El estudio de la historia local y su necesaria incursión en la Historia de Cuba en la enseñanza Secundaria Básica posee una especial significación porque contribuye a fortalecer la identidad nacional, y a elevar la cultura general integral de los estudiantes.
Algunos afirman cierto desinterés hacia esta asignatura, no creo sea así, lo que para lograr la atención es necesario crear una atmósfera agradable y vincular los conocimientos con la vida diaria y con la localidad.
Esta disciplina posee un potencial formativo humanista, enriquece el mundo espiritual, fortalece la memoria histórica e incide en la formación de una conciencia que repercute en el desarrollo ideopolítico, cultural y general de los estudiantes.
Resulta esencial conocer también de la historia local, del influjo de los hechos, procesos, fenómenos y personalidades nacionales en los diferentes territorios, para así dar respuesta a las interrogantes de la realidad sociocultural donde uno vive.
Para alcanzar tales propósitos es vital “clonar” a muchos profesores como Ramón Augusto García Rodríguez, de la especialidad de Historia y Marxismo, jubilado reincorporado en la escuela pedagógica Martha Machado Cuní y otros espacios de su comunidad en La Fe.
Ramón “está fuera de liga”, dicen sus alumnos, aunque al decir verdad existen en nuestras instituciones educacionales muchos docentes conscientes de la necesidad de que el estudiantado conozca de dónde venimos, quiénes somos y hacia dónde vamos, pues hurgar en el estudio de nuestras raíces y sustentos sociales e históricos, les permitirá encontrar en el pasado, mediato e inmediato de la localidad, la explicación y demostración de fenómenos de diversa índole que, aunque proyectados en la actualidad, tienen sus orígenes en períodos anteriores.
El nombre de este educador ha sido objeto de debate en los hogares de quienes forma como futuros maestros, por su manera peculiar de impartir sus clases, al punto de “atrapar” también a la familia para investigar hechos, procesos, fenómenos y personalidades relacionadas con este terruño o de la historia nacional.
Al igual, su nombre ha sido traído y llevado entre los más de 70 que conforman el claustro de profesores de las asignaturas Historia-Educación Cívica y Cultura Política de las diferentes enseñanzas, quienes llevan sobre su espalda madurez, amplio caudal de conocimientos y herramientas didácticas- metodológicas, imprescindibles para el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Este equipo ha organizado visitas a museos, tarjas, excursiones y lugares históricos como las pictografías de Punta del Este, sitio que ha constituido motivación para desarrollar otras iniciativas y sesiones de reflexión acerca de la necesidad de vincular los contenidos locales a la Historia de Cuba.
Hoy los resultados en los concursos de esta asignatura hablan del trabajo que realizan estos pedagogos, me refiero a redactar respuestas más completas, argumentar y razonar mejor al valorar a las personalidades, aunque todavía les falta buscar nuevas vías para aprender a establecer los nexos temporales entre los hechos históricos y las personas y además, ordenar cronológicamente de forma correcta.
Aún no está todo logrado pero Ramón es una muestra del avance en enseñar la Historia de Cuba con pasión, humanizarla más, solo así se entenderán y comprenderán mejor los complejos problemas existentes, los retos por venir y la responsabilidad de preservar el patrimonio histórico, enriquecer la historiografía y mantener el socialismo como necesidad histórica.
Fotos Gloria Morales Campanioni