Como hace 65 años, al amanecer de este 2 de enero, partió la Caravana de la Libertad desde Santiago de Cuba hacia La Habana, reeditada por la juventud.
El Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, encabezó el acto político-cultural que dio inicio al recorrido, el cual tuvo como punto de partida la Avenida de los Libertadores -justamente frente a los muros del otrora cuartel Moncada- donde comenzó el 26 de julio de 1953 la última etapa de nuestras luchas por la independencia y la Revolución.
En la conmemoración, acompañando a las nuevas generaciones y al pueblo santiaguero, estuvieron combatientes que junto a Fidel protagonizaron la marcha triunfal del Ejército Rebelde, iniciada horas después de haber derrotado a la tiranía batistiana. Entre ellos, participaron la Heroína de la República de Cuba, Delsa Esther (Teté) Puebla, y el Héroe del Trabajo, Coronel de la Reserva Alberto Vázquez García.
En la primera fila, junto al jefe de Estado, estuvo de manera especial, el Comandante del Ejército Rebelde José Ramón Machado Ventura. Participaron, además, Roberto Morales Ojeda, miembro del Buró Político y Secretario de Organización del Comité Central, junto a otros dirigentes del Partido, la Unión de Jóvenes Comunistas, la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana y las máximas autoridades de esta oriental provincia.
El guerrillero que condujo el carro donde iba Fidel Castro en la caravana victoriosa, el hoy Coronel de la Reserva Alberto Vázquez García, evocó las motivaciones que llevaron a su generación a levantarse contra la dictadura de Fulgencio Batista.
«En aquel entonces muchos de nosotros éramos muy jóvenes, y nuestro ideal de justicia nos obligó a combatir aquella pesadilla triste y terrible realidad llena de discriminación racial, desalojo de familias, corrupción, desigualdades sociales, miseria, desempleo y horribles crímenes», comentó.
Vazquecito, como cariñosamente le llaman sus compañeros desde los tiempos en que el joven santiaguero participó en el levantamiento armado del 30 de noviembre de 1956, y que luego integró el primer refuerzo enviado por Frank País a la guerrilla de Fidel en marzo de 1957, expresó que «todo lo vivido en estos 65 años de Revolución marca el quehacer de una obra en beneficio del pueblo y en la permanente solidaridad con el resto de las naciones hermanas del mundo».
El también director del Complejo Histórico de Museos del Segundo Frente Oriental “Frank País”, aseguró que «a 65 años de salir de esta ciudad rebelde, hospitalaria y heroica, le dedicamos a nuestros héroes y mártires las victorias de hoy y de siempre, en especial a Fidel que siempre confió en la juventud».
En el simbólico sitio, frente a la fortaleza militar convertida en el mayor centro escolar de Santiago, dos hijos de esta ciudad interpretaron los poemas “Era la mañana de la Santa Ana” y “Marcha triunfal del Ejército Rebelde”, que escribiera el poeta Jesús Orta Ruiz, El Indio Naborí.
Seguidamente, jóvenes santiagueros, en representación de diferentes sectores, recibieron el carnet de militantes de la Unión de Jóvenes Comunistas. El alto compromiso con la Patria fue entregado por el presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez, junto a la Primera Secretaria del Comité Nacional de la UJC, Aylín Álvarez García.
Al pronunciar las palabras centrales, la dirigente juvenil afirmó que «un día como hoy comenzó una historia que cada año se renueva desde sus retoños, porque no fue un milagro lo que nos trajo hasta aquí. Fue el sacrificio y la pelea durante cuatro siglos para ser, por vez primera, eternamente libres, y para que la obra de los mambises se cumpliera».
Más adelante, Álvarez García aseveró que «si aquella caravana fue por toda Cuba marcando el inicio de una nueva era, esta que ahora de manera simbólica sigue sus inquebrantables pasos, también llevará la convicción de que no habrá rendiciones, ni quedará en el olvido tanta historia escrita por quienes nunca se cansaron de luchar».
«La Caravana de la Libertad seguirá llevando la dignidad de Cuba, ahora y siempre», concluyó su discurso la Primera Secretaria del Comité Nacional de la UJC, con la convicción de que «somos otros los barbudos y otros los caravanistas, pero en todos está la certeza de salvar la Revolución».
Entonces, como aquel histórico 2 de enero de 1959, el pueblo y las calles de Santiago vieron pasar sobre los vehículos a las victoriosas fuerzas, con las banderas cubanas y del Movimiento 26 de Julio, hoy en manos de los hijos más jóvenes de esta tierra.
El presidente cubano, luego de despedir a los protagonistas de este nuevo recorrido que llegará a La Habana el próximo 8 de enero, fue al encuentro con el pueblo que lo aclamaba.
A todos les dijo: «Santiagueros, vamos a trabajar para que el 2024 sea un año mejor. Felicitaciones en el aniversario 65 de la Revolución»