Dos noticias llegaron el 20 de febrero a las redacciones de la prensa mundial. La primera, el veto de Estados Unidos en el Consejo de Seguridad de la ONU a una “Resolución que exigía un alto al fuego humanitario inmediato en Gaza”.
La otra información destaca que “la Franja de Gaza está a punto de ser testigo de una explosión de muertes infantiles evitables, que agravaría el ya insoportable nivel de mortalidad infantil en Gaza”, afirmó Ted Chaiban, director ejecutivo adjunto de Acción Humanitaria y Operaciones de Suministro de UNICEF.
La primera se refiere al genocidio que lleva a cabo Israel, impunemente contra los palestinos civiles que constituyen las principales víctimas de “los combates” que se llevan a cabo desde el mismo día del inicio de los bombardeos indiscriminados contra objetivos civiles.
En una y otra información infantes de todas las edades, desde días de nacidos hasta adolescentes y jóvenes, forman buena parte de los fallecidos según las estadísticas que al parecer no son suficientes para conmover a los asesinos ni a los que ponen todo su poder para que continúen la masacre.
Las normas que aún rigen este planeta
Una de las “normas” que la humanidad debe respetar, porque sí, es el derecho al veto en el Consejo de Seguridad, cómo aconteció en esta última votación.
La Resolución mencionada y vetada fue impulsada en nombre de los Estados árabes por Argelia y obtuvo 13 votos a favor, una abstención, la del Reino Unido, y el voto en contra de Estados Unidos.
En ese documento se mencionaba “la entrega de ayuda a toda la Franja de Gaza, el cumplimiento por parte de Israel de las órdenes del Tribunal Internacional de Justicia y que todas las partes respetaran sus obligaciones en virtud del derecho internacional.
Pero la demagogia se hizo presente con las declaraciones de la embajadora estadounidense ante la ONU, Linda Thomas-Greenfiel, quien aseguró que “el proyecto no lograría una paz duradera, sino que prolongaría el cautiverio de los rehenes en poder de Hamas”.
«A veces la diplomacia lleva más tiempo del que a cualquiera de nosotros nos gustaría», afirmó la diplomática. «Cualquier medida que tome este Consejo debe ayudar y no entorpecer estas delicadas negociaciones en curso», añadió.
Negociaciones que nadie conoce ante la negación del país agresor y hace parecer a la diplomática como si representara en el Consejo de Seguridad no a su país, sino a Israel. En fin, ella se limitó a leer lo que le mandaron a decir.
Para concluir, este no es el momento para esta resolución, que pone en peligro estos esfuerzos«, comentó al añadir que se ignoraron numerosas modificaciones sugeridas por Washington.
En fin, esperar, esperar, hasta que Israel elimine a otros miles de palestinos civiles y uno puede preguntarse; ¿los soldados que llevan a cabo esta “limpieza” serían tan valientes y aguerridos si tuvieran combatiendo contra otro ejército?.
Como hubiera dicho uno de mis abuelos, tanta culpa tiene el que mata la vaca, como el que le amarra las patas.