo ser suficientemente sabia para salvarse a sí misma”.
Muchas gracias.