El presidente de Argentina, Javier Milei, logró en tan solo unas semanas poner de acuerdo a la mayoría de los argentinos en torno a las medidas que su gobierno pretende llevar adelante. En especial entre los trabajadores y la clase media, aunque no son pocos los de la clase alta, en coincidir que han votado por un proyecto que no pasa de ser una locura, un desastre.
Como un “Mesías” anuncia decretos que resolverán todos los problemas que la nación no ha sido capaz de resolver en más de cien años.
A solo unas horas del inicio del paro nacional convocado por la Confederación General de Trabajadores (CGT), para el 24 de enero, la tensión política existente desde que asumió el cargo se intensifica y de hecho constituirá un termómetro capaz de medir la dimensión del rechazo a su proyecto.
Desde la Casa Rosada, sede del Gobierno, anuncian que “se descontará el suelo a los empleados estatales que participen en el paro. El salario es una contraprestación y, quien no trabaja, es razonable que no cobre”, amenazó un funcionario.
Parar de decir “burradas”
“En los próximos días habrá novedades de las medidas que tomará el Gobierno en contra de la movilización para proteger a la gente de bien», señaló por su parte otro vocero.
En respuesta, el secretario general de la Asociación de Trabajadores del Estado, Rodolfo Aguiar, recordó que el paro es responsabilidad exclusiva del Gobierno por las políticas que ha tomado y que han empobrecido en tiempo récord a la mayor parte de la población.
«Vos también podrías parar, pero de decir burradas», le recriminó al vocero presidencial luego de repudiar las amenazas de descuentos salariales que afectan el legítimo derecho a huelga.
La CGT convocó al paro general en protesta por el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) y la ‘ley ómnibus‘ presentadas por el Presidente y que, en conjunto, reforman por completo las normas que regían en el país sudamericano.
En lo particular, impugnan la reforma laboral que precariza las condiciones de trabajo, facilita despidos, elimina indemnizaciones, limita el derecho a huelga y perjudica a miles de empleados tanto del sector público como privado.
El paro general incluirá una movilización en el centro de Buenos Aires que también ya fue amenazada con una represión por parte de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, quien advirtió que aplicarán el protocolo que evita el cierre de calles y que, de manera inédita, les cobra a las organizaciones los costos de los operativos policiales.
Donde dije Digo, digo Diego
Realmente Milei es noticia, dentro y fuera del país. La mayoría de las cosas que dijo durante la campaña presidencial ha tenido que ir modulándolas ante el rechazo popular.
Pero su afán de protagonismo no tiene límites. Hace solo unos días participó en el Foro Económico Mundial de Davos, Suiza, donde brindó un discurso que despertó críticas en medios y redes sociales, y algunos murmullos en el auditorio según la prensa local.
Su intervención sorprendió a varios por sus comentarios contra el feminismo, su negación al cambio climático y su alerta por el «avance del socialismo» en Occidente, que según el mandatario «está en peligro».
Medios de todo el mundo reflejaron las diatribas del ‘libertario’ Milei contra el «colectivismo», así como su férrea defensa al «capitalismo de libre empresa» como «única» solución para resolver «el hambre, la pobreza y la indigencia a lo largo y a lo ancho del planeta».
Milei le habló a los empresarios: «No se dejen amedrentar por la casta política ni los parásitos que viven del Estado. Ustedes son benefactores sociales, héroes, creadores del período de prosperidad que jamás hemos vivido».
El diario argentino La Nación señaló que la alocución del mandatario argentino causó «estupor y sorpresa» entre los asistentes a la conferencia. Y cuando desarrollaba sus conceptos más radicales, risas. Un corresponsal alemán resumió el discurso con pocas palabras: «Es un delirio absoluto»