“La prisión de Guantánamo lleva abierta 22 años. Para cualquier persona de 30 años o menos, debe parecer normal que forme parte del panorama estadounidense, en lugar de la aberración constitucional que es”, dijo Jon Krampner, portavoz de la organización Comunidades Interreligiosas Unidas por la Justicia y la Paz (ICUJP) durante la manifestación que tuvo lugar el pasado 11 de enero frente al edificio del gobierno federal en Los Ángeles.
La protesta fue una de las tantas que ha tenido lugar en EE. UU. con el propósito de reclamar el cierre de la cárcel emplazada en la base militar ubicada, ilegalmente, en una porción del territorio de la bahía de Guantánamo, contra lo cual se han manifestado el Gobierno y el pueblo de Cuba.
En nota remitida a nuestra redacción por Mark Friedman, miembro de la Asociación Internacional de Maquinistas Local 1484, una de las organizaciones que se sumó a la marcha, recuerda que el gobierno de Washington ha cometido varios crímenes en Guantánamo y en otros de los llamados sitios negros de la CIA, entre ellos secuestro, arresto sin cargos, encarcelamiento sin juicio, privación del debido proceso, tortura y asesinato.
Friedman precisa que “la tortura viola la Octava Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos, el artículo 3 común de las Convenciones de Ginebra, la Convención de las Naciones Unidas contra la Tortura (UNCAT) y el Código 18 de los Estados Unidos 2340(a), el Estatuto sobre la Tortura”.
El activista a favor de Cuba y luchador contra el bloqueo estadounidense recordó a los manifestantes que el presidente Joe Biden habló en su campaña del 2020 que trabajaría por “restaurar el alma del país”, pero “si de verdad quiere hacerlo tiene que cerrar Guantánamo. Es una afrenta a la Constitución y ella es el alma de este país”, precisó.
Otro de los participantes en la protesta en Los Ángeles fue el reverendo Kelvin Sauls, miembro de la junta directiva de IFCO/Pastores por la Paz, quien también habló en nombre del Comité LA Hands-Off Cuba (Manos Afuera de Cuba):
“Estoy ante ustedes como un orgulloso sudafricano —dijo en referencia a la demanda presentada por el Gobierno de Sudáfrica contra Israel en la Corte Internacional de Justicia de La Haya—, así como nuestra completa liberación está indisolublemente ligada a la del pueblo de Palestina, también lo está al pueblo de Cuba”.
Sauls insistió en que “debemos aceptar el hecho de que los tentáculos represivos, explotadores y destructivos de los imperios occidentales están conectados. Nos reunimos para hablar y defendernos como protagonistas de la humanidad, la dignidad y la soberanía del pueblo cubano”.
El representante religioso denunció que EE. UU., “como uno de los imperios occidentales, ha perpetrado, facilitado y coordinado un triple efecto de tortura y trauma sobre el pueblo de Cuba”. Ratificó el compromiso de los activistas estadounidenses en la lucha por sacar a la mayor de Las Antillas de la lista de Estados Patrocinadores del Terrorismo (SSOT), por el fin del bloqueo ilegal, por el levantamiento de las prohibiciones y sanciones de viaje y comercio; así como por el retorno de la porción de tierra que ocupa la Base Naval de Estados Unidos en Guantánamo a sus legítimos dueños.
“Nos reunimos para hablar como protagonistas de la humanidad y defender la dignidad y la soberanía de nuestras hermanas y hermanos cubanos. ¡La combinación de tortura y trauma orquestada, organizada, mantenida y sostenida por Estados Unidos contra Cuba son actos de ocupación económica que equivalen a una masacre en cámara lenta! Estamos en esta lucha a largo plazo porque, en palabras del Reverendo Dr. Martin Luther King, Jr., “el arco moral de la historia es largo, ¡pero se inclina hacia la justicia!”.
Voces diversas reclaman cierre de Guantánamo
El Comité de Defensa de Julian Assange en Estados Unidos también estuvo en la protesta organizada en Los Ángeles contra la cárcel de Guantánamo. Su vocero, Vinnie DeStefano, aseguró que el proceder de las autoridades en esa prisión ha confirmado “que nuestros ideales no eran más que mitos. Eran las mentiras que nos decíamos a nosotros mismos para sentir que éramos justos cuando en realidad no éramos mejores que nuestros adversarios”.
“La prisión que nuestro gobierno decidió construir en Cuba acabó con todas mis ilusiones acerca de la superioridad moral de Estados Unidos”, reconoció DeStefano. “Éramos peores que el resto del mundo pues, durante un tiempo, fuimos la única superpotencia del planeta y, con todo ese poder, en lugar colocarnos a la altura de nuestros ideales, elegimos un camino que moralmente estaba en bancarrota”.
Annie Ehler, miembro de Voces Judías por la Paz (JVP-LA), agradeció la invitación a participar en la protesta: “Hoy compartimos historias que entrelazan nuestras vidas, forjando una conexión que trasciende ideología o afiliación. Nuestras luchas pueden parecer muy distintas, pero comparten un hilo común: la deshumanización de las personas en función de su fe, sus antecedentes y su identidad. Es un hilo que une la realidad de los prisioneros de guerra en Guantánamo con las realidades que enfrentan los de Palestina”.
“El dolor de las familias destrozadas por bloqueos, estrangulamiento económico, tácticas de triangulación colonial y otras prácticas, no son realidades lejanas, son parte de nuestras experiencias vividas”, reflexionó Ehler. La apertura de la cárcel en la base militar de la bahía de Guantánamo marcó un capítulo oscuro en la historia estadounidense, dijo.
La activista judía denunció atrocidades cometidas allí en los últimos en 22 años, las cuales han sido documentadas con “memorandos sobre tortura, intentos de encubrir crímenes contra la humanidad con pseudolegalidad y la ocupación ilegal de una nación soberana. Son manchas imborrables en nuestra historia colectiva”.
“Estoy aquí hoy porque esta lucha trasciende fronteras, océanos y límites geográficos. La revelación de que, en su apogeo, la cárcel en la bahía de Guantánamo albergó a unos 800 hombres y niños musulmanes (la mayoría nunca acusados de ningún delito), no puede separarse de los más de 7 mil palestinos encarcelados en prisiones israelíes, los más de 2 mil en detención administrativa sin cargos ni juicio”.
“Como judíos antisionistas y personas de conciencia, resistimos la ocupación en todas sus formas, ya sea israelí en Palestina o estadounidense en Guantánamo, Hawaii y Puerto Rico”, expresó Ehler.
“Nuestro sincero llamado está impulsado por un profundo amor y dedicación a la humanidad. La injusticia en cualquier lugar es una amenaza para la justicia en todas partes. ¡Desde Palestina hasta Guantánamo, todos estos muros tienen que desaparecer!”, instó la activista de JVP-LA.
Shaheen Nassar acudió en representación de una organización musulmana de libertades civiles. Aseguró que “como palestino de Gaza que recientemente ha perdido a sus seres queridos” da fe de la existencia de elementos comunes entre los hechos ocurridos en la cárcel estadounidense en Guantánamo y los crímenes de guerra israelíes. Estamos presenciando la deshumanización de que hemos sido víctima los musulmanes, explicó, lo cual incluye “el dramático aumento de los crímenes de odio contra musulmanes en todo Estados Unidos”.
Otros de los oradores de la combativa jornada fueron el abogado Mohammed Tsjar y el presidente emérito del Gremio Nacional de Abogados James Lafferty.