Hace 32 años, en la Coronela, durante los Juegos de La Habana 91, había sido la última victoria y ninguno de estos ocho nombres había nacido. Solo el timonel Juan Carlos González lo estaba, pero estaba lejos de pensar que un día le tocaría dirigir una tripulación al mismo oro. O mejor al más difícil de los oros en el remo.
Roberto Paz, Luis León, Henry Heredia, Francisco Romero, Andrey Barnet, Leduar Suárez, Carlos Ajete y Reidy Cardona se miraron por última vez y recordaron sobre el bote que «aquí no hay flojera, aquí hay coj….». Desde la salida tomaron la punta y ni los mismísimos campeones mundiales le ganaban hoy. Remaban con la sincronización perfecta, fieles a las indicaciones de su timonel y cada tramo devorado era un ritmo cardíaco más intenso, el ritmo de los campeones.
La embarcación uruguaya, favorita al trono, nada podía hacer ante ese riñón puesto sobre la laguna. Tampoco Chile, que pretendía complacer a sus seguidores. Los cubanos se sintieron campeones antes de arrancar. Y eso en el deporte se logra pocas veces. Va en las venas de fuego, en un compromiso de hombría y de pueblo.
Este triunfo del remo reivindica a gritarlo. No contaba en los pronósticos y aquí está.
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Acerca del autor
Máster en Ciencias de la Comunicación. Director del Periódico Trabajadores desde el 1 de julio del 2024. Editor-jefe de la Redacción Deportiva desde 2007. Ha participado en coberturas periodísticas de Juegos Centroamericanos y del Caribe, Juegos Panamericanos, Juegos Olímpicos, Copa Intercontinental de Béisbol, Clásico Mundial de Béisbol, Campeonatos Mundiales de Judo, entre otras. Profesor del Instituto Internacional de Periodismo José Martí, en La Habana, Cuba.