El compromiso de fortalecer los vínculos con los cubanos que viven en cualquier latitud del mundo es invariable e irreversible, enfatizó Miguel Díaz-Canel Bermúdez, Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República, al clausurar este domingo la IV Conferencia La Nación y la Emigración en el Palacio de Convenciones de La Habana.
Ante más de 360 invitados provenientes de 57 países, el mandatario invitó a sumarse con energía renovada a una nueva etapa en defensa de Cuba. “Todos los que quieran construir y aportar a esta obra colectiva que es la Revolución cubana siempre serán bienvenidos. La patria somos todos y con ustedes, crece”, expresó.
El mandatario hizo un recorrido por los principales hitos de los vínculos entre Cuba y su emigración, en particular a partir de los diálogos liderados por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en la década de los setenta del pasado siglo.
Compartió su apreciación de que los vínculos entre Cuba y sus nacionales en el exterior atraviesan uno de sus mejores momentos: “El árbol plantado hace 45 años es fuerte, vigoroso y protector como una ceiba”.
Calificó la Conferencia como “un ejercicio estrictamente cubano, entre cubanos y para cubanos”, que posibilitó un balance exhaustivo de los vínculos con los nacionales en el exterior e identificar las áreas donde queda trabajar de conjunto, en lo que constituye un nuevo punto de partida.
Insistió en la fórmula martiana de una Cuba con todos y para el bien de todos, “dejando claro que en ese todos no caben los que conspiran contra la nación para agredirla y ofenderla, ni los que piden invasión y licencia para matar a su propio pueblo, ni aquellos que manchan la bandera de la estrella solitaria con la vocación anexionista de convertirnos en el estado 51 de la unión americana”.
“No nos negaremos jamás a crecer en derechos para todos, salvo para quienes trabajan a sueldo de otro gobierno con el fin declarado de destruir nuestro proyecto y su obra, siempre inconclusa, de batalla por el mayor grado de justicia social posible”.
Enumeró algunos de los principales obstáculos que impone el Gobierno de los Estados Unidos a la relación entre los cubanos y sus familiares en aquel país, así como a las consecuencias negativas del bloqueo incluso para quienes viven en otras naciones.
La existencia de 138 asociaciones de cubanos en 57 países fue destacada por Díaz-Canel, quien agradeció la solidaridad de muchos de ellos con Cuba en los momentos más difíciles.
“Nuestra mayor fuerza está en el talento, el esfuerzo y la invencible creatividad del cubano, y en la obra de seis décadas de la Revolución”, apuntó. Incluyó en ese concepto “la solidaridad que damos y recibimos desde todos los rincones del planeta, de todas las personas de buena voluntad que nos acompañan en la pelea contra el bloqueo, y en primer lugar de las cubanas y cubanos que tienen a la patria geográficamente lejos, pero sentimentalmente en el centro de sus corazones”.
Debate respetuoso, abierto y sin temas tabúes
Como un debate patriótico donde prevaleció la defensa de los principios de soberanía, independencia y autodeterminación, fue caracterizada la IV Conferencia La Nación y la Emigración acontecida este fin de semana en el Palacio de Convenciones de La Habana.
Laura Ivet Pujol Torres, subdirectora de la Dirección General de Asuntos Consulares y Atención a Cubanos Residentes en el Exterior, aseguró a la prensa que en el plenario se produjo un debate respetuoso, abierto y sin temas tabúes. Varias intervenciones denunciaron el bloqueo de Estados Unidos como el principal impedimento para el desarrollo de Cuba.
La diplomática narró que los participantes expresaron con total transparencia y libertad sus inquietudes fundamentales, sentimientos patrióticos más hermosos, y que hubo momentos verdaderamente emocionantes.
El plenario se organizó en forma de paneles que evaluaron cuatro temas (Vínculos entre Cuba y sus nacionales en el exterior; Cultura e Identidad; Desarrollo socioeconómico e inversiones; y Comunicación social y tecnología), en los que ministros y expertos brindaron información a los delegados sobre variados asuntos.
En ese contexto se abordaron algunas de las importantes medidas migratorias adoptadas en los últimos años por el Gobierno cubano en aras de favorecer las relaciones con su comunidad en el exterior, entre ellas la extensión de la validez del pasaporte a 10 años y la moratoria al requisito de entrar al país antes de 24 meses para no perder la residencia.
También conocieron de las principales transformaciones de la economía cubana en los últimos años; prioridades y desafíos del sector estatal y privado; así como de las acciones emprendidas para recuperar el equilibrio macroeconómico e incentivar la participación de los cubanos residentes en el exterior en el desarrollo del país.
A tono con este último elemento la funcionaria recordó la presentación, durante la recién finalizada Feria Internacional de La Habana, de la primera empresa de capital totalmente foráneo, propiedad de un cubano asentado en Estados Unidos. Informó además de otros seis proyectos de ese tipo en diferentes fases de negociación y de cinco sucursales extranjeras presididas por cubanos que viven fuera de Cuba.
No ha sido una interacción de reclamos contra respuestas, sino de escuchar, de comprender, de permitir un espacio para que cada persona plantee sus criterios y análisis. Hubo provecho y disfrute de lo ocurrido, estamos satisfechos, todo marchó con gran fluidez, dijo la diplomática.
Esta reunión tiene como antecedente tres ediciones anteriores de la Conferencia de La Nación y la Emigración (1994, 1995 y 2004), así como el Diálogo de 1978, liderado por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz: “Se nota la necesidad del reencuentro físico, hay muchas anécdotas del intercambio entre personas que hacía tiempo no se encontraban y también acerca de la presencia de las nuevas generaciones”.
El evento concluyó con una ofrenda floral al Héroe Nacional en el parque 13 de Marzo y una gala cultural en el Teatro Martí.