Aunque algunos casi llegan a los 90 años y están jubilados y el cansancio usual los haría quedarse en casa, lo cierto es que pocos han podido desprenderse de su función como innovadores. Por eso, y como parte de la jornada de homenaje a los miembros de la Asociación Nacional de Innovadores y Racionalizadores (Anir), en Camagüey se realizó un encuentro con un grupo de estos incansables.
Tato, Evelio, Miguel, Ricardo y otros, casi 15, acudieron a la cita en el zoológico de la ciudad para juntos dialogar sobre aquellas piezas que arreglaron, las que tuvieron que inventar y hasta de los dolores de cabeza que les generó algún que otro problema técnico.
Por eso Miguel Ángel Martínez Morell aprovechó la oportunidad y detalló cómo se le ocurrió, cuando laboraba en la termoeléctrica del Mariel, diseñar un banco de pruebas para los quemadores. “Esto, como dijo, nos ayudó en la eficiencia de los combustibles y del trabajo de los quemadores”.
Por su lado Ricardo Cid, quien laboraba como técnico en la fábrica de Tejas Infinitas, relató sobre su función actual como inspector provincial de la Anir. “El asunto, acota, es que no puedo estar tranquilo en casa, por lo que apoyo, como inspector, y reviso en las entidades el cumplimiento de la Ley 38 y de todas las normativas que impulsan la labor innovadora”.
Para Osmany Ramírez Perna, presidente del buró provincial de la organización, el objetivo del encuentro era claro: agradecer la entrega y reconocer, de manera sencilla, el apoyo a la economía de estas personas.
“Otras veces, explicó, se han realizado reuniones como esta, pero no podemos dejar de hacerlas, de aplaudir ese sacrificio. Por eso, queremos hacerlas periódicamente e invitar a antiguos presidentes de la organización, así como a jóvenes y trabajadores que se insertan en la innovación”.