“Si los cubanos resisten a un imperio, yo también puedo hacerlo en contra de Franco”, pensó uno de los tantos presos en cárceles franquistas por el delito de ser “dirigente sindical y comunista”, lo que constituía una amenaza, no para la sociedad, pero sí para la dictadura.
“Conocí del acontecer en Cuba y la triunfante Revolución, así como las amenazas y peligros que el pueblo cubano tenía que enfrentar, pero también de la solidaridad que recibía de muchos pueblos del planeta mediante un pequeño radio que escondía en la celda.
“Siempre que había condiciones lo encendía y bajo la almohada sintonizaba la emisora Radio Habana Cuba. Gracias a ella “salía” de la celda y me trasladaba al Caribe.
“Para los esbirros de Franco yo era un enemigo y por ello vigilaron mis actividades en reuniones sindicales o partidistas hasta que finalmente lograron encerrarme en la prisión durante seis largos años.
“Período que me permitió estudiar y seguir conspirando , así como ayudar a concientizar a otros presos, sobre temas de interés nacionales e internacionales, entre ellos, lo que acontecía muy lejos, donde una Revolución había triunfado.
“Cuando cumplía la condena, me dejaron salir en “libertad condicional” un breve tiempo, pero era para ver si podían descubrir con quién me reunía. Cada mañana, cuando iba al trabajo, veía la presencia de esbirros vigilándome para ver si podían sorprenderme en algo.
“Nada, volví a la cárcel y seguí escuchando a escondidas la emisora, conociendo de primera mano lo que acontecía en esa tierra rebelde y antiimperialista.
“Una vez cumplida la condena logré burlar a la policía y viajar a París donde me entrevisté con Santiago Carrillo, entonces secretario general del Partido Comunista Español, para seguir en las actividades prohibidas por el régimen franquista”.
Cote y Berta, amigos y compañeros
Para sus amigos, camaradas y compañeros de prisión siempre fue Cote. También para los cubanos que coincidimos con él y su esposa, durante años de visitas a Cuba para participar en encuentros de solidaridad, desfiles por el Primero de Mayo y otras actividades.
José López Coterillo y Berta Torre, esposa y compañera de lucha, están presentes en la Revolución Cubana, no solo en sus periódicos viajes a la Isla, sino también en los debates, conferencias y recolección de ayuda para nuestro pueblo en Cantabria, territorio que fue refugio del joven José Martí cuando fue desterrado de su patria por las autoridades coloniales.
Cote, desde que los conocí, ustedes venían cargados con ayuda solidaria.
“Hubo momentos en que llegamos con más de diez maletas, bultos, mochilas y gracias a los amigos del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos, pasaban por la Aduana con productos necesarios para la población.
Han pasado décadas de aquellos años de encierro. Ya libre sigue
en la lucha hasta nuestros días. Recientemente y a pesar de haber sido operado recibí una foto donde ambos participaban en un acto de repudio a los crímenes que Israel lleva a cabo en Gaza contra el pueblo palestino.
Nuevamente nos visita. Conocen de nuestros problemas actuales y compartimos preocupaciones sobre la situación internacional, los peligros que amenazan la paz y el difícil momento que atraviesa la Isla, aunque respetuoso, como siempre, nos habla de la actualidad y las preocupaciones acerca de las nuevas generaciones, de aquí y de España..
Han pasado los años pero esta pareja “de gallegos”, que en realidad son cántabros, mantienen su amor y respeto por el proyecto cubano y confían en que, una vez más, saldremos victoriosos ante las dificultades.
Las canas demuestran lo vivido por entrevistador y entrevistado y mientras disfrutamos de una cerveza fría y de recuerdos compartidos, seguimos en la misma trinchera, aunque estemos separados por un inmenso océano.