Formar parte, participar o simplemente sentir que los Comité de Defensa de la Revolución (CDR) también se ocupan de la juventud es la mayor preocupación de los camagüeyanos María Carla Reyes Ríos y Eduard Luis Hernández Rodríguez.
Ella con 17 años y él con 18 son de los pocos jóvenes que han ocupado y ocupan cargos dentro de la organización. A ambos sus familiares y vecinos los convidaron a vincularse con las cosas del CDR, pero saben que esa no es la norma y quieren ser agentes de cambios.
María Carla se acostumbró a ver a su madre en ajetreos del barrio. Y es que allá en el CDR cinco del Consejo Popular Ibarra, en el municipio camagüeyano de Florida, era la representante de la Federación de Mujeres Cubana y luego la organizadora.
Por eso la joven no lo dudó mucho y asumió la presidencia del CDR infantil de la circunscripción número 21. Ahora, dice, opta por la carrera de medicina, pero siempre que pueda colaborará en la cuadra.
Y cuando retorne del décimo Congreso tratará de contar sus vivencias y enamorar a otros para que se acerquen a la organización. “Ser delegada, asegura, es un honor, porque además así represento a la juventud”.
A Eduard Luis lo motivó el humanismo. En la Comunidad de La Bermeja, del municipio Minas, casi todo el mundo se conoce y él no concebía estar sin ayudar a alguien. La gente lo veía siempre colaborando y, por tanto, lo eligieron presidente del CDR número tres.
“Por suerte, cuenta, a mis vecinos les ha gustado mi trabajo y me apoyarán cuando esté estudiando medicina. Además, ha sido un trabajo de todos que nos ha permitido revertir problemas como el camino o la atención social”.
Ante el poco interés que presentan muchos de sus coetáneos por lo que sucede fuera de casa, María Carla afirma que es algo que necesita cambiar. “Debiéramos ser más, alega, por lo que es fundamental que entre los temas que tratemos en el Congreso esté precisamente el vínculo con los jóvenes.
“Y explicarles a ellos y a los demás que esto es importante, pues somos la base del pueblo, del barrio, estamos en contacto directo con la gente y no es cosa solo de viejos”.
Y es que los jóvenes, como dice Eduard Luis, “podemos ser vitales también en la organización más grande que tiene el país y así lo debiéramos ver todos”.