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Cargando...Tenue y lentamente, la aurora va cubriendo de luz el campo. Con ella descubro un montón de detalles que revelan la sabiduría y la entrega de un colectivo de cañeros, que se crecen ante dificultades materiales: nos adentramos en terrenos de la Unidad Básica de Producción Cooperativa (UBPC) El Roque, en el centro de la provincia de Matanzas.
Al clarear el día, se evidencia que la faena inició de madrugada. Muchos surcos ya están cubiertos de caña, a la espera de que “se las trague la tierra” húmeda y suelta, excelentemente preparada, preludio de una buena germinación y desarrollo de la gramínea.
Con huellas de tierra en sus botas, me alcanza Jesús Delgado Pérez, un caballero andante que desde hace 30 años dejó las tareas políticas para asumir esta, que además exige conocimientos de economía y de saber lidiar con la gente, o lo que es igual, un liderazgo que ha llevado a la UBPC a los primeros planos con los resultados productivos.
El sector cañero cuenta con 31 presidentes fundadores en sus 450 UBPC; mientras en el agropecuario producen 814 cooperativas. La estructura, creada el 20 de septiembre de 1993, por iniciativa de Fidel, fundamentaba la transformación de la gestión en la producción agraria, dándole autonomía y encomiendas que realzaran las condiciones de vida de los trabajadores y por ende, la producción de alimentos y derivados.
Muchas UBPC mantienen resultados muy superiores a las otrora granjas o lotes, son la vanguardia de la agricultura. No todas llegan al ideal; y algunas hasta han declinado en los últimos años, cuando financiamientos, recursos y fuerza de trabajo son muy escasos.
A mediados de la pasada semana, organismos estatales (AzCuba y Ministerio de la Agricultura) y los sindicatos Azucarero y el Agropecuario, Forestal y Tabacalero dedicaron jornadas a reconocer la gestión y resultados de los presidentes fundadores y las UBPC en su 30 aniversario, alicientes para próximas etapas.
Compromiso e insatisfacción
El asunto de la autonomía a las UBPC fue muy discutido desde el principio, mas, Jesús Delgado, asegura que “sí la tenemos, no fue de golpe, con algunas medidas y el empeño de la dirección del país y de los ministerios la hemos ganado, también con los resultados económicos, con la fortaleza de las estructuras de dirección”.
Considero, y lo he comprobado durante estos 30 años, que donde hay un líder hay una buena cooperativa. Jesús asiente: “es difícil hablar de uno mismo, pero concuerdo con usted. El liderazgo determina; cuando hay un jefe que tiene autoridad y respeto en el colectivo, la asamblea funciona, se adoptan acuerdos y se cumplen los encargos estatales y sociales. Hay autonomía”.
La UBPC El Roque asumió la fuerza de trabajo de una granja, que se consolidó y hoy permanecen en ella, nueve de los fundadores y más de 25 trabajadores acumulan 20 y 25 años de permanencia, entre el total de 95.
El cultivo de la caña ocupa la mayoría de los quehaceres, ya que mil 200 hectáreas conforman un área compacta para esa producción, y otras 212 las dedican a la ganadería y la obtención de alimentos para el autoconsumo y la venta en las comunidades. Recibieron recientemente un tractor, un motor de tractor, gomas y baterías, que mejoran las condiciones de la maquinaria. Todas las labores de siembra y cultivo se realizan a mano; tienen regadío para el mínimo del área, con cinco máquinas eléctricas y un enrolador (limitados por la situación energética), el resto crece en secano.
No se limitan a sus producciones fundamentales; la UBPC ha construido más de 15 viviendas en dos comunidades, provee de viandas y otros alimentos a los trabajadores del consultorio, las dos escuelas, el banco, además se ocupan de arreglar y mantener las vías y caminos de su entorno.
Si de algo Jesús está satisfecho es de la constancia y resultados de trabajo de la junta directiva de la UBPC, que colegia decisiones y hace cumplir acuerdos en aras del funcionamiento y los resultados. “Los trabajadores obtienen buenos dividendos: más de 8 mil 300 pesos mensuales y reciben la mayoría de los alimentos del autoconsumo a precios módicos; no alcanza, pero está por encima de la media de los trabajadores del país”, asegura.
Ni corto ni perezoso aprieta el paso y su conclusión: “Nuestra gente vive mejor que antes, tienen viviendas y han podido amueblarlas. Estamos a punto de terminar la siembra de las 130 hectáreas de caña de este año, para tratar de detener el decrecimiento cañero.
“No estoy satisfecho, mi compromiso es volver a las 70 t/ha de rendimiento (hoy 36), y queda mucho por hacer”.
