La participación de unas 800 empresas de 60 países de todas las regiones del mundo en la actual Feria Internacional de La Habana, en su 39 edición, reitera con fuerza el título del presente artículo.
Tal resultó la primera impresión al recorrer ayer, en su primer día de muestra, numerosos pabellones, conversar con innumerables expositores, nacionales y extranjeros, y temprano en la mañana haber escuchado las palabras de apertura de Fihav 2023 por parte de Ricardo Cabrisas Ruiz, viceprimer ministro, titular de comercio exterior y la inversión extranjera, y a su vez Presidente del Comité Organizador de la Feria cubana.
Fueron pistas más que suficientes para explicar lo que se esconde, o más bien subyace, tras lo primero que salta a la vista de muchos: las insuficiencias ―las ciertas y las inciertas― de la economía cubana, incluso lo que algunos malsanamente consideran como el fracaso de Cuba como país, como proyecto.
Fidel concibió este espacio en Expocuba, sede de la Fihav, para que países y empresas pudieran exponer sus productos y servicios e impulsar las relaciones económicas y comerciales.
Y Cabrisas Ruiz explicaba que más allá del difícil momento que hoy atraviesa nuestra economía, se mantuvo la realización de Fihav 2023 como evidencia de la posibilidad de promover nuevas inversiones que propicien la diversificación y ampliación del mercado de exportación, el acceso a tecnologías de avanzada, la captación de métodos gerenciales, la sustitución efectiva de importaciones y el acceso a financiamientos externos.
Creo que, en efecto, nadie podría descartar las insuficiencias económicas cubanas, pero si realmente fuera un fracaso ―como proclaman los más rancios, retrógrados y malintencionados enemigos de la isla― entonces no tendrían porqué venir a la isla tantos inversores con proyectos y propuestas que compartir y tratar de hacer realidad sus sueños y aspiraciones.
En verdad, en un mundo como el de hoy, son osados los propósitos cubanos, pero no son descabelladas intenciones. Para lograrlo, la nación caribeña cuenta, en primerísimo lugar, con su pueblo, inspiración para generar desde espacios como éste el realce económico nacional, empeño en el que deberá cobrar cada vez mayor protagonismo la Empresa Estatal Socialista y también los nuevos actores que se incorporan al quehacer económico cubano.
No obstante satisface que estén ampliamente representados nuestros principales socios comerciales, entre los que el titular cubano de comercio exterior destacó a Venezuela, Rusia, China, México y España, país este último que vuelve a ser el de mayor participación en la Feria.
Considero muy válida la reafirmación de que Cuba no discrimina a los inversionistas por el país de origen del capital. “Las empresas de todas las naciones, con intereses de negocios son bienvenidas, incluyendo las de cubanos residentes en el extranjero”, explicó y consideró muy significativa la presencia de compañías estadounidenses, “lo que demuestra la posición consecuente de una parte de la comunidad de negocios de ese país a favor del comercio con Cuba”, dijo.
“La participación de empresas de muchas naciones hermanas de nuestra región, además de alentador, reafirma la prioridad que se le concede a la integración latinoamericana y caribeña”, explicó.
Cierto que desde hace no pocos años la economía nacional se empeña en aumentar sus miras, algo que por diversas razones no logra materializar definitivamente.
Pero los esfuerzos insulares siguen enfocados en mejorar el clima para el comercio y la inversión extranjera, y constituyen una apuesta por la efectiva implementación de herramientas claves para la transparencia y la eficiencia, “como por ejemplo en las llamadas ventanillas únicas del comercio exterior y la inversión extranjera, que funcionan y operan por debajo de su capacidad”.
Al decir de sus autoridades comerciales y económicas, el país sigue contemplando como priorizados la energía renovable, el transporte, el turismo, la industria, la minería y el sector agroalimentario.
Queda demostrado que Cuba está inmersa en una Revolución agroindustrial, energética, científica e innovadora y trabaja por flexibilizar normativas complementarias del marco legal y eliminar obstáculos internos, al tiempo que trata de minimizar el impacto negativo del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos.
También Cabrisas Ruiz destacó otros factores que impactan en la economía, entre ellos las huellas aún visibles de la Covid 19, y los efectos del cambio climático, “pero todos, más allá de sus reales consecuencias nos compulsan a levantarnos y trabajar con nuevos bríos por alcanzar un sostenido crecimiento económico”, enfatizó.
Informó además que en los últimos años se ha promovido un cambio de visión con respecto a los pequeños proyectos de inversión, los cuales comienzan a tener mayor presencia en nuestra Cartera de Oportunidades, a la vez que se articulan con el desarrollo local.
“De manera general queremos potenciar negocios que proyecten a corto, mediano y largo plazos la generación de recursos propios y que impulsen las exportaciones con énfasis en las de mayor valor agregado; y aspiramos a que los negocios de inversión que se concreten promuevan encadenamientos con la industria nacional.
El mercado cubano sigue siendo atractivo por sus potencialidades de económicas y comerciales, a lo que se suma el paulatino y sólido crecimiento de la Zona Especial de Desarrollo Mariel.
Al respecto Cabrisas Ruiz precisó que nuestro país continúa siendo un puente por su situación geográfica y un nexo indispensable del mundo con Latinoamérica y el Caribe.