Cumple 148 años Inglaterra, hotel más antiguo de Cuba

Nació el 23 de diciembre de 1875, pero no es un anciano. El hotel Inglaterra, la instalación en activo más longeva  de Cuba,  llega hoy a su cumpleaños 148 con el espíritu de un joven. En forma, y renovado.

“Nunca ha podido explicarse el escribidor por qué se llama Inglaterra un hotel que denota, al decir de los especialistas, el encanto de la bella época española, lo mejor del neoclásico habanero y cuyo snack bar lleva el nombre de La Sevillana”, escribió el destacado periodista Ciro Bianchi.

Inaugurado  el 23 de diciembre de 1875,  en el mítico Paseo del Prado, frente al Parque Central, “llaman la atención, en su interior, los vistosos azulejos sevillanos, los mosaicos valencianos y alicantinos, las losas importadas de Andalucía, las esculturas de marcado sabor hispánico, mientras que en la fachada predominan los elementos ornamentales criollos propios de la época como son los balcones con barandas de hierro fundido, guardavecinos y vitrales”, ha descrito Bianchi.

Narra que el cronista que Joaquín Payret, constructor del teatro que terminaría llevando su nombre, vendió el famoso café El Louvre, sito en Prado y San Rafael, al arquitecto Juan de Villamil, teniente coronel retirado del Ejército Español, que adquirió además el hotel Americana, contiguo al café, y unificó ambos locales en un edificio al que puso por nombre Inglaterra.

A fin de que respondiera a las exigencias turísticas internacionales, en 1989 fue sometido a una reparación capital,  siempre manteniendo estilo y características que ya para entonces lo habían convertido, debido a sus altos valores artísticos e históricos, en Monumento Nacional.

Gestionado en la actualidad por el grupo hotelero Gran Caribe, el hotel recibió nuevas reformas en el lejano en 1914, cuando se techó su portal y se dotó al inmueble de una cuarta planta para habitaciones.

En el ayer, y en el hoy, ha sido anfitrión de muchas personalidades. Yo me quedo con dos. Con Maceo y con Martí. El Titán de Bronce se alojó, según recoge la historia, unos cinco meses. El Apóstol, anduvo por allí, de paso. Estuvo en los altos, en el café Louvre, donde pronunció un discurso, con frases memorables (cuáles no lo fueron).

Quizás de ellos le venga el verso y la hidalguía, a este hotel, que plantado en el centro de La Habana, sigue conquistando, desde la profesionalidad de sus trabajadores. Siendo, también, un excelente defensor de la música cubana.