Humberto Ortíz Ortíz supera los 70 años pero se resiste a los brazos cruzados; tiene la camisa y los zapatos raídos pero no deja de hacer lo que sabe y le gusta, con el sueño de que mañana todo pueda ser mejor.
Sigue apostando por la tierra y sus frutos allá en La Minerva, localidad de Songo-La Maya, hasta hace cuatro meses deficientemente explotada y convertida hoy en una de las 35 nuevas áreas de desarrollo agrícola que existen en la provincia de Santiago de Cuba.
Hasta allí llegó el miembro del Buró Político del Partido, Ulises Guilarte de Nacimiento, para intercambiar con usufructuarios y conocer de primera mano de sus empeños y resultados en la producción de alimentos.
En el diálogo entre Humberto, directivos del sector agropecuario, y el también secretario general de la Central de Trabajadores de Cuba, se habló de la disposición de la gente humilde de aquellos lares de aportar lo suyo en el interés de mejorar la alimentación del pueblo con surtidos como viandas, vegetales y granos.
Palabras, sí, pero hechos también, tal y como pudo constatar Guilarte de Nacimiento, quien estuvo acompañado por José Ramón Monteagudo Ruiz, primer secretario del Partido en la provincia y Beatriz Jhonson Urrutia, Gobernadora de Santiago de Cuba, Isdalis Rodríguez Rodríguez, segunda secretaria de la organización proletaria, René Berenguer Rivera, máximo representante de la CTC aquí, entre otros dirigentes.
Las 900 hectáreas sembradas de cultivos varios (aspiran a llegar a 2 mil), sin riego, con laboreo mínimo, uso de la tracción animal, intercalamiento de cultivos y garantía de la semilla para venideros períodos, son hoy los mejores argumentos de los 110 usufructuarios de La Minerva.
Claro que hay cuestiones por mejorar, insatisfacciones y más, pero de que es posible, es posible, y allí queda demostrado.
Entre lo que resta por hacer, expresado en el tú a tú, están una acción más eficaz contra quienes con actos de robo de las cosechas pretenden lucrar del sudor ajeno, así como el perfeccionamiento y chequeo del proceso de contratación para que el destino final de las producciones sea el adecuado.
Este último aspecto, insistió Ulises, es prioritario en el interés de que aquello que salga del surco se comercialice con precios que se correspondan con los ingresos de los trabajadores cubanos.
Por ahora ello sigue siendo un pendiente, tal y como es visible en los propios puntos de ventas ubicados en la carretera que une a Santiago de Cuba con Songo-La Maya, donde la libra de col está a 100 pesos, la de boniato y calabaza a 60, y 15 limones cuestan 100 pesos.
El dilema sigue siendo que lo mucho que se hace en el surco, con tantísimo sacrificio por parte de la gente del campo, llegue a las ciudades y se pueda adquirir, por obreros, técnicos y profesionales, jubilados, amas de casa… sin que el bolsillo se desangre.
La Minerva, y los otros escenarios de quehacer agrícola en Santiago de Cuba, son esperanza para que el pueblo adquiera los alimentos básicos sin las agonías de hoy.
“La mirada, sin duda alguna, tiene que ser hacia el interior”, insistió Ulises Guilarte de Nacimiento, “hay que sacar de la tierra el mayor rendimiento posible y este lugar es uno de los ejemplos elocuentes de cuánto se puede hacer en el contexto actual, de limitaciones y carencias, de incremento del costo de los alimentos en el mercado mundial, y con un bloqueo brutal.
“Otro frente es asegurar que los colectivos de trabajadores soliciten, tal y como ocurrió en épocas anteriores, tierras de autoconsumo, si es una escuela, y tiene un patio, hacer allí canteros; si es una empresa, y alrededor tiene áreas colindantes, sembrarlas también, e incluso está abierta la opción de solicitar tierras.
“Hoy tenemos aproximadamente un 30 por ciento de los colectivos laborales del país que ya tienen aplicadas estas alternativas de autoconsumo.
“Es un asunto que estamos impulsando y junto a la Agricultura desarrollamos un movimiento emulativo para reconocer con distinciones estatales, con nuestra Bandera de Proeza Laboral, a quienes alcancen resultados relevantes que demuestren cuánto más se puede hacer”.
Acerca del autor
Periodista cubana. Máster en Ciencias de la Comunicación. Profesora Auxiliar de la Universidad de Oriente. Guionista de radio y televisión.